Jana llega al majestuoso palacio La Promesa el día de la boda del heredero de la Casa de Luján, don Tomás, que va a desposar a Jimena de los Infantes en un matrimonio de conveniencia. Jana consigue ser contratada como criada de refuerzo para la boda. Su primer encuentro es con el hermano menor del novio, don Manuel, un joven guapo e idealista apasionado de la incipiente aviación. Entre los dos pronto surge una chispa que promete avivarse. La boda se tuerce cuando Manuel, que ha regalado a los novios una exhibición con su aeroplano, se precipita al vacío. Afortunadamente Jana logra salvarle la vida. El marqués le ofrece una cuantiosa recompensa, pero ella tiene otra petición: trabajo. Porque la llegada de Jana no es casual, busca al asesino de su madre y al secuestrador de su hermano. Una situación comprometida obliga a Jana a contarle a Tomás sus intenciones. Él tiene sospechas de quién puede estar detrás del crimen...
El cadáver de Tomás sigue en el invernadero y la sospecha de que ha sido un asesinato se extiende, aunque Cruz intenta frenarla. Jana quiere deshacerse del anillo que le dejó en prenda Tomás antes de morir y que podría incriminarla, pero no le va a resultar fácil. Aunque Cruz se resiste Alonso termina por llamar a la Guardia Civil, y llega a La Promesa el sargento Conrado para iniciar la investigación. Petra señala desde el principio que desconfía de Jana, y el sargento la interroga aparte. Jana aguanta el interrogatorio con entereza, aunque debe improvisar algunas mentiras para no resultar sospechosa. Simona, devastada por la muerte de Tomás, a quien quería como un hijo, decide irse de La Promesa, pero su amiga Candela intentará evitarlo. Jimena quiere marcharse de La Promesa, necesita volver con sus padres, pero Cruz sabe lo importante que es mantener junto a ellos a la rica heredera y maniobra para que no se vaya.
Jana esconde el anillo de Tomás y la foto de su madre en el cuarto que comparte con María Fernández. Sobrelleva como puede los abusivos encargos de la marquesa, mientras la familia y el servicio soporta la investigación de Conrado. La falta de avances en la investigación hace que Conrado decida interrogar a la familia individualmente. Por su parte el barón acude a La Promesa enfadado por el desplante de Pía. Rómulo la llama al orden y ella le oculta sus motivos para evitar al barón. La pobre ama de llaves debe aguantar las amenazas de la marquesa, y lo que es peor... los abusos del barón. Tras la muerte de su hermano, Leonor anda preocupada por la fugacidad de la vida. Decide ponerse el mundo por montera y besa a un desconcertado Mauro. Simona se derrumba tras la muerte de su querido Tomás y decide marcharse de La Promesa. Rómulo trata de consolarla, pero es Jana quien lo consigue. La cocinera le muestra una fotografía en la que Jana reconoce a su madre.
La Promesa se prepara para celebrar el velatorio del señor Tomás. Catalina no se encuentra con fuerzas para asistir al sepelio de su hermano, a pesar de las presiones que sufre por parte de Cruz y del propio Barón de Linaja. Mientras, Petra sigue encargando a Jana las tareas más duras por orden de la marquesa. Le manda limpiar la chimenea de hollín. Por su parte, Leonor pide disculpas a Mauro por haberlo abrazado y besado. Fue producto de la tristeza que se dejó llevar. Sin embargo, la realidad es que a Leonor le gustó el beso y está dispuesta a repetirlo. Mientras tanto, el comisario Conrado prosigue con la investigación para encontrar al asesino de Tomás. El sargento cree que se trata de un crimen pasional , sospecha de Jana y la interroga. Ésta ata cabos y se da cuenta de que la amante del difunto era Lola.
Conrado ha descubierto que el asesino de Tomás cambió de sitio el cadáver. ¿Por qué? Eso mueve al sargento a buscar cualquier mínimo resto de sangre por todo el palacio, para inquietud de la marquesa, que teme ser descubierta. Simona no se ve capaz de seguir en el palacio tras la muerte de Tomás, y así se lo hace saber a Pía, el ama de llaves, pero no cuenta con la reacción de Catalina al enterarse de su inminente marcha. El modo en que Leonor vive su incipiente relación con Mauro es tan extremo y despreocupado que Mauro empieza a tener miedo de las consecuencias. Jana sigue dispuesta a sobrellevar cualquier tarea que le impongan, pero no cuenta con el inconveniente de resultar herida en una de esas tareas.
Jana esconde el abrecartas antes de que Conrado y sus hombres registren su habitación, saliendo airosa de la trampa que Petra y la marquesa trataron de tenderle. A Conrado, sin embargo, la actitud de la muchacha le saca de quicio y la encierra en una habitación. Al enterarse, Manuel sale en su defensa, cosa que inquieta a Cruz, que cree que su hijo empieza a sentir algo por Jana. Pía recibe un regalo sin remitente. Se trata de un colgante precioso que todo el servicio puede ver. Es el barón se lo envía, pero se lo oculta a los del servicio. El correo también trae carta de Antonio para Simona. Todo el servicio se reúne para escuchar las nuevas del hijo de Simona, que relata las huelgas en la fábrica para la que trabaja. Continúan los escarceos amorosos de Mauro con Leonor. Tras muchas negativas por parte del lacayo, este por fin se deja llevar y sucumbe a los encantos de la joven.
La marquesa insta a su hijo Manuel a acercarse a Jimena y ayudarla a superar el duelo. Manuel la lleva de paseo a por los alrededores de La Promesa. Mientras tanto, Leonor sigue su romance con Mauro. Su hermana Catalina está a punto de descubrir su relación, pero Leonor consigue ocultarlo a tiempo. Leonor y Catalina salen a cabalgar. Quieren estar más unidas ahora que ha muerto Tomás. Mientras, en cocinas, Simona está desesperada. Tiene las piernas muy hinchadas y necesita un refuerzo en las cocinas. Por si fuera poco, Candela le confiesa que ella no sabe cocinar y que no hizo los ricos manjares del otro día. Sin embargo, la marquesa tiene otras prioridades y busca una nueva doncella para que haga de asistenta personal de la señorita Jimena. Pía se encarga de divulgar la noticia por los pueblos de alrededor. La elegida, que se presenta voluntaria para el puesto, es Teresa. Todos los criados se quedan de piedra cuando descubren que es novia de uno de los lacayos del servicio.
Para desesperación de la marquesa, el sargento Funes está cada vez más seguro de que el asesino de Tomás no es otro que Manuel, su medio hermano. Viendo que no hay forma de hacerlo entrar en razón, y a la vez impedida de decirle la verdad definitiva (que la asesina es ella) Cruz decide jugárselo todo a otra carta. La salud de Simona, la cocinera, empeora por momentos a partir de su desmayo. Jana cree saber lo que le ocurre a Simona y cómo aliviarlo, pero ni Rómulo ni Pía quieren arriesgarse y prefieren esperar al médico. El problema es que el médico sigue sin acudir y el tiempo apremia. La contratación de Teresa como nueva doncella sorprende a todos cuando se enteran de que es la novia de Mauro desde hace años, pero ¿por qué él nunca le ha hablado a nadie de ella?, ¿y cómo reaccionará Leonor cuando se entere?
Impacto entre el servicio de La Promesa por la detención de Lola, a la que solo Jana considera inocente. La criada sigue sacando información sobre Dolores, Eugenia y su hijo Curro. Le sorprende el regreso de Conrado que tras interrogar a Lola comienza a creer la teoría de Jana de que algo raro sucede allí. Leonor es quien traslada a Jimena los rumores que corren sobre Tomás, motivo por el que la joven viuda abandona La Promesa. Al descubrirlo, Cruz va a casa de los Duques de los Infantes para tratar de apaciguarles. Enterada del noviazgo de Mauro y Teresa, Leonor decide vengarse haciéndole la vida imposible al lacayo. Mauro trata de hablar con ella y explicarse; y al ser forzado a tomar una decisión, elige a Teresa, rompiendo el corazón de Leonor. Lope descubre algo en una de las cartas a Simona y corre al pueblo a comprobarlo. La pobre Simona empeora por momentos, por lo que Jana propone uno de sus remedios, pero antes de que pueda administrárselo llega Catalina con el doctor.
Cruz decide tomar las riendas de La Promesa al enterarse de que Alonso está en bancarrota. El Barón no tarda en ofrecer su ayuda envenenada. Por una vez, Catalina comparte la opinión de su madrastra: lo último que debe hacer Alonso es dejarse ayudar por su suegro; bastante deuda tiene ya con el banco como para aceptar nada de un usurero como el Barón. La salud de Simona está tan quebrantada que unos y otros dan por seguro que la cocinera se va a morir. Sin embargo, Jana sigue convencida de que a Simona se la puede salvar; pero ella no tiene forma de hacerse con el fármaco necesario. Leonor se muestra más despiadada que nunca cuando al fin conoce a Teresa, la doncella destinada a atender a Jimena, que es además la novia de Mauro.
Solo Manuel tiene la forma de traer de Puebla la adrenalina para Simona. Jana ha recurrido a él, pero no contaba con tomar parte en la aventura. El desplante de Pía al Barón hace que este decida irse de improviso de viaje, pero Pía sabe que no se ha librado de él, ni mucho menos. A Cruz la saca de quicio la inesperada visita del sargento Conrado. Quiere creer que se trate de una simple formalidad para cerrar el caso, pero Conrado viene anunciar justamente lo contrario. La urgencia de impedir la muerte de Simona obliga a Jana a luchar contra el reloj para conseguir un médico a tiempo y a la vez vencer la oposición de Candela a que nadie se acerque a la cocinera.
Simona se debate entre la vida y la muerte. Parece que el método innovador que sugirió Jana para curarla no ha funcionado. Mientras, Catalina trata de convencer a su padre de que venda el palacete de Madrid para conseguir liquidez para La Promesa. Pero Alonso no está dispuesto a deshacerse de parte de su patrimonio. Rómulo sorprende a Mauro y a Teresa dándose un beso en horas de trabajo y les dice que si vuelve a sorprenderles, se verá obligado a despedirlos. Jana recibe la tarea de limpiar una mancha de grasa en el hangar. Allí tendrá la oportunidad de hablar con Manuel y que éste le cuente sus sueños e ilusiones en la aviación. Jana se da cuenta de que aún cojea a causa del accidente y le examina la pierna. Por último, el Barón de Linaja llega al palacio con su nieto Curro para pasar un par de días. Jana sospecha que el muchacho puede ser en realidad su hermano desaparecido.
El Barón, airado por el rechazo de Pía, se marcha el mismo día en que llegó, sin que su hija logre saber por qué. Y sin que Jana pueda encontrarse con Curro. El sargento regresa a La Promesa para cerrar los flecos del caso. Sus sospechas recaen en alguien de la familia, alguien que pudiera hacerse con el abrecartas sin levantar sospechas. Mientras las deudas acosan a La Promesa, el banco no da más préstamos y el marqués no sabe qué hacer. Cruz dice que primero deberían solucionar tener a Conrado allí y después ocuparse del dinero. Leonor intenta darle celos a Mauro hablando con su hermana Catalina de la fiesta que quiere celebrar y los galanes que va a traer. Mientras Mauro rechaza a Teresa que no sabe qué le pasa. Manuel se siente agobiado por su familia, que quiere que deje de volar. Jana comprende al joven heredero, y eso propicia un acercamiento entre ellos.
La situación financiera de La Promesa angustia a Alonso, que pide a Manuel que deje de volar y se centre en su trabajo, y a Catalina, a quien no le queda más remedio que deshacerse de un objeto de gran valor sentimental para conseguir el forraje necesario para que los animales no se mueran de hambre. Manuel se disculpa con Jana por su intento de beso, que ella abortó por las bravas. A pesar de todo ella le apoya en su deseo de volar. Lo que de verdad le preocupa es saber más acerca de Curro, ya que sospecha que, en realidad en su hermano desaparecido, Marcos. Está decidida a ir a La Pardina cuando descubre que la fotografía y el anillo de Tomás han desaparecido. Pía sufre al ver cómo el servicio cuchichea sobre ella. Presiona a Teresa hasta que le cuenta el origen de los rumores, por lo que decide confrontarlo con Petra. Amenaza con despedir a la doncella, y ésta, rencorosa, desvela ante todo el servicio, durante la cena, que está embarazada.
Pía, presionada por Petra, admite delante todo el servicio que está embarazada. Todos se quedan patidifusos y la abruman a preguntas que Pía deja muy claro que no va a responder. El ama de llaves teme haber disgustado a Rómulo, pero él le aclara que el único disgusto es no haber contado con su confianza antes. Teresa se pregunta por qué Mauro nunca habló de ella a sus compañeros. Al preguntarle a Rómulo este le desvela sin querer el episodio del carmín, descubriendo Teresa así que Mauro ha besado a otra chica que no fue ella. Ansiosa por saber la verdad, se lo pregunta a Mauro a bocajarro. Jana abandona La Promesa. La excusa que pone es que va a cuidar a un familiar que vive en Valencia y que ha caído enfermo, la verdad es que va en busca de su hermano. Se despide de Manuel y los dos no pueden evitar sentir pena infinita al ver que sus caminos se separan para siempre.
Jana se ve obligada a contar a María Fernández la verdad: quiere encontrar a su hermano y a los verdugos de su madre. Ella cree que su hermano es Curro y María le informa que él va a pasar una temporada en La Promesa, por lo que Jana cancela su plan de irse. Mauro confiesa a Teresa que es Leonor la mujer de la que está enamorado. ¿Les guardará ella el secreto? Cruz va a organizar una cena para invitar al duque de los Infantes, aunque después decide que es mejor montar una cacería con lo más selecto de la zona para que no pueda rechazar la invitación. Cruz abronca a Pía por estar embarazada. Aun así, no la despide porque ya han tenido suficientes escándalos en los últimos tiempos, pero el embarazo lo va a tener que llevar con la mayor discreción posible. Petra se indigna al ver que Pía continúa en su puesto y la acusa de fulana delante del servicio. Catalina juega una partida de ajedrez con Tadeo y se deja ganar por el bien del negocio familiar.
Los marqueses preparan una gran montería para agasajar al duque de los Infantes. Todos los invitados confirman su asistencia menos el duque. Por su parte, Manuel se ha apuntado con su avión a la Copa de los Pedroches que se celebra en Puebla de la Tera. Sólo le cuenta a Jana lo que va a hacer: ganar el campeonato para que los marqueses se tomen en serio de una vez su afición por la aviación. Mientras tanto, Teresa presencia como la señorita Leonor trata a Mauro de forma displicente. Éste sufre mucho porque sigue enamorado de ella. Teresa se da cuenta y le ofrece todo su apoyo a Mauro. Aunque ya no son pareja siguen queriéndose mucho. También le ofrece su apoyo Rómulo a Pía, el ama de llaves. El hecho de que esté embarazada no ha cambiado su concepto de ella. Pía le agradece su apoyo y le confiesa que lo que más le preocupa es la actitud de Petra.
El duque de los Infantes acepta la invitación a la cacería y Cruz decide amañar todo para que salga muy satisfecho de la cacería. Manuel ha de asistir a la cacería, lo que parece que impedirá que tenga listo el avión para la exhibición. Pero pide la ayuda de Jana y esta decide colaborar ¿llegarán a tiempo? Pía sigue muy afectada por su situación, pero resiste los ataques de Petra y se encuentra con el apoyo de Candela y Simona. Leonor se porta como una déspota con Teresa, quien termina por decirle que sabe lo que pasó entre ella y Mauro. El duque de los Infantes disfruta mucho de la cacería, de la compañía de Manuel y tras la cena se retira a hablar con Alonso. Y le hace una propuesta que cambiará para siempre el destino de Manuel.
Alonso le cuenta a Cruz la propuesta del Duque de los Infantes: para acceder a la dote, Manuel deberá casarse con Jimena. Pero él tiene otros planes: después de pasar la noche poniendo a punto al avión, despega a primera hora destino a la Copa de los Pedroches. No es consciente de la inquietud general que su ausencia generará en La Promesa, preocupando a todos, incluso a Jana, que no entiende el motivo de su retraso y que teme que haya sufrido un retraso provocado por la tormenta. María Fernández trata de indagar sobre la llegada de Curro y la reacción de Rómulo le hace pensar a Jana que el mayordomo sabe algo de la infancia del muchacho. Tras saber que Mauro siente algo por Leonor, Teresa decide ir a hablar con ella aclararle que no se entrometerá. Trata de mantenerse entera, pero se derrumba ante Simona y Candela.
La atracción entre Jana y Manuel empieza a ser una cosa obvia: María Fernández se lleva las manos a la cabeza cuando comprende que su amiga, la revolucionaria, está enamorada de un señorito andaluz. Cruz y Alonso saben que, más pronto que tarde, van a tener que comunicar a Manuel la propuesta del duque de los Infantes: Manuel se casa con la viuda de Tomás, los marqueses reciben por fin la dote prometida, y aquí paz y después gloria. Pero Manuel de Luján, el heredero, tiene un espíritu rebelde y, sobre todo, un amor secreto e imposible. Cuando sus indagaciones sobre la cocinera misteriosa llegan a un callejón sin salida, Candela y Simona se deciden a confiar el asunto a Rómulo. Semejante consulta no hace sino alarmar aún más a las dos sirvientas. El rumor de la bancarrota de los marqueses tiene algún fundamento, pero sobre todo lo ha creado el orgullo herido de un envidioso. Cruz no tarda en averiguar quién es.
Jana consigue estar frente al señorito Curro, pero este no la reconoce. María Fernández trata de serenar a Jana y le sugiere que busque una mejor ocasión para quedarse con él a solas. Candela y Simona encuentran unas empanadillas que son de la cocinera misteriosa. Están deliciosas, como todo lo que cocina. Simona comienza a investigar y logra hallar una mancha de sangre, que ella estima que será la pista definitiva. La marquesa sigue haciéndole desplantes a su sobrino Curro. Pero éste, inasequible al desaliento, no deja de proponer planes nuevos. Sugiere ir al río y hacer un picnic mientras contemplan la puesta de sol. A todos les parece una magnífica idea menos a Cruz. Jana ha decidido poner tierra de por medio entre ella y Manuel. Se ha dado cuenta, siguiendo los consejos de María Fernández, de que una relación entre un señorito y una criada sólo puede acabar mal. Jimena regresa a La Promesa, en un plan urdido por la marquesa que pilla a Manuel totalmente de sorpresa.
Llega Jimena a La Promesa y Manuel confirma que sus padres insisten en que se case con ella, a lo que se opone. Pía se debate entre abortar o tener al hijo. Jana le ofrece su apoyo para lo que sea. A la vez, la doncella lidia con su propósito de alejarse de Manuel mientras intenta hablar con Curro, que la trata con mucho desprecio. Simona parece haber llegado al final de su investigación, por fin puede desvelar la identidad de la cocinera fantasma… Y se trata de alguien que jamás habría alcanzado a imaginar. Mauro y Leonor siguen con su romance a escondidas de todo el mundo, aunque Jimena está a punto de descubrirlos. Cruz descubre leyendo el periódico que Manuel ganó el concurso de aviación.
Los marqueses arrinconan a Manuel, que no tiene más remedio que reconocer que sí participó –y resultó victorioso– en ese certamen de vuelo. Aun así, consienten que Jimena vuele con Manuel, para favorecer un acercamiento entre los dos. Pero la excursión es un desastre, todo lo contrario al vuelo con Jana. Jana sigue centrada en su propósito de descubrir si Curro es su hermano. No tardara en darse cuenta de que, sea o no de su propia sangre, el carácter caprichoso y casi tiránico del joven puede meterle en graves problemas. Las sospechas de que Lope pueda ser la cocinera misteriosa desactivan a Simona en su investigación. El que no se rinde en la suya es el propio Lope, sobre todo cuando a La Promesa llega una nueva carta del hijo de ésta. Pía se dispone a poner fin a su embarazo, con la aceptación de la Marquesa y el inocente apoyo de Rómulo, pero habrá de dejar las llaves de La Promesa en manos de su enemiga, Petra.
Jana es humillada por Curro, que le tira la bandeja y encima la obliga a disculparse con él. Aun así, Jana no va a parar hasta abrirle los ojos, es su hermano. Alonso está asfixiado por las deudas, pero Cruz le prohíbe aceptar el dinero de su padre. La marquesa encuentra la manera de celebrar su fiesta de cumpleaños: vender a espaldas de todos el broche de Catalina, una joya que ha pasado de generación en generación en la familia Luján. Leonor no aguanta más: quiere oficializar su relación con Mauro y prepara un encuentro con su padre para contárselo. Jana y María se deshacen del incriminatorio anillo de Tomás tirándolo al sumidero atascado del baño de Jimena. Simona sospecha que Lope puede ser la cocinera misteriosa y le tiende una trampa culinaria para destaparlo. Él accede a contarle su secreto si ella le habla de la falsa correspondencia epistolar con sus hijos.
Leonor no es capaz de decirle a su padre que está enamorada de Mauro: el problema es que el lacayo no sospecha nada y se presenta en la biblioteca con su mejor traje. El marqués lo abronca. Simona explica a Lope que sus hijos no le escriben las cartas que recibe, en realidad ellos no han hecho nunca nada por ponerse en contacto con ella. A cambio, Lope se sincera: él es la cocinera misteriosa y le encanta cocinar desde pequeño, pero es una actividad que se le niega por ser hombre. Gracias a la venta del broche de las Luján, Cruz va a poder celebrar un cumpleaños por todo lo alto… ocultándole a Alonso de dónde ha salido el dinero. Curro no soporta a Jana y así se lo hace saber en el invernadero. La criada no se amedrenta y se encara con el señorito, que no es capaz de controlar su ira y se dispone a golpearla.
Manuel impide que Curro descargue su ira sobre Jana. El marqués toma cartas en el asunto, y no solo reprende a Curro, sino que ordena llamar a Jana para que dé su versión y para que Curro pida perdón. La marquesa quiere celebrar su fiesta de cumpleaños con una gran fiesta, lo que molesta a Catalina y a Simona, que no comprenden que no se respete el luto por Tomás. Pía no regresa y Petra intenta hacerse con sus funciones y preparar el menú para la fiesta. Pero cuando ya da por hecho que Pía no regresará nunca esta aparece. Mientras, Manuel sigue intentando mejorar su relación con Jana pero esta sigue esquiva. Teresa reprende a Mauro porque Jana lo vio salir del hangar. Y le avisa, no mentirá más por él y por Leonor.
Curro pide perdón a Jana ante la presión de Alonso. La muchacha encuentra un pendiente de Jimena bajo el avión, que devuelve a su dueña en presencia de Manuel. Pero Jimena nota que algo extraño sucede entre ellos. Cruz quiere celebrar su cumpleaños por todo lo alto, desbaratando los menús de Simona, y haciendo que Mauro tenga que ir a comprar los ingredientes a Puebla de Tera. Alonso logra convencer a Catalina para que participe en la fiesta. No satisfecha con esto, Cruz le pide que no atormente a su padre con los problemas económicos. Decidida a colaborar, la hija mayor del Marqués busca un vestido adecuado para el evento, con el que promete sorprender a todos. El regreso de Pía frustra las aspiraciones de Petra, pero sobre todo contraría a Candela, que confiesa a Simona que no soporta saber que Pía se marchó para realizar un aborto. Pero lo peor para Pía será saber que el barón quiere verla¿ a solas. Pía se arma con un cuchillo. No tolerará más abusos.
Jimena y Manuel inician las clases de baile. Jana no puede evitar los celos al verlos intimar. Las señoritas preparan el baile con Cruz, gestionan las invitaciones y fantasean con lo magnífico que va a ser. Curro se sincera con Leonor: no soporta a Jana. Por otro lado, el Barón intercede para que Cruz trate mejor a Curro, hundido por su constante desprecio. Mauro se lleva por error la lista de la compra equivocada para el baile. Catalina, que decide llevar un vestido de su madre al baile, consigue un respiro para las cuentas de La Promesa: Tadeo olvidará su deuda si ella sigue jugando al ajedrez con él. Pía descubre por medio de Simona por qué Candela la evita: no está de acuerdo con que abortara y por ello no puede volver a tratarla como antes. Curro se prende fuego sin querer en el hangar. Jana consigue salvarlo y, al quitarle la ropa, descubre el angioma del hombro, lo que confirma sus sospechas: es su hermano.
Cruz parece fiar todo el porvenir de La Promesa a su inminente fiesta de cumpleaños. Pero los preparativos de la celebración dependen de que Mauro traiga ciertos víveres de la Puebla de Tera... y Mauro hace ya horas que tendría que estar de vuelta, pero no se sabe nada de él. La desesperación de Simona solo encuentra alivio en la luminosa creatividad de Lope, que cree que pueden ir adelantando trabajo. Jana tiene al fin la certeza de que Curro es su hermano pequeño, Marcos. Pero ¿qué puede hacer al respecto? Está claro que Marcos se ha convertido en un déspota frustrado e insufrible. ¿Queda algo de humanidad en él? Para sorpresa de la maestra de baile, Jimena, Manuel progresa rápidamente y enseguida parece en condiciones de bailar lo que le echen. Candela atiende a las explicaciones de Pía sobre su embarazo, pero sus puntos de vista parecen inconciliables.
Quedan pocas horas para la fiesta de cumpleaños de la marquesa. Simona descubre que Mauro se llevó la lista equivocada y no ha traído los ingredientes que necesita. Todos la ayudan, sobre todo, Lope que prepara un menú alternativo. Durante el cocinado, Lope se da cuenta de que Simona ha cometido un error, toma las riendas y confiesa que él es en realidad la "cocinera misteriosa". Mientras tanto, los señores se preparan con sus mejores galas para la fiesta. Catalina, que ha decidido llevar un vestido antiguo de su difunta madre, se convierte en su vivo retrato. Leonor está emocionada con la fiesta lo que provoca la tristeza de Mauro, que comprueba una vez más que pertenecen a mundos distintos. Mauro le ha regalado una humilde medallita que Leonor se compromete a llevar en el baile. La fiesta se celebra por todo lo alto. La cena es un éxito y Cruz está exultante de felicidad. Aprovecha para hacer un anuncio sorpresa, que deja a todos los invitados, pero especialmente a Manuel...
Manuel se enfrenta a su madre por el anuncio de su relación con Jimena. Él, acorralado, acepta darle una oportunidad, pero desconoce que la joven sigue en secreto las instrucciones de Cruz. A Jana le duele especialmente el anuncio y decide alejarse de Manuel. Lope cuenta con el apoyo del servicio para estar en secreto en la cocina, pero no quiere ponerlos en semejante aprieto, así que presenta su dimisión. Catalina también muestra a Alonso su disconformidad con el anuncio. Tadeo la convence de las virtudes de un matrimonio de conveniencia¿ y Simona le recuerda la importancia del amor. Pía explica a Candela que decidió seguir con el embarazo entre otras cosas gracias a los patucos que le regaló. Rómulo se percata de que entre Leonor y Mauro hay una relación demasiado estrecha. La joven propone al lacayo fugarse para vivir su amor sin restricciones.
Rómulo le echa una reprimenda a Mauro por la confianza con que se relaciona con Leonor, y él dice que lo tendrá en cuenta. Pero al poco Rómulo descubre no sólo que no le ha hecho ningún caso, sino que vive un romance con la hija de los marqueses. Lope está decidido a irse. Aun así Simona y Pía intentan convencer a Rómulo para que le deje cocinar en La Promesa, pero el mayordomo les dice que la marquesa nunca admitiría algo así. Cruz dice que se ha perdido un libro muy importante y Curro se ofrece a buscarlo. La marquesa le ordena a Jana que le ayude, lo que la alegra, porque así estará junto a su hermano. Las deudas acosan La Promesa y Alonso no sabe qué hacer con la propuesta de préstamo de su suegro. Tras mucho pensárselo, y pese a los consejos de Rómulo de no hacer pactos con el diablo, decide pedir el préstamo. Cuando Cruz se entera por su padre montará en cólera.
Rómulo no se atreve a contarle al marqués la relación que ha descubierto entre su hija Leonor y Mauro. El mayordomo le propone organizar una cena con el marqués de Belmonte buscando un acercamiento entre Leonor y el hijo de éste, Juan Luis. Por su parte, la marquesa está indignada de que su marido le haya firmado un aval a su padre el barón. Sabe que lo único que quiere es tenerlos a su merced. Lope está a punto de marcharse de La Promesa, pero Pía y Rómulo convencen a los marqueses de que es necesario contratar a alguien para las cocinas. No les dicen que se trata de Lope, ni siquiera que es un hombre el nuevo ayudante. Asimismo, llega al palacio el padre Camilo que va camino de León. Petra está encantada de recibir a un hombre de dios en La Promesa, le dice a Pía con segundas que no les vendría mal tener un guía espiritual en la casa.
Petra acomoda al padre Camilo en una habitación del servicio. Será el mismo padre quien pida a Petra que no delate la presencia de Lope en las cocinas. Los marqueses anuncian una cena con los Duques de los Infantes y los Duques de Belmonte, cuyo hijo mayor, Juan Luis, parece del agrado de Leonor. Mauro se entera de este interés y tiene que sobreponerse a sus celos. Cruz azuza el acercamiento de Jimena y Manuel, pero éste lo rechaza y se sincera con Jana, confesándole a la joven lo mucho que le gusta, pero ella termina rechazándole. Salvador, el amigo de Lope que lo va a sustituir como lacayo, llega a La Promesa encandilando a María Fernández y convenciendo a Rómulo de su valía. Jana sigue buscando el ejemplar del Quijote con Curro, con la ayuda de una nueva pista que le proporciona Pía. Su cercanía con él lleva a decidir confesarle que ella es su hermana.
Petra no se resigna a que el padre Camilo se marche de La Promesa y cree haber dado con la forma de disuadirlo. En su afán de facilitarle a Jimena un acercamiento sentimental a Manuel, Cruz le propone un primer paso para ganarse la confianza de él. Curro empieza a perder la esperanza de encontrar el valioso ejemplar del Quijote que su tía lo animó a buscar, pero, cuando empieza a pensar en rendirse, Jana encuentra el libro. A Curro le falta tiempo para dar aviso a su tía Cruz, convencido de que esta vez obtendrá su felicitación. Teresa no consigue superar la nostalgia de su noviazgo con Mauro y se echa a llorar cada vez que le sobrevienen los recuerdos de entonces. El barón de Linaja la encuentra en uno de esos malos ratos... pero, sorprendentemente, trata a la doncella con extrema delicadeza. Pía, cuando se entera por Teresa del episodio, empieza a preocuparse.
Jana sigue impactada por el beso y la declaración de amor de Manuel, pero, tras sopesarlo, le dice que es mejor para los dos que lo olviden y que hagan como que nunca hubiera ocurrido. Mientras tanto, Petra no está de acuerdo con la incorporación de Lope a las cocinas y que estén engañando a los marqueses. Rómulo le ruega que guarde el secreto, pero Petra habla con el padre Camilo y no para hasta conseguir que el sacerdote le sugiera que es mejor confesar la verdad. Por su parte, Rómulo amenaza seriamente a Mauro y le dice que corte de una vez y para siempre su relación con la señorita Leonor o se verá obligado a tomar medidas drásticas. Mauro promete hacerlo, pero no puede resistirse a los encantos de Leonor. Curro se ha dado cuenta de que el lacayo no se separa de su prima. Leonor disimula y le responde que tiene razón y que Mauro es muy pesado, pero que lo hace por protegerla. La conoce desde que era niña.
Pía es testigo de cómo el Barón consuela a Teresa y no duda en advertirla por si le sucede algo raro. Pía se alerta cuando Petra amenaza con poner a los marqueses al tanto de la presencia de Lope en las cocinas y azuza a Rómulo para actuar cuanto antes. Simona les echa un cable, convenciendo a Catalina de que les ayude a neutralizar a Petra. Lo que no saben es que la doncella ha contado al padre todo lo del embarazo del ama de llaves. Jimena intenta organizar un plan campestre con Manuel, que el muchacho rechaza de plano, por lo que Cruz elabora un plan para unirlos. Rómulo siente que su idea de la cena con los Belmonte no dio sus frutos, que no era otra que alejar a Leonor de Mauro. Pero el lacayo tiene un arrebato de sinceridad y le cuenta a Leonor su relación es del todo imposible.
Mauro enseña a Leonor la realidad de lo que sería una relación con él: tendría que olvidarse de todos sus lujos, hasta de cosas tan básicas como tener una habitación para ella sola. Catalina tiene que conseguir que Petra no comunique a la marquesa que hay un hombre trabajando en la cocina. Para ello, se ve obligada a amenazar a la doncella. Jimena da un paso más para acercarse a Manuel y le pide que la deje ayudarle con el mantenimiento del aeroplano. Mientras tanto, Salvador rescata a María Fernández de quedar sepultada bajo un cargamento de cortinas, iniciando así una rápida amistad... Que tiene visos de convertirse en algo más. El padre Camilo importuna a Pía con sus suposiciones de que es una mujer pecadora y el Barón realiza un peligroso acercamiento hacia Teresa, regalándole un perfume que la joven acepta con ilusión. Por su parte, Manuel siente la presión de sus padres por que pida la mano a Jimena¿ y decide hacer un último intento desesperado con Jana.
Jana y Manuel deciden, a su pesar, que a partir de ahora sólo van a ser amigos. Manuel le ofrece volar juntos y Jana acepta. Pero durante el vuelo es consciente de que ese será su último vuelo con él y se echa a llorar. Ya en tierra él se da cuenta e intenta consolarla, y los sorprende Jimena, que ofendida, decide dejar La Promesa. Manuel consigue convencerla para que se quede hasta la cena, dirá algo importante durante la misma que le incumbe. Mauro descubre que Teresa lleva perfume y que ese perfume se lo ha regalado el barón, quien trata a Teresa con demasiadas confianzas. Salvador tiene que enviar una carta en el pueblo y gracias a María consigue una excusa para salir por unas horas de La Promesa. Junto a ella se van a coger arándanos y pasan un día divertido, de risas y aventuras. Petra presenta a don Camilo a la familia. El cura dice tener dolor y Jana le receta unas friegas, que Petra se ofrece a darle.
Cuando Manuel toma la palabra durante la cena y empieza a hablar de Jimena y de los manejos poco escrupulosos de Cruz, esta se teme que su hijo rompa su compromiso de una vez por todas. Pero la intención de Manuel es muy distinta. La inminente llegada a La Promesa de doña Eugenia, la hermana de Cruz y supuesta madre de Curro, requiere de un despliegue amplio y minucioso, dada la precariedad de la salud de la visitante. Pía y Mauro unen fuerzas para intentar proteger a Teresa del Barón, toda vez que la doncella no quiere ver la verdadera naturaleza del viejo y lo sigue viendo como un caballero encantador. Empieza a ser un secreto a voces que María Fernández bebe los vientos por Salvador, sobre todo a ojos de Jana. Mauro tiene dificultades para hacer entender a Leonor la necesidad de romper su relación¿ y se acaba viendo obligado a decirle la verdad.
Cruz decide cederle su dormitorio a su hermana Eugenia, ya que es el cuarto más amplio y cómodo de la casa. Ella se traslada a la habitación de su marido el marqués y pide a las criadas que vigilen su alimentación y que hagan turnos para que nunca esté sola. Y es que el estado de Eugenia es mucho peor del esperado. No conoce a nadie y empieza a carcajearse sin motivo. Está completamente enajenada. Jana está preocupada, pues en ese estado, doña Eugenia nunca podrá contarle nada del pasado relativo a su madre y a su hermano. Propone a María Fernández reducir la dosis de medicación que está tomando para que así tenga más conciencia y no se pasa el día, aletargada. Por su parte, el padre Camilo está encantado con las friegas en el cuello que le dio Petra y le pide a la criada que las repita cuando pueda. Así lo hace Petra a la que cada vez le cuesta más trabajo no turbarse cuando el sacerdote se queda con el torso al descubierto delante de ella.
Eugenia tiene un accidente que por fortuna no parece grave, pero aun así Cruz abronca y humilla a Curro, que se termina rompiendo a llorar ante Jana y confesándole sus penas. Por iniciativa de Catalina, en las cocinas de la Promesa comienzan a preparar mermelada, intentando que los marqueses no se enteren. Jana intenta ser elegida para cuidar a Eugenia y así poder sonsacarle información, pero Cruz se niega. Será María Fernández la encargada de cuidarla y Jana pide su ayuda para reducir la medicación de Eugenia. Llega a la Promesa de visita Juan Luis Belmonte, amigo de Leonor, y de cara a todos, un partido ventajoso. Cruz presiona a Manuel para que fije ya una fecha para la boda y visite a los padres de Jimena para pedirles la mano, pero él se niega, quiere esperar un poco más.
Jana indaga sobre Eugenia con Catalina y con Manuel. Son los cuidados de María y Salvador los que le dan la clave: la señora está despertando gracias a la reducción de la dosis de medicina. Petra hace creer a Candela que Simona y Lope malmeten contra ella. Removida por la envidia, echa almendras en la comida de Eugenia, lo que podría matarla, pero Lope se da cuenta a tiempo. Camilo indaga sobre la situación económica de La Promesa con Tadeo, que acepta la propuesta de Catalina de distribuir su mermelada, y termina de confirmarlo con un Petra confiada en demasía. El Barón intercede ante Cruz por Curro. Le pide a su hija que Teresa atienda siempre su cuarto. Pía es testigo impotente de este acercamiento. Petra accede a que Salvador ayude a María Fernández con doña Eugenia, y es cuidando a la señora que saltan chispas entre ellos. Mauro rechaza a Leonor y le sugiere que lo intente con Juan Luis de Belmonte.
Rómulo confunde a Jana con una criada que pasó tiempo atrás por la Promesa. Aun así, el mayordomo continúa seguro de que la conoce de algo, lo que deja a Jana preocupada por si la descubre. Simona destapa que fue Candela quien añadió frutos secos a la comida de la señora Eugenia, poniendo en riesgo su vida. A la cocinera no le queda otra que delatar a su ayudante ante Pía, quien, por su parte, sigue intentando salvar a Teresa de los agasajos del Barón. Mientras tanto, María Fernández continúa bajándole la dosis de medicación a Eugenia, que parece más activa y lúcida. Salvador ayuda a la doncella con sus tareas, lo que da a los criados la excusa perfecta para pasar tiempo juntos y dejarse llevar por la atracción mutua que sienten. Harina de otro costal es el padre Camilo, que muestra un interés especial por Manuel y recaba información sobre él gracias a su encandiladora verborrea. ¿Tendrá esto alguna relación con la misteriosa carta que recibe?
El padre Camilo miente sobre la carta que ha recibido, en la que alguien lo apremiaba a avanzar en sus pesquisas. Y el sacerdote dirige su interés hacia Jana y Manuel al comprobar la complicidad que existe entre los dos. Como por milagro, Eugenia empieza a obrar con lucidez y consciencia, para alegría de su hijo Curro. Nadie sabe que esta es la consecuencia de la clandestina reducción de los fármacos que toma Eugenia, una reducción orquestada por Jana. Salvador y María Fernández continúan disfrutando de su mutua compañía. Cruz desencadena una crisis del servicio cuando se propone felicitar personalmente a LA responsable de los nuevos platos salidos de la cocina. ¿Qué pueden hacer? Si descubriera que es Lope, todos acabarían en la calle.
Eugenia ha tenido un nuevo ataque de nervios al ver a Jana. La ha confundido con su madre Dolores. María Fernández miente a la marquesa y le dice que esta crisis se ha producido cuando la señora Eugenia vio una fotografía. Mientras tanto, Pía le comenta a Rómulo su preocupación por Teresa. El barón ha puesto el ojo en ella y está segura de que esconde oscuras intenciones. Rómulo no puede hacer nada, sobre todo porque no ha recibido ninguna queja por parte de Teresa. Pero Pía confirma sus sospechas cuando la marquesa encarga que Teresa haga turnos con María Fernández en el cuidado de Eugenia. Está claro que el barón quiere tenerla cerca. Por su parte, María Fernández está feliz. Salvador ha vencido su timidez y le ha pedido que sean novios. Por supuesto, ella le ha respondido que sí. Por último, Jimena decide marchar de La Promesa y poner tierra de por medio con Manuel para poner a prueba sus sentimientos y ver si se echan de menos en la distancia. Manuel está de acuerdo con ella.
Cruz decide ocultarle la foto en la que se ve a la madre de Jana a su hermana. E intenta sonsacarle a Eugenia acerca de la supuesta aparición de un fantasma. Petra ve a Salvador y María Fernández de arrumacos, y se queja a Rómulo, que les reprende, aunque ellos niegan la acusación. Manuel, pese a lo hablado con Jana sobre ser tan sólo amigos, le vuelve a decir lo que siente por ella y le cuenta que Jimena se ausentará unos días. Jana le reprende y le pide que la deje en paz. Pía inquieta porque Teresa pasa cada vez más tiempo junto al barón. Pero al intentar intervenir se encuentra con la amenaza velada de Petra: no le conviene hacer nada en ese asunto. Don Camilo no tiene muchas ganas de hablar de su pasado en el seminario, y le pide a Petra que le consiga acceso a la biblioteca. Ante la insistencia de Leonor, que quiere conocer toda la verdad de la relación entre Mauro y Teresa, este termina por confesarle algo muy doloroso para ella.
Mauro destruye cualquier esperanza que pudiera quedar en Leonor, confesándole que en realidad está casado con Teresa. Jimena informa a Cruz que vuelve con sus padres, eso sí, sin revelarle la causa, que no es otra que darse un tiempo con Manuel para ver si la distancia aviva una chispa que parece apagada entre ellos. Sin embargo, la marquesa no va a quedarse de brazos cruzados y solicita la intervención de Alonso, que explica al futuro heredero el verdadero motivo por el que debe casarse con Jimena. Por su lado, Jana sospecha que Camilo oculta algo y se propone destaparlo con Salvador. Entretanto, el doctor visita a Eugenia y María Fernández deberá ingeniárselas para que no descubra que no le han estado dando las dosis recomendadas de medicamento. Y Lope recibe a un misterioso chico llamado Miguel¿ mientras el barón continúa estrechando el cerco en torno a Teresa, a la que ofrece un puesto con él de ama de llaves.
Alonso pone a Manuel al tanto de la crítica situación económica en la que se encuentran, y el propio muchacho lo comprueba visitando el banco y lo confronta con su madre, que ya estaba al tanto. María Fernández intenta pasear con Salvador fuera de La Promesa, pero éste sigue alerta por el aviso de Lope. Simona cuenta que la Guardia Civil busca a Miguel, lo que alerta aún más al cocinero. Le insiste a Salvador para que no salga de la casa. Teresa deja caer a Mauro que le queda poco tiempo en La Promesa y ante la presión del criado le confiesa que tiene una oferta de trabajo. Al contárselo a Pía, llegan a la conclusión de que el Barón está detrás. Éste es muy claro con la ama de llaves: si quiere que deje en paz a Teresa ya sabe qué tiene que hacer. Curro no consigue animar a su prima Leonor, afectada por su ruptura con Mauro, por lo que pide ayuda a padre Camilo, quien finalmente confiesa a la muchacha para obtener su secreto.
Manuel termina de indagar sobre la verdadera situación de las finanzas familiares y por fin comprende el alcance de su responsabilidad respecto a Jimena y al futuro de La Promesa. Los episodios de agresividad de Eugenia, cada vez menos medicada, acaban por decidir a Cruz a enviarla de vuelta al sanatorio. Jana comprende que se le acaba el tiempo para sonsacarle la verdad a Eugenia. Necesita un plan con urgencia. Ante los avances del Barón hacia Teresa, Pía se deshace de sus miedos y decide hacerle frente al violador con todas las consecuencias. Ahora que María Fernández se sentía feliz y afortunada, descubre que Salvador, su flamante novio, anda metido en algo turbio; lo peor para ella es que él se niega a decirle de qué se trata. Pía empieza a tener fuertes dolores en el vientre; el secreto de su embarazo hace que solo pueda hablar del asunto con la única persona que sabe de él: Candela.
El marqués ha hecho ver a su hijo Manuel la complicada situación financiera de La Promesa y éste ha comprendido que la única solución para salvar la finca es casarse con Jimena. Pero Manuel no sabe cómo conquistarla y su madre, doña Cruz, le sugiere que le regale algo muy personal. Manuel escoge para Jimena un sonajero de plata que tiene guardado desde que era un niño. Ella recibe este obsequio tan especial con mucha alegría. Los marqueses invitan a los padres de Jimena, los Duques de los Infantes a La Promesa para formalizar la pedida de mano. Jana, apenas puede ocultar la pena que le causa el avance en la relación entre Manuel y Jimena. Al menos, ha conseguido hablar con la señora Eugenia y confirmar que fue ella la que se quedó con su hermano, pero lo hizo obligada por su padre el barón. Jana, impulsiva, quiere hablar con el barón y que se lo confirme, pero María Fernández la frena. El barón es un hombre muy peligroso y antes de acusarle de nada debe tener pruebas concluyentes.
Eugenia, tras su encuentro con Jana, afirma haber hablado con Dolores. Esto asusta a Cruz, que interroga a Teresa y María Fernández, sin conseguir ninguna información útil. Cruz decide, junto a su padre, que Eugenia debe regresar al sanatorio, pese a la oposición de Curro. Manuel le pide perdón a Jana por la conversación del otro día, cuando le dijo que lo que sentía por ella era más intenso que lo que sentía por Jimena, y reitera que ahora sólo serán amigos. En cocina se disponen a preparar la importante cena de pedida de mano, con la presencia de los duques del Infantado. Mientras, Rómulo y Pía siguen intentando alejar a Teresa del Barón, por lo que este se enfada, y también Teresa, que sigue viendo en él a un caballero. Camilo se da cuenta de que algo pasa con Teresa y le sonsaca a esta y a Petra. Leonor está destrozada, llorosa, y su primo Curro no consigue hacerla reaccionar. La muchacha sube hasta la Torre que preside la fachada de La Promesa, dispuesta a lanzarse al vacío.
Curro evita que Leonor se precipite al vacío. Los marqueses empiezan a indagar sobre la tristeza que asola a su hija, y Curro tapa lo sucedido en el torreón. Rómulo advierte veladamente al Barón, en relación con Teresa. Mientras, Jana trata de indagar sobre él, convencida de que al portar el anillo con el sello de La Promesa es el asesino de su madre. Pero no consigue nada y decide encararlo directamente. Simona y Candela son testigos de cómo Lope parece estar dejando de lado sus labores de cocinero. En realidad, está protegiendo a Miguel, que se esconde en La Promesa porque le busca la Guardia Civil. María Fernández encuentra a Miguel y se convierte en cómplice. Los avances en la preparación de la boda de Jimena con Manuel suponen un baño de realidad para Jana que, al ver a Manuel dormido en la Biblioteca, está tentada de darle un beso.
Curro, ahora que sabe que Cruz está pensando en devolver a Eugenia al sanatorio, intenta hacer ver a su madre que debe alimentarse para ponerse bien y evitar el traslado. Ella le habla a su hijo de Dolores por primera vez. Leonor no sale de su depresión amorosa y Mauro se ve tentado de volver con ella. Leonor se desahoga escribiendo cartas a su prima Martina. Juan Ezquerdo pide explicaciones a Rómulo sobre su decisión de apartar a Teresa de él, creyendo que el mayordomo se va a acobardar, pero no resulta ser el caso. Miguel se decide a salir de su escondite, para no comprometer más a sus amigos. Salvador y Lope dudan de esa decisión. El encono entre Simona y Lope va a más, y Pía se ve obligada a mediar para evitar una crisis.
Cruz envía a su hermana Eugenia al sanatorio sin avisar a nadie, ni siquiera a Curro para que pudiera despedirse de su madre. Catalina le recrimina su acción delante de todos, y por supuesto Jana, que intenta consolar a Curr... hasta que llega el Barón y exige al muchacho que deje de ser tan débil. Mientras tanto, el misterioso Miguel vuelve a la Promesa y explica a Lope y Salvador que no le queda otra opción que huir¿ y les recomienda a ellos hacer lo mismo. Leonor ha enfermado de pura tristeza y por eso el doctor que la ha examinado no ha encontrado ninguna enfermedad que justifique su malestar. Tras una tarde de sueño, Leonor despierta bastante recuperada físicamente, pero su estado de ánimo sigue siendo bajo, de ahí que insista en que le permitan permanecer tranquila y sola en su habitación. Así están las cosas cuando acuden los duques de los Infantes para que Manuel les pida la mano de Jimena. Una visita en la que se destapa que el duque conocía ya al padre Camilo... pero ¿de qué?
Manuel hace entrega a Jimena de su alianza de compromiso, oficializando su futuro enlace. A Jana, sin embargo, lo que la deja en shock es otro anillo, el del Barón, pues es el mismo recuerda del asesino de su madre. Rómulo ha recibido una paliza mientras realizaba un encargo para el Barón, lo que acrecienta las sospechas de Jana hacia ese hombre y no duda en compartir con todo el servicio que cree que el padre de la marquesa está detrás del ataque. La visita de Martina, la sobrina de Alonso, a La Promesa lo pone todo patas arriba. Sobre todo a Leonor, para la que resulta ser un soplo de aire fresco. Nos enteramos que Alonso y su hermano hace mucho que no se hablan por algo que sucedió en el pasado. Pero, ¿a qué ha venido Martina? ¿Sabe realmente su padre que está en La Promesa? Salvador, asustado por la advertencia de Miguel, quiere huir de La Promesa. Su miedo está relacionado con unos papeles que Lope tiene escondidos¿ o tenía, porque Candela los ha cogido y exige una explicación.
Salvador confiesa a Simona y a Candela que cometió una acción contra la ley: falsificó un documento para librarse de ser alistado en la guerra del Rif. La cocinera y su ayudante entienden los motivos y guardarán el secreto Mientras, Jana asiste con dolor a la relación cada vez más estrecha que hay entre Manuel y Jimena. Ésta le ha regalado una cámara de fotografías que Manuel utiliza con frecuencia. En uno de los retratos, Jimena se empeña en posar junto a Jana en el hangar, lo que provoca una situación muy incómoda. Además, Jana no deja de darle vueltas al tema del anillo que vio en el dedo del Barón y que llevaba uno de los asesinos de su madre. Se enfrenta al Barón, que le tiende una trampa para acusarla de ladrona y no tarda en contárselo todo a su hija Cruz. Ésta advierte a Pía. O consigue que Jana modere su carácter indómito o tendrá que irse de La Promesa.
Se llevan detenido a Salvador para interrogarlo. María se queda muy agobiada al descubrirlo. Lope quiere ir al cuartel a preguntar por su amigo pero Pía se lo impide, podría terminar él detenido. Al final le piden ayuda a Rómulo, que cree poder interceder para que liberen al joven lacayo. Martina le devuelve a Mauro el colgante que él le regaló a Leonor y él asume que ese es el fin de su relación. Mientras, el Barón, cada vez más inquieto por las notas anónimas amenazantes que le han hecho llegar, acusa a Rómulo, que se defiende, y a la vez lo culpa del ataque que sufrió. El Barón, tras una discusión con Alonso, decide marcharse del palacio, irá a Córdoba. Jana va hasta el hangar buscando a Manuel. Quiere hablar con él, no aguanta más la situación que están viviendo.
Los Duques de los Infantes se presentan de improviso en La Promesa. En realidad, Camilo les ha citado para contarles que Manuel se casa para salvar a su familia de la ruina. Salvador se libra de la cárcel, pero no le quedará otra que ir a la guerra. María Fernández le ofrece sus ahorros para pagar la cuota y librarse, pero son insuficientes. Leonor le cuenta a Martina que no soporta estar más tiempo en La Promesa. A Martina se le ocurre que estudie Moda en Paris, pero sus padres se niegan. El Barón insiste en minar la decisión de Manuel de casarse con Jimena. Pía se enfrenta a él por la paliza que ordeno dar a Rómulo y, vigilante, llega a punto de evitar que éste abuse de Teresa. La doncella asume el peligro que corre y finalmente pide ayuda. Jana declara su amor a Manuel, pero lo suyo es imposible, y le dice se marchará de La Promesa. María descubre una caja con balas y teme que vaya a hacer una locura contra el Barón, pero quien finalmente se enfrenta a él es Alonso.
La marcha de Salvador a la guerra de África es un golpe terrible para María Fernández, aunque la doncella no tiene mucha ocasión de lamentarse de sus penas porque descubre los diarios de Jana y piensa que su amiga tiene la intención de matar al Barón. María intenta impedirlo. El Barón, ajeno a esto, sigue empeñado en seducir a Teresa. Aunque la doncella, consciente de sus verdaderas intenciones, ya ha aceptado la ayuda que le ofrecían Pía y Mauro. El ama de llaves hace todo lo posible para evitar que Teresa corra la misma suerte que ella. Martina logra lo impensable: que los marqueses autoricen a Leonor a ir a estudiar moda a París. Lo que no saben es que todo es parte de un plan de la propia Martina para poder quedarse en La Promesa. Camilo recibe instrucciones de ganarse la confianza de Jimena mientras el padre de ella indaga cuánto hay de cierto en la supuesta ruina de los Luján.
Es un día extraño en La Promesa. Una nube negra de incertidumbre se cierne sobre el palacio. Y es que ni Manuel ni el barón aparecen por ninguna parte. Manuel partió en mitad de la oscuridad con su avión, lo que supone una temeridad muy grande. La Guardia Civil informa de que ha habido un accidente de avión cerca de Puebla de Tera ¿Es el de Manuel? ¿Habrá muerto en el accidente? Alonso parte hacia allá y promete llamar por teléfono en cuanto tenga noticias. El barón tampoco está en palacio. Sí que ha pernoctado allí, pero parece que se ha ido de buena mañana sin despedirse de nadie. Es cierto que había comentado en varias ocasiones su intención de visitar a unos amigos en Córdoba, pero la marquesa se ha quedado intranquila con su marcha tan repentina. También Teresa y Pía están muy inquietas e incluso tienen una indisposición estomacal. Algo ocurrió por la noche con el barón.
El impacto de la noticia de la muerte de Manuel es devastador: él era el piloto del aeroplano accidentado. Rómulo da la noticia al servicio, que se pone manos a la obra para vestir la Promesa de luto. El dolor es un nuevo residente en el palacio y cada uno lo gestiona como puede. Cruz está hundida, pero se muestra lo más sólida posible. Al duelo se le suma la molestia de localizar a su padre el Barón, que ha desaparecido sin dejar referencias de su paradero. El llanto de Jimena por la muerte de su prometido recorre los pasillos de las habitaciones de los señores. Tal es su intensidad, que la marquesa encarga que duerman a su nuera con láudano. El dolor de Jimena despierta los recuerdos en Candela de la muerte de su propio marido. Una historia que, al parecer, Simona prefiere no recordar¿ reacción que no pasa inadvertida al padre Camilo. Y Jana camina por el hangar como alma en pena, reviviendo todos los encuentros íntimos que tuvo con Manuel. Momentos que no volverán a repetirse jamás.
Llega la noticia de que Manuel sigue vivo y estalla la alegría, aunque pronto sabrán que está mal herido y lo han ingresado en un hospital con un fuerte golpe en la cabeza. Pero sus padres deciden que pase la convalecencia en su casa, y se prepara La Promesa para el traslado. El Duque de los Infantes oculta su frustración: para él habría resultado mucho más sencillo que Manuel no hubiera sobrevivido para que su hija no tuviera que desposar con él. Le pide a Camilo que siga con sus investigaciones, quiere pruebas de la ruina de los Luján. La marquesa anda inquieta porque siguen sin llegar noticias de su padre. Ni siquiera las llamadas de Rómulo a los amigos del Barón arrojan algo de luz sobre su paradero. Y Jana intenta eliminar las pruebas que quedan de las amenazas al Barón. Pero cuando está en ello Curro la sorprende... ¿Ha visto la nota amenazante que la incriminaría?
Jana sale del paso sin que Curro descubra los anónimos destinados al Barón. Sin embargo, perdura la tensión entre Jana, Pía, Teresa y María Fernández, es obvio que algo ocultan. Petra pide explicaciones a todos, porque sospecha que hablan mal de ella a sus espaldas. Pero Candela le aclara que hablaban sobre don Camilo, lo que enfada todavía más a la doncella de la marquesa. Confirman que Manuel llegará a La Promesa al día siguiente, y Camilo manipula a Jimena advirtiéndole sobre las dificultades que conlleva cuidar a una persona enferma. Lope le ofrece a María Fernández enseñarle a jugar al mus para animarla y para ello recurre a Teresa y Mauro. Pero ni siquiera el juego le hace olvidar su preocupación por Salvador. La doncella tiene un mal presentimiento que parece confirmar una carta de Melilla.
La inminente llegada de Manuel concita la expectación de todos en La Promesa, ya que solo el marqués, que fue a Puebla de Tera, conoce el estado de salud de su hijo. A la preocupación por Manuel, se le suma la incógnita sobre el paradero del Barón. Ya son muchos días sin noticias y Cruz está histérica. Afortunadamente Martina logra aplacar la inquietud de Cruz razonando que, de haberle sucedido algo grave a su abuelo, ya habrían tenido noticia de ello. María Fernández recibe una primera carta de África y Lope se la lee. Salvador está sano y salvo, echa mucho de menos a su novia y también los guisos de Lope, porque la comida en el cuartel es mala; y también les cuenta que está a la espera de que le asignen destino. Petra mete cizaña al padre Camilo revelándole que no todos en la casa lo estiman como debieran.
Todos están muy preocupados en La Promesa por el estado en el que se encuentra Manuel tras el accidente de avión. El joven se halla en una situación de letargo, ni habla ni se mueve, y los médicos han dicho que permanecerá así una temporada. Jimena apenas es capaz de acercarse a su prometido, le causa una extraña mezcla de cariño y repulsión. Por su parte, el barón sigue sin dar noticias de su paradero. El marqués está extrañado, pero piensa que, en el fondo, lo que quiere es ser el centro de atención y que no deben preocuparse por él. Jana, María Fernández, Pía y Teresa están especialmente sensibles con toda la situación... De hecho parece que esconden algo ante el resto del servicio y de los señores. Por su parte, Petra dice a Candela y a Simona que Camilo se queda otra temporada en La Promesa porque su parroquia de León está en obras. Camilo le agradece que haya dicho esa "mentirijilla" sin importancia.
La marquesa sigue muy preocupada por la desaparición de su padre y le pide a Rómulo que le ayude en la búsqueda. Curro se ofrece a colaborar y Cruz, para su sorpresa, acepta la ayuda. Mientras, el marqués está centrado en la recuperación de su hijo y no le interesa gran cosa el barón, lo que le lleva a discutir duramente con su mujer. Jana ya se ha hecho con las notas amenazadoras que le mandó al barón, pero ahora toca devolver la pistola y las balas que sustrajo a su sitio. Y mientras María anda muy triste por la marcha de Salvador. Con la ayuda de Lope le escribe una carta. Y Camilo continúa con su labor para alejar a Jimena de La Promesa, siguiendo las instrucciones del Duque de los Infantes, e intenta convencerla de que no pasa nada si siente repulsión al ver así a Manuel.
Cruz reacciona muy mal al descubrir a Lope en las cocinas y promete tomar represalias contra todos los implicados. Quiere que haya despidos, pero Alonso recomienda prudencia. Finalmente, los marqueses comunican a Pía y Rómulo las terribles consecuencias de su desobediencia. Candela y Simona saben que Petra está detrás de esta traición y se enfrentan a ella. María cree que Lope será despedido y que se quedará sin ese apoyo, ahora que su Salvador está en el frente. Jana se entera de que Manuel sufrió convulsiones en presencia de Jimena. La joven le confiesa que le cuesta cuidar de él y Jana sufre por no tener libertad para hacerlo ella misma. Rómulo y Curro siguen con sus pesquisas para dar con el Barón, mientras que Jana, María Fernández, Pía y Teresa conservan a buen recaudo su secreto. No pueden imaginarse que el padre Camilo verá como Jana y María Fernández devuelven la pistola a la biblioteca.
El estado de Manuel ha empeorado y el diagnóstico del doctor es preocupante. Cruz, alarmada, descarga su frustración sobre Alonso, resquebrajando el matrimonio. Lope se disculpa con sus compañeros por poner en peligro sus puestos de trabajo al aceptar cocinar en La Promesa. Va a intentar hablar con los señores para asumir toda la responsabilidad. Jana, por su parte, continúa masajeando y cuidando a Manuel en secreto, hasta que Alonso la descubre. Curro no consigue cumplir con el encargo de su tía de encontrar al barón, cuya desaparición tampoco le deja centrarse en los estudios. Lope tiene una sorpresa para María Fernández de parte de su amado Salvador: una caja de música, un regalo por su primer mes juntos. Y otra sorpresa, pero esta vez desagradable, tiene Alonso para Rómulo: a La Promesa va a acudir un nuevo mayordomo para supervisar su trabajo. Mientras tanto, Catalina no encuentra el broche que perteneció a su madre. Algo realmente extraño.
Jimena no parece capaz de vencer el rechazo que le produce el estado de Manuel y evita pasar tiempo con él. El duque cree llegada la ocasión de apartar de allí a su hija y la va a buscar para llevársela, pero Jimena, a pesar de todo, no quiere abandonar a su prometido. La amenaza de Alonso se cumple y el nuevo mayordomo llega a La Promesa; desde el principio queda claro que no ha venido a hacer amigos. Candela y Simona embarcan a Teresa en sus pesquisas para averiguar la verdad sobre el padre Camilo. La carta que recibe María de Salvador es casi una despedida: al pobre lo han destacado a un blocao en tierra de nadie, a merced del enemigo.
Manuel ha despertado de su estado de letargo, pero, tras unos minutos de tensión, vuelve a caer inconsciente. Jimena se culpa de haber sido la causante, pero Cruz la consuela, está segura de que Manuel volverá a despertar de nuevo. Y así ocurre. Pero Manuel está muy confundido y no recuerda nada. Reconoce a sus padres, pero de Jimena sólo es capaz de decir que es la esposa de su difunto hermano Tomás. Por otra parte, el nuevo mayordomo Gregorio impone unas duras normas entre el servicio y deja casi sin atribuciones a Rómulo al que realiza continuos desplantes en público. Rómulo contiene su rabia como puede.
Jimena hace ver a Cruz que la amnesia de Manuel es una oportunidad única para reconstruir sus recuerdos y hacerle creer que estaban perdidamente enamorados. Pero para ello primero deben evitar que nadie le cuente cosas sobre su pasado. Gregorio inicia la exhaustiva búsqueda del broche de las marquesas de Luján. Y empieza por los criados, a los que la actitud del nuevo mayordomo está llevando al límite. Las más perjudicadas por Gregorio son Candela y Simona, que deben soportar cómo les busca sustitutas delante de sus narices. Por su parte, las cocineras continúan investigando al padre Camilo, hasta el punto de preguntar a don Fermín, el párroco del pueblo, por su supuesta relación con él.
Conrado llega con la noticia de la muerte del barón: han encontrado el cuerpo junto a su vehículo, precipitado por un barranco. Todo apunta a que ha sido un accidente. La marquesa está desolada ante la noticia. Los marqueses deciden que Manuel no se entere, y se lo ocultan. Mientras Jimena sigue con su trabajo de construir un pasado alternativo para Manuel, uno en el que ya no le gustaba volar y estaba muy enamorado de ella. Jana, entre tanto, desespera por no poder verlo, y más cuando le dicen que no se le puede hablar de su pasado. Gregorio continúa con su acoso al servicio. Les obliga a planchar camisas ya planchadas, y abronca a Simona y Candela cuando descubre gracias a Petra que estaban registrando en la habitación de don Camilo.
Cruz insiste en que Manuel se case con Jimena a pesar de que la muerte del Barón resuelve los problemas de La Promesa. Manuel le exige a Jimena y a su madre que, a partir de ahora, sean absolutamente sinceras con él. Pide a la propia Jimena que le cuente sobre su relación, y tras escuchar sus mentiras ya no duda de su amor. Rómulo agradece a Jana que cuidara de Manuel y le ayudara con sus ejercicios; al contrario que Gregorio, que la abronca por lo mismo. Jana quiere saber cómo ambos se enteraron, e indaga con Mauro, sin fortuna. Su intención, tras la muerte del Barón, es abandonar efectivamente La Promesa.
Cruz está convencida de que la inesperada aparición del capitán de la Mata, su cuñado, solo puede obedecer a un intento de hacerse con parte de la herencia del barón. Las preocupantes noticias llegadas de África hacen temer a María Fernández que Salvador esté muerto o malherido. Jana ve la ocasión esperada de ir a ver a Manuel cuando la familia en pleno ha de acudir al entierro del barón de Linaja, pero no cuenta con una cautela dispuesta por la marquesa¿ Catalina se presta a llamar personalmente a la diócesis de León para averiguar cuanto pueda sobre el padre Camilo. Gregorio decide abandonar la busca del broche desaparecido y dejarla en manos de la Guardia Civil.
Jana, María Fernández, Pía y Teresa charlan sobre los últimos sucesos que han acontecido en La Promesa. En este contexto, Pía le comenta a Jana quién es el padre del bebé que espera, algo que ayuda a Jana abrirse y confesar su mayor secreto. Jana también les comenta las sospechas de que Curro podría ser su hermano Marcos. Manuel y Jimena tienen una emotiva conversación, que acaba de la mejor de las maneras.
Catalina sigue haciendo de las suyas para investigar el pasado del padre Camilo. Gregorio, encomendado por la marquesa, sigue la pista a Jana para ver si comete algún error o sino forzarlo a que así sea con el pretexto de despedirla. Curro subre un percance jugando junto a su padre y Jana descubre qué detrás hay más bien una relación de maltrato. Alonso insiste a la Guardia Civil para que encuentre el broche desaparecido, pero Catalina le da una sorpresa, al comentarle que ya lo ha encontrado.
Lorenzo continúa en La Promera, pero Cruz hace todo lo posible para que se vaya. Catalina le confiesa a su padre todo lo que ha ido descubriendo sobre el pasado de don Camilo. Y la verdad sale a la luz. En ese momento, Alonso llama al sargento Funes y éste decide interrogar al cura para saber quién hay detrás, pero este no se lo pondrá tan fácil.
Camilo amaneza a Alonso y a Conrado y los amordaza, pero Catalina lo descubre y hace todo lo posible para salvarles. Martina pone en una situación de aprieto a Gregorio, al pedir requerir la ayuda de Mauro para un pequeño recadito. Jana le comenta a María que salvó los famosos mapas del avión de Manuel porque éste sigue teniendo la idea de querer repararlo. Lorenzo le manda una proposición a su hijo Curro, pero se lleva una sorpresa.
Cruz admite ante Catalina que vendió el broche de las marquesas de Luján para costear su fiesta de cumpleaños. Catalina estalla ante la afrenta a su madre, ya que el broche le perteneció a doña Carmen, y no piensa dejar que Cruz salga impune de esta. Lope pide disculpas a María Fernández por haberla besado y atribuye el arrebato a los nervios que pasó por el secuestro de Camilo. María Fernández le garantiza que ya lo ha olvidado, pero no va a ser tan sencillo… Jana cura las heridas que Curro sufrió por la última paliza que le propinó Lorenzo. La doncella se atreve a insinuar al señorito que quizás el capitán no sea su padre biológico y el muchacho decide interrogar a Cruz sobre su pasado. Rómulo comparte con Pía su inquietud: Gregorio le guarda rencor por un hecho del pasado que él no consigue recordar. Y todo esto mientras el duque de los Infantes se dirige a La Promesa, dispuesto a detener el matrimonio entre Jimena y Manuel.
Alonso está muy enfadado con Cruz por haberle ocultado la venta del broche de su difunta mujer. Los dos tienen una fuerte discusión y sacan rencillas del pasado. Cruz le echa en cara que nunca la querrá como a su fallecida esposa y que no haya aceptado jamás a su familia. De hecho, la noche en la que el barón se fue de La Promesa y tuvo el fatal accidente, había discutido duramente con Alonso. Quizás eso provocó la marcha precipitada del barón. La boda de Manuel y Jimena va sobre ruedas. Los dos jóvenes parecen muy enamorados. La chica se impone a su padre el duque y lo invita a pasar una temporada en La Promesa mientras cierran los preparativos del enlace. Por su parte, Curro continúa sospechando que Lorenzo en realidad no es su padre, no se parecen en nada. El chico se lo confiesa a su tía Cruz que intenta quitarle esa idea de la cabeza, aunque se queda preocupada. Jana está contenta de que Curro esté sacando conclusiones por sí mismo, pero María Fernández no termina de fiarse del
Alonso le dice a Cruz que no van a despedir a los cocineros, demostraron holgadamente su lealtad durante el crudo episodio con el padre Camilo. La marquesa se opone, pero la decisión de Alonso es firme. Cruz termina por confesarle a Curro que Lorenzo no es su padre, pero le dice que no sabe quién es. Cuando Curro se lo cuenta a Lorenzo este también lo reconoce, pero tampoco de quién es hijo… Y le anima a no seguir investigando, si saliera a la luz que es un bastardo sería repudiado por la sociedad. Rómulo y Pía siguen intentando saber por qué Gregorio se comporta así con Rómulo, pero por ahora no consiguen ninguna información relevante. Pero la relación entre Pía y Gregorio mejora por días. El duque de los Infantes le dice a Alonso que no quiere que su hija se case con Manuel porque los Luján son unos sinvergüenzas, que han ocultado la ruina de sus cuentas y que emparentan solo por interés. El marqués le ordena que retire la acusación. Espadas en alto.
A pesar de sus diferencias, los Duques de los Infantes y los Marqueses de Luján llegan un acuerdo para la boda, cuyos preparativos comienzan por fin. Cruz le restriega a Catalina que lo del broche no vaya a tener consecuencias. Aunque sí las tiene cuando Alonso le pide una terrible humillación: que dé las gracias a las cocineras por desenmascarar a Camilo. Candela le cuenta a Jana que ella también conoce el secreto del embarazo de Pía. Curro se disculpa ante la doncella por su trato distante, y a ella finalmente se le ocurre la manera de contarle a su hermano la verdad. La noticia de que no habrá despidos en La Promesa llega a los empleados a través de don Gregorio. Pía no ha cejado en su empeño de investigar al mayordomo, sin averiguar nada. Lo que Rómulo no se espera es que sea el mismo Gregorio el que le cuente de dónde viene su animadversión hacia él.
Catalina, Martina y Jana están cada vez más convencidas de que el amor de Manuel por Jimena es algo inducido por la propia Jimena y por Cruz, que se han aprovechado de la amnesia causada por el accidente. Y la oportunidad de enfrentar a Manuel a sus recuerdos reales se da cuando concluye la reparación del avión: ahora solo falta mostrárselo a Manuel. Rómulo se hunde al descubrir que la acusación que le hizo Gregorio, responsabilizándolo de la muerte de su hermano menor, es verdad. La culpa y los remordimientos que no sintiera por pura ignorancia ahora se adueñan del mayordomo. Lope se ve forzado a confesar por fin ante María lo que sabe de Salvador, que el enemigo lo tiene prisionero. Esta realidad es demasiado dura para María Fernández, que lo acusa de mentir para ocupar el lugar de su amigo y aprovecharse de ella. La marquesa, obligada por su esposo, ha de pasar el mal trago de bajar a la cocina a felicitar a Candela, a Simona y a Lope, cuando lo que ella querría es despedirlos.
La boda se acerca y Cruz, Jimena y su madre alaban el vestido de novia. Tanta superficialidad se hace insoportable para Catalina, que además tiene que ver cómo su madrastra sale impune de la venta a traición del broche de las marquesas de Luján. Para Curro también es un día importante: ha llegado su tutor. Candela recibe un anónimo informándola de que conoce un oscuro secreto de su pasado. Ella intenta restarle importancia. Gracias a Pía, Gregorio comienza a mostrar un lado más amable con el servicio. Y Jana tiene que soportar la frivolidad circundante a la boda con todas sus esperanzas puestas en que, al ver su avión reconstruido, Manuel recuerde su pasado y lo mucho que la amaba.
Catalina le enseña a Manuel el avión que ha arreglado con la ayuda de Jana. Sin embargo, la reacción de éste es muy distinta a la que esperaba. Manuel afirma que su pasión por los aviones es cosa del pasado. Catalina se lo cuenta a Jana, pero la doncella no se da por satisfecha. Por otra parte, todos felicitan a Curro por haberse convertido en un bachiller. Incluso Simona ha preparado el postre favorito del muchacho para celebrarlo. Mientras, Catalina ha conseguido que la baronesa de Azahara le preste el broche de su madre para lucirlo en la boda de Manuel. Cruz lo considera una provocación y Catalina, que ya no se esconde, le dice que es sólo el principio de su venganza.
Jana queda destrozada cuando ve que Manuel no la recuerda. María Fernández intenta consolar a su amiga, pero no es fácil superar la ignorancia de la persona que amas. Y menos todavía cuando los preparativos de la boda entre Manuel y Jimena avanzan viento en popa. Teresa está muy afectada por los remordimientos tras la muerte del barón de Linaja y a punto está de cometer una locura. María Fernández le pide ayuda a Martina para localizar a Salvador, y Martina a su vez habla con su tío, que promete hacer lo que pueda. Pía le aconseja a Rómulo que le pida perdón a Gregorio, y eso hace, pero no sirve de nada. Lorenzo le dice a Cruz que seguirá allí hasta que se abra el testamento. Y Alonso habla con Manuel, ahora ya no tiene por qué casarse, gracias a la herencia tienen dinero suficiente y si Manuel lo pide, suspenderá la boda.
La Promesa se engalana para la boda de Manuel y Jimena. A pesar de la oposición de los duques, de los intentos de Jana y Catalina por hacer recuperar al joven heredero la memoria, incluso de la oferta de Alonso para deshacer el compromiso… La joven pareja está dispuesta a darse el sí quiero. Jana los ve desde la distancia, dudando si debe parar el enlace y quitar por fin la venda de los ojos a Manuel; o callarse y perder para siempre al amor de su vida.
Alonso promete a Catalina que el dinero de la dote de Jimena solucionará las deudas de La Promesa. La propia Jimena y Cruz cantan victoria. Pero el nuevo matrimonio corre peligro cuando Manuel invita a volar a Jana en su avión y el olor de su pelo reaviva sus recuerdos. Petra escucha a escondidas una discusión entre Gregorio y Rómulo, y descubre que Pía sigue embarazada. No duda en soltar comentarios maledicentes contra la ama de llaves… y en contárselo a su señora. Cruz le cuenta a Curro que su padre postró a su madre en una silla de ruedas tras una paliza, y el muchacho parece dispuesto a vengarse de él. Candela recibe una nueva carta para hablar de su pasado, y esta vez viene firmada por don Camilo. Lope se lo cuenta a Simona, quien decide coger el toro por los cuernos y ser ella misma quien desvele a su amiga lo que le quiere contar el falso cura.
Simona, por fin, se decide a revelarle a Candela el gran secreto que le ocultaba. Su marido, Toño, mató a Custodio, el esposo de la ayudante de cocina. Simona ayudó a tapar el crimen para evitar terribles repercusiones para ella y sus hijos, y lo echó de su casa. Candela se queda en shock y se marcha de La Promesa. Necesita despejarse. Simona sabe que lo ha hecho muy mal y no puede dejar de llorar. Por otra parte, Curro estalla contra su padre Lorenzo después de que Cruz le haya revelado que él es el culpable de que Eugenia esté en silla de ruedas. Lorenzo reconoce su culpa, pero le pide a Curro otra oportunidad. Quiere comportarse por fin como un padre. Mientras, Manuel está muy confundido. Mauro le confirma que fue la doncella la que lo cuidó con dedicación durante su convalecencia. Sin embargo, esto no coincide con lo que le cuenta su esposa Jimena, que se muestra cariñosa y enamorada. Manuel empieza a sospechar que han manipulado sus recuerdos.
Jimena discute con Catalina y descubre que Jana ha estado implicada en el arreglo del avión y toma cartas en el asunto. Hace que Jana tenga que marcharse por unos días a servir en la casa de sus padres. Cuando Manuel se entera intenta detener a Jana. Curro y su padre se han reconciliado y ahora tienen claro cuál es su enemigo común: Cruz. Alonso le muestra una copia del testamento a Cruz. Como se temían, la mitad de la herencia irá a manos de Lorenzo. Alonso dice que tienen que aceptarlo pero Cruz no se resigna, no está dispuesta a que el maltratador de su hermana se quede con el dinero. Candela no regresa y Simona y Lope piden la ayuda de Pía para seguir ocultando su ausencia. Simona sufre, sabiéndose culpable, y desea con todas sus fuerzas que su amiga vuelva sana y salva a La Promesa. Petra le dice a Teresa que pronto habrá una vacante de doncella personal y que ella podría conseguir que le den el puesto a Teresa.
Manuel besa a Jana y se le declara. Pero ella corta sus fantasías, los dos deben ser realistas: ahora Manuel está casado con Jimena, y ella tiene que atender el encargo de servir en casa de los Duques de los Infantes. El joven de Luján sigue preguntando a todos para recuperar sus recuerdos, y gracias a don Rómulo descubre que su pasión por la aviación nunca decayó, como le hizo creer Jimena. Candela regresa a La Promesa y advierte a Simona que no volverá a dirigirle la palabra. Tanto es así que utiliza a Lope de intermediario. Catalina tiene un duro encontronazo con Lorenzo, que la humilla por encargarse de las cuentas de La Promesa, una tarea para la que, según él, no está capacitada por ser mujer. Pero lejos de callarse, Catalina le planta cara. Por fin llega la lectura del testamento del barón. Alonso y Cruz descubren con sorpresa que hay un nuevo testamento, posterior a la copia que ellos tienen … Y que cambia radicalmente sus planes.
La apertura del testamento del barón desvela que este ha dejado a sus hijas sus dos palacios, pero su fortuna en metálico se la ha dejado a la baronesa Elisa de Grazalema. ¿Quién es esa misteriosa mujer y qué relación tenía con el barón? El enfado de Simona y Candela se hace evidente en el palacio. Lope sirve de interlocutor entre ambas, complicando la ya de por sí difícil tarea de cocinar en la Promesa. Continúan las pesquisas de Manuel por desenmascarar a Jimena. Ella lo nota y organiza, con la complicidad de Simona, una cena para Manuel con todos aquellos alimentos que le gustan y algún otro afrodisíaco. Petra finalmente desvela a todo el servicio el secreto de Pía, que sigue embarazada.
Alonso quiere averiguar quién es esa Elisa de Grazalema a quien el barón ha legado nada menos que un tercio de su fortuna. Lo que no sospecha es que él ya conoce a la heredera… y no guarda un buen recuerdo de ella precisamente. Azuzada por Petra, la marquesa confirma que Pía ha mentido y sigue embarazada. Lope, que está pasando las de Caín como paño de lágrimas de María Fernández, se anima a confesarle a Mauro lo mismo que desmintió hace bien poco: que está enamorado desde siempre de la doncella… Catalina logra que su padre la autorice a visitar el palacio de Cádiz que han heredado del barón de Linaja para valorar una posible venta. Manuel va juntando evidencias de la manipulación que ha sufrido a manos de Jimena.
La heredera de la fortuna del barón resulta ser Elisa de la Vega, nada más y nada menos que una antigua pretendienta de Alonso. Cruz, que la ha invitado a La Promesa, comprueba con miedo las confianzas que la baronesa tiene con su marido. Tensa también está la relación entre Manuel y Jimena. Ella parece haber enfermado del disgusto provocado por su discusión y él intenta arreglarlo. Por su parte, Curro vive otro desplante de Lorenzo, a pesar del pacto al que llegó con él. Y Pía vive momentos muy confusos desde la revelación de su embarazo. María Fernández y Teresa le dan su apoyo, mientras que Petra aprovecha para hundirla y poner la sombra de la duda sobre la paternidad de la criatura. Es una situación insostenible en la que los marqueses deciden intervenir con mano de hierro ¿es el fin del ama de llaves en La Promesa?
Pía y Gregorio han hablado con los señores, que les han dicho que pueden seguir en La Promesa siempre y cuando contraigan matrimonio. Es lo decente si están esperando un hijo. Todos en palacio están muy sorprendidos con esta nueva boda. Pía habla con Gregorio, le agradece que haya intercedido por ella, pero no es justo que él cargue con un niño que no es suyo. Por su parte, la marquesa cada vez está más incómoda con la estancia de Elisa de Grazalema en palacio. Mientras tanto, Jimena sigue indispuesta. No es nada físico, sino que su malestar se debe a la discusión que tuvo con Manuel. Éste trata de reconciliarse con ella.
La presencia de la baronesa de Grazalema en La Promesa no tensa únicamente a Cruz, sino también a Lorenzo, que tiene una agria discusión con ella, en la que la acusa de haber seducido a su suegro para quedarse con su fortuna. Catalina regresa de Cádiz. Alonso pone en antecedentes a su hija: la baronesa se va a quedar con todo el dinero del barón. La boda de Pía y Gregorio sigue adelante, pese a la extrañeza de todos. Mauro le dice a Lope que María Fernández anda molesta con él porque se comporta raro con ella. El primer lacayo recomienda a su amigo que sea sincero y no se niegue a sus sentimientos. Alonso tiene una conversación padre-hijo con Manuel. Le confiesa que no entiende su pasión por los aviones, y duda que sea compatible con sus responsabilidades como marqués. Manuel corta a su padre, si quiere entender su pasión… Lo mejor es que vuele con él.
Manuel se lleva a su padre a volar con él para que comprenda por qué los aviones son su pasión. Él promete respetarla, pero le pide que trate de reducir los peligros que asume. Jana sigue ausente, trabajando en casa de los padres de Jimena. Manuel intenta saber algo más sobre la muchacha y Catalina se ofrece a investigar por él. Pía se sincera con Candela: Gregorio no es el padre del niño que espera. La ayudante de cocina se conmueve y quiere que la boda de Pía tenga un festejo por todo lo alto. Por su parte, Petra intenta ganarse a Rómulo para su causa: ser ama de llaves en lugar de Pía. Lope devuelve a María Fernández la caja de música que Gregorio destrozó. El joven cocinero la ha arreglado y ha escondido un anillo de su madre en su interior para demostrar su amor por la doncella. Pero María cree que el autor del regalo no es otro que su Salvador. La Baronesa informa por teléfono de que su plan está saliendo a la perfección, pero alguien la ha escuchado.
Los sirvientes de La Promesa organizan en el patio una modesta celebración para la boda de Pía con Gregorio. El hecho de que se trate de un matrimonio obligado por la voluntad de los marqueses reviste de melancolía la celebración. Alejada de esa melancolía está María Fernández, felicísima al pensar que Salvador le ha entregado un anillo de compromiso con la intención de casarse con ella cuando regrese del frente. Mauro reprocha a Lope que no haya tenido el valor de aclarar esa confusión. Cruz sorprende una flagrante contradicción en el relato de la baronesa sobre su relación con el difunto Juan Ezquerdo. La marquesa se enfurece tanto que pide a Alonso que impugne el testamento de su padre para impedir que doña Elisa herede una sola peseta. Jana regresa por fin a La Promesa, pero lo hace magullada y agotada. Manuel, al enterarse, decide ignorar los riesgos que implican ir a verla.
Todos están muy impresionados por el lamentable estado en el que ha regresado Jana de casa de los Duques de los Infantes. Les parece un abuso que la hayan hecho trabajar en el campo de sol a sol. Y aparte del agotamiento, la doncella tiene problemas respiratorios que requieren de medicamentos que Mauro le va a buscar a la botica de Luján. Manuel es el primero que se preocupa por la salud de Jana. Pero se debe a su esposa y sus caprichos, aunque su corazón le pide lo contrario. Mientras tanto, Lorenzo ha decidido hablar a las claras con la Baronesa de Grazalema. La llama fulana a la cara por quedarse con el dinero del barón. Alonso se ve obligado a templar los ánimos y se compromete a hablar con la baronesa: le propondrá cambiar uno de los palacetes por su parte de la herencia.
Jana sigue en la cama y aunque intenta levantarse los mareos vuelven. Manuel, que sufre al verla en ese estado, está a punto de preguntarle a Jimena qué pasó en el Palacio de los Infantes con la doncella. Pía permite que Jana siga en cama hasta que mejore, pero Petra se entera y le irá con el cuento a Cruz. Pero no todo son problemas para el ama de llaves, parece que su relación con Gregorio se va afianzando lentamente. María sigue ilusionada por el anillo que cree que le regaló Salvador, convencida de la intención de su novio de casarse con ella cuando vuelva de la guerra. Y Lope no es capaz de sacarla de su error y confesar que el anillo se lo escondió él en la caja de música. Mientras, Alonso no consigue vender el palacio de Cádiz y Lorenzo les ofrece un préstamo para que puedan arrancar ya con el plan de reformas propuesto por Catalina. La Baronesa sigue provocando a Cruz e incomodando a Alonso al contar sus viejos amores de juventud.
Cruz ordena a Gregorio que Jana se reincorpore de inmediato a su trabajo, orden que le lleva a discutir con Pía. El ama de llaves tiene un plan para proteger a Jana, que lleva a cabo con ayuda de Teresa y María Fernández. Catalina cuenta a Manuel que su esposa mandó maltratar a Jana en venganza por su participación en la reparación de su avión. Ella y Martina tienen un momento de complicidad con la criada y la alertan sobre Jimena. Finalmente, es el propio Manuel quien no puede evitar confrontarlo con su esposa.Mauro le pregunta a Martina por Leonor y termina contándole la disputa entre Simona y Candela. Martina elabora un plan para reconciliarlas: las encierra en el despacho del ama de llaves para que hablen y recuperen su amistad. Alonso propone a Cruz aceptar el dinero que Lorenzo ha propuesto prestarle. Sin saber que ella ya tiene sus tratos con él: le ha encargado la búsqueda de algo que les permita presionar a la Baronesa.
Todo el servicio se confabula para cubrir a Jana en sus tareas y que Petra no se percate de que sigue enferma. Jimena se disculpa con Jana y alega que ella desconoce qué ha podido ocurrir para que haya recibido semejante trato en casa de sus padres. El plan de Martina, encerrar a Simona y Candela para que solucionen sus problemas, consigue todo lo contrario: las cocineras vuelven a discutir peor que nunca, dejando claro que lo suyo no tiene arreglo posible. Las molestias del embarazo de Pía se acentúan. Además, el ama de llaves debe afrontar con Gregorio una conversación de lo más incómoda, para dejar claro dónde están los límites de su vida conyugal. Por su parte, Cruz y Lorenzo, barruntan cómo deshacerse de la baronesa de Grazalema. Es la única salida que tienen para evitar que esa arpía se lleve el dinero del barón.
Las peleas entre Candela y Simona llega hasta un punto crítico. Candela, azuzada por las circunstancias, acaba contando a todos la razón de su ruptura con la cocinera: el marido de Simona mató al suyo, y ella lo ocultó. La revelación cae como una losa entre los miembros del servicio, que no saben cómo reaccionar. Por fin llegan noticias del frente africano, y no son buenas: Martina transmite a Lope lo que el marqués ha averiguado sobre la suerte de Salvador. La baronesa de Grazalema anuncia su intención de marcharse de La Promesa; pero antes, como cabía esperar, quiere dejar zanjado el asunto de la herencia y recibir lo que le corresponde. Cruz no está dispuesta a consentir que tal cosa suceda. Alonso presenta como propias, ante Cruz, las ideas de Catalina para modernizar la explotación de La Promesa. Pero la marquesa, no solo lee la jugada al instante, sino que tiene planes muy distintos de los de Alonso para el futuro de la finca.
La baronesa se entera a través de alguien del plan de acabar con ella, y decide orquestar a su vez un plan para evitar esto y quedarse con la herencia del barón, a espaldas de los marqueses de Luján. Jimena quiere recompensar a Jana por su sufrimiento en casa de sus padres, pero la doncella rechaza el ofrecimiento. Sabe que no puede fiarse de la futura marquesa. Pía habla con Gregorio para que solucione sus rencillas con Rómulo. Lo que tanto ella como Gregorio desconocen es que Rómulo está planeando dejar La Promesa. El tiempo apremia para Manuel, que ve cómo su padre insiste en que asuma las funciones de heredero y comience a gestionar la finca, sin que Catalina esté informada de esto. Lope carga con el terrible secreto de la muerte de Salvador en el Rif. Sabe que se lo tiene que contar a María Fernández, pero no se atreve a hacerle daño a la mujer que ama. Y Curro continúa indagando sobre su nacimiento. Esta vez comparte con Lorenzo sus dudas sobre que Eugenia sea su madre.
Lope le cuenta a Jana la terrible noticia de la muerte de Salvador en la guerra. Jana se ofrece a ser ella la que hable con María, es su amiga y lo tiene que saber. Por su parte, Curro pide permiso a Lorenzo para ir a ver a su madre Eugenia al sanatorio. El chico quiere seguir averiguando cosas sobre su pasado. Rómulo habla con Gregorio a instancias de Pía. Los dos hombres se sinceran y se escuchan. Hablan sobre lo que ocurrió en el pasado con Mateo, el hermano de Gregorio. Deciden sellar la paz. Nunca serán amigos, pero se han quitado un gran peso de encima. Por último, Jimena no sabe cómo recuperar el interés de su marido Manuel. Le fastidia que se preocupe más por una doncella como Jana que por su propia esposa.
Todo el mundo insiste a Candela para que se reconcilie con Simona, pero ella se niega, está ya harta. Parece cierto que su amistad es irrecuperable. La llegada de Blanca Palomar, una aventurera fotógrafa, vieja amiga de Manuel, escama a Jimena, que se muere de celos al ver la complicidad de la mujer con su esposo. Nadie se atreve a contarle a María Fernández que Salvador ha muerto, y quienes lo intentan fracasan; porque la muchacha siempre desvía la conversación convencida del regreso de su novio. Pía se ofrece a ayudarle a Jana en la investigación de su pasado. Se ocupará de preguntar ella misma acerca de Dolores para no levantar sospechas. Cruz y Lorenzo convencen al notario para destruir la última versión del testamento, una vez ellos hayan acabado con la vida de la Baronesa. Y ese momento no tarda en llegar… Petra le lleva a Elisa un té envenenado.
Cruz y Lorenzo reciben con sorpresa la noticia de que la Baronesa no tomó el té envenenado. Cruz no entiende qué ha podido salir mal y Petra pone el foco sobre Lorenzo. El capitán, ajeno a la acusación de Petra, sigue sus tratos con Alonso y le cuenta cuáles son sus condiciones para hacerle el préstamo para acometer las reformas de La Promesa. Manuel vuelve a discutir con Jimena por los recuerdos de los que ella le intentó convencer, y acepta la propuesta de Blanca de llevarla en el avión para que haga fotografía aérea. Cuando Jimena lo descubre tiene otro ataque de celos. Jana sufre al no encontrar la manera de contarle a María Fernández lo sucedido con Salvador. Pía informa a Jana sobre los avances de su investigación, tanto Candela como Rómulo le hablan de que Dolores se apartó del servicio y vivió en una casa apartada en los terrenos de La Promesa. En un momento de intimidad, el ama de llaves termina confesándole a Candela que el hijo que espera es del Barón.
Los días han ido pasando y nadie ha sido capaz de dar a María Fernández la noticia de la muerte de Salvador. Pía congrega a Lope, a Gregorio y a Rómulo para acordar con ellos la manera y el momento de informar a María de una vez. Por desgracia, el plan fracasa en el último instante. Los intentos de Simona de arreglar las cosas con Candela llevan a la cocinera a dejarse aconsejar por las señoritas y presentarse ante Candela con la peregrina idea de invitarla a ver con ella una función de teatro. Pía continúa con sus pesquisas sobre Dolores y va informando de ellas a Jana. Al ama de llaves le ha extrañado la actitud huidiza de Simona cuando le ha preguntado por quién fue su compañera de trabajo de hace tanto tiempo. Jimena sigue carcomida por los celos hacia Blanca Palomar, tanto que se comenta entre las doncellas. Jana, acertadamente, apunta que Blanca constituye una amenaza para la señora porque representa a un nuevo tipo de mujer, una tan distinta de Jimena como la noche del día.
María Fernández está destrozada. La doncella sufre la noticia de la muerte de Salvador, que era un secreto a voces entre el servicio, y prefiere aislarse, dolida por haberse enterado a través de Petra. El notario ha enfermado y el reparto del testamento del barón se retrasa. La baronesa de Grazalema decide quedarse más tiempo en palacio, algo que Cruz no tiene más remedio que aceptar en contra de su voluntad. Catalina insiste en que se valore su trabajo para la finca. Manuel intenta convencer a Alonso de que lo mejor es que ella quede al mando, pero el marqués no da su brazo a torcer, se lo prometió a Cruz. Mientras tanto, Blanca no puede evitar fotografiar todo lo que encuentra a su alrededor. Su cercanía con Manuel provoca los celos de Jimena, que no piensa quedarse de brazos cruzados viendo cómo otra acapara la atención de su marido. Pero la futura marquesa yerra el tiro, ya que Blanca sabe que de quien realmente está enamorado Manuel es de Jana.
María Fernández lleva el duelo de la muerte de Salvador como buenamente puede. La doncella ha decidido no quitarse nunca el anillo que le regaló su novio. Mauro le dice a Lope, preocupado, que tiene que decirle la verdad: que el anillo era un obsequio suyo, no de Salvador. Circula por La Promesa el rumor de que Rómulo se va a marchar del palacio. El mayordomo sólo le había contado sus intenciones a Mauro y a Pía, pero los dos niegan haber traicionado su confianza. Blanca confirma sus sospechas de que su amigo Manuel no está enamorado de su esposa Jimena sino de Jana. Por si fuera poco, un inocente juego de mesa saca a la luz la poca conexión en el matrimonio de Jimena y Manuel. La marquesa comienza a sospechar que la Baronesa de Grazalema y su cuñado Lorenzo han mentido a todos y sí que se conocen de antes. La baronesa y Lorenzo pactan aprovecharse de ello: delante de ella se muestran cercanos, y de haber más testigos, simularán estar peleados.
Rómulo está fastidiado porque se ha hecho público que piensa en dejar la Promesa y busca el responsable de difundir el rumor, pero no termina de dar con él. El viaje de Curro al sanatorio no ha servido de nada, y la investigación sobre sus orígenes se ha atascado, como la de Jana sobre los suyos. Lorenzo y la Baronesa ponen en marcha su plan para desquiciar a Cruz, mostrándose cariñosos delante de la marquesa y aparentando estar peleados frente a los demás. Petra también se da cuenta del juego que se traen y se convierte en aliada de su señora para desenmascararlos. La relación de Jimena y Manuel no levanta cabeza. Ella le acusa de no hacerle caso, de darle de lado desde que llegó Blanca. Y sufre al ver que su marido pasa mucho tiempo con su recién llegada amiga. Por fin se atreve a enfrentarse a Blanca y preguntarle algo muy comprometido.
Ante la presión de Jimena, Blanca confiesa que quiere a Manuel como amigo. Sintiéndose desplazada, Jimena va a contarle sus cuitas a Cruz. Blanca, por su parte, fuerza a Manuel a decantarse por Jana o Jimena. Jana y Pía creen que el padre de Curro podría haber sido don Juan, el fallecido Barón de Linaja. Mientras, Curro arremete contra su padre por no haber tratado bien a Eugenia. Catalina se da cuenta de que ni Tadeo ni ninguno del resto de los trabajadores de la finca parece tomarla en serio por ser mujer. Gregorio confronta con Rómulo el regaño a Pía y le pide que la próxima que vez quiera hablar con ella lo haga a través de él. Teresa, preocupada, le cuenta a Jana sus sospechas de que Petra esté envenenando y de ahí venga su malestar. Una Candela muy afectada le pide a María Fernández que no se regodee en su dolor. Lope aborda a la ayudante de cocinas para contarle, de una vez por todas, la verdad sobre lo sucedido con Simona.
Blanca decide abandonar La Promesa y embarcarse en otro de sus viajes, pero antes tiene algo importante que decirle a Manuel… y algo no menos importante que decirle a Jana. Los empeños de Catalina en dirigir la hacienda desde la sombra chocan de lleno con las reservas de todos ante las iniciativas de una mujer. Catalina decide plantarse con todas las consecuencias. Jana y Lope ven con suspicacia la conducta de María Fernández: hay algo raro debajo de ese afán de hacer regalos a todos sin razón aparente, y sus dos amigos empiezan a temer por ella. La convicción de Cruz de que Lorenzo y Elisa son amantes (una convicción inducida sin ella saberlo por los propios amantes) choca de lleno con la incredulidad de Alonso al respecto. Como cada vez que hay que embarrarse hasta la cintura, Petra ofrece de inmediato su ayuda a la marquesa: las dos están dispuestas a demostrar como sea que Cruz está en lo cierto.
Lope descubre a María Fernández intentando marcharse de La Promesa a escondidas. El cocinero le pide que al menos se despida de sus compañeros, que la quieren con toda su alma. Otro que parece dispuesto a abandonar el palacio es Gregorio. Pía comienza a sentir en sus carnes lo que implica el matrimonio: que su marido decida por ella también. Ante la insistencia de Curro, Jana le cuenta sus sospechas de que el barón de Linaja no era su abuelo, sino su padre. Simona y Candela anuncian su reconciliación al resto del servicio y, por fin, recuperan la amistad tan verdadera que tenían. Pero las cocineras no son las únicas que vuelven a su buena sintonía: Jana vuela de nuevo con Manuel… y Jimena está a punto de sorprenderlos en un momento íntimo.
El marqués tiene que tranquilizar a su esposa Cruz que estaba tratando de estrangular a la baronesa de Grazalema. Todos están consternados por el suceso. Sin embargo, la marquesa afirma convencida de que vio entrar a Lorenzo en la habitación y que los dos están compinchados. Manuel habla claro con Jimena y le pide que no trate de que sean el matrimonio perfecto y enamorado que ella sueña. Tal vez deban conformarse con aprender a convivir sin discusiones. Pero Manuel sabe que tiene que cumplir unas obligaciones como esposo. Por mucho que le duela, habla con Jana y le dice que debe hacer lo correcto, aunque eso suponga renunciar a su amor. María Fernández le confiesa a Jana que estuvo a punto de marcharse de La Promesa sin despedirse de nadie. Ésta le afea el gesto y le pregunta el motivo de que sienta esa necesidad de escapar.
Una visita del todo inesperada desconcierta a María Fernández. Mientras Jana sigue dolida porque Manuel ha decidido apostar por su matrimonio, y se promete a sí misma encontrar la forma de olvidarse de él. Gregorio anda molesto porque se difundiera entre los criados la noticia del ataque de Cruz a la Baronesa. Y también porque Rómulo se le ha tomado la libertad de pedir al marqués que readmita a Salvador como lacayo. Curro presiona a Simona para que le confiese lo que sabe de su madre. La cocinera acaba hablándole de Dolores, pero Curro no puede soportar la verdad, que es hijo de una doncella. Curro le exige a Jana que no vuelva a hablarle de su pasado.
Alonso consigue que la Baronesa recule en su decisión de denunciar a Cruz, pero ésta a cambio exige que la marquesa sea ingresada en una casa de reposo. Algo que Cruz, por supuesto, no está dispuesta a aceptar. Gregorio apremia a Pía a que tome una decisión con respecto a su futuro juntos, pero la pobre sigue atormentada por sus misteriosos dolores, que llevan a Jana a pensar, tras consultar en sus libros, que está siendo envenenada. Manuel no encuentra en el hangar la carta de despedida que le escribió a Jana. Esa noche, durante la cena, Jimena sorprende a todos los presentes mostrándola. Y comienza a leerla…
El hallazgo, por parte de Jimena, de la carta de amor de Manuel a Jana permiten a la joven esposa extorsionar a su marido a placer. El único alivio de Manuel consiste en que Jimena no sospecha quién es la verdadera destinataria de la carta. Alonso se ve entre la espada y la pared: si quiere evitar que la baronesa denuncie a Cruz por intento de homicidio, ha de acatar la voluntad de Elisa e internar a su mujer en una casa de reposo. Gregorio atiende por fin las peticiones de Jana y se decide a llevar a Pía al médico. Candela y Simona se dan cuenta de que su mundo, ya de por sí limitado, lo es aún más porque apenas saben leer y su acceso a la cultura es prácticamente nulo. Deciden paliar esa carencia. Salvador, que se siente culpable por su reciente encontronazo con María Fernández, decide ir a pedirle perdón a la doncella e intentar un acercamiento. Con lo que no cuenta es con que ella le agradezca ciertos regalos que él, en realidad, jamás le hizo.
La marcha de Cruz a la casa de reposo deja dos bandos. El de los vencidos, liderado por Alonso, hundido ante la falta de su esposa, y Petra, que sin la marquesa ha quedado desprotegida y pasa a ser una simple doncella más. Y el de los vencedores, en el que están Elisa de Grazalema, que ve más cerca el dinero de la herencia del barón; Lorenzo, que ha cumplido su venganza; y Catalina, a la que por fin se le permite ponerse al frente de la gestión de la finca. En la planta del servicio, Pía está en shock al dar pábulo el doctor a que pueda estar siendo envenenada. Por su parte, Lope intenta explicar a Salvador que las idea de María Fernández de que se van a casar fue por el bien de la propia María. Jana no entiende el frío trato que le dispensa Manuel. Lo que desconoce es que el señor se ha convertido en un títere en manos de Jimena.
Manuel se disculpa con Jana por su brusquedad en su último encuentro. Jana le replica que no le dé importancia. Mejor que cada uno siga en su sitio. Petra está indignada con las acusaciones veladas de sus compañeros y se defiende: ella no ha tenido nada que ver en el supuesto envenenamiento de Pía. Candela y Simona quieren aprender a leer con más fluidez. Piden permiso a don Gregorio para dedicar unas horas al estudio. Lo único que les falta es un tutor que las ayude. Catalina está superada por volumen de trabajo ahora que vuelve a llevar las riendas de la finca, y pide ayuda a Martina para llevar la intendencia del palacio. Ésta asume sus nuevas responsabilidades con nervios e ilusión.
Manuel se planta ante Jimena. Aunque ella haya intentado doblegarlo por la carta de amor que encontró, él no lo va a permitir. Y se irá a la Puebla de viaje, dejándola sola. Jimena decide hacerse con la dirección de la Promesa, pese a que Martina se iba a ocupar de ello. Martina le cuenta sus penas a Curro, al que siente cada vez más cercano. Alonso no levanta cabeza, pese a los ánimos de Rómulo. Mientras Mauro lucha por enseñarle a Simona y Candela a escribir bien, Petra anda renegando porque la han degradado a criada. María Fernández se atreve a hablarle a un atormentado Salvador de su boda aplazada, pero él no parece tomárselo bien.
Salvador trata de explicar a María Fernández que ahora no es buen momento para casarse. Ella confiesa sus dudas a Lope y a Martina, que le propone celebrar una fiesta para celebrar su regreso. Rómulo inicia las clases de matemáticas con las cocineras con muy poca fortuna. Ni a él ni a Mauro le queda ya mucha paciencia con ellas. Pía le cuenta a Jana que se encuentra mejor… y más cercana de lo que esperaba a Gregorio. Es el mismo mayordomo quien le dice que no se puede desmentir que haya sido envenenada. Manuel mantiene sus distancias con Jimena, tal y como le confiesa a Catalina, cada vez le cuesta más tolerar su presencia. De hecho, discute con ella a costa de Jana. El resto del servicio tampoco acepta de buena la gana las funciones que la de los Infantes se ha arrogado. Curro le hace un desplante a la Baronesa, que solo permanece en La Promesa tras la insistencia de Lorenzo. Intenta congraciarse con el resto de las damas de la casa, sin ningún éxito.
Una ausencia injustificada de Manuel hace que su esposa se vaya dejando llevar por los nervios y por los celos. A pesar de que Jimena no es persona de su agrado, Martina se apiada de ella e intenta ayudarla con una receta sencilla para salvar su matrimonio. Jana decide continuar con sus pesquisas sobre el pasado, aunque sea sin la ayuda de Curro, que claramente se ha acobardado y ha elegido dar la espalda a la verdad para no renunciar a las facilidades de su vida actual. María Fernández intenta implicar a unos y otros en la organización de una fiesta de bienvenida para Salvador, pero no cuenta con la desconcertante reacción del propio Salvador al enterarse del asunto. Curro y Martina se besan por primera vez y queda claro que hay buena química entre ellos. La propia Martina, encantada con este episodio del beso, no sospecha que está a punto de recibir la más indeseable de las visitas.
Beatriz Oltra ha llegado para dinamitar la tranquilidad en la que vivía Martina. Jimena se muestra encantada con la nueva visita y pronto hacen buenas migas. No es así el caso de Alonso, que no quiere añadir un huésped más a las concurridas estancias de La Promesa. Sin embargo, para Martina no va a ser nada sencillo librarse de Beatriz, porque su supuesta amiga en realidad ha venido para ponerla contra las cuerdas por un error que cometió en el pasado y piensa quedarse todo el tiempo que haga falta para verla sufrir. Ajenos a esto, Lorenzo y la baronesa tienen sus propios problemas: deben descubrir quién los pilló in fraganti cuando se besaban en la sala. Si su relación sale a la luz, todo su plan se irá al traste. María Fernández continúa triste porque Salvador no quiere casarse con ella, oportunidad que Petra aprovecha para restregarle su desdicha por la cara. Y Jana toma una decisión respecto a su pasado: es el momento de coger las riendas y buscar la casa donde vivió con su madre.
Martina trata de que su supuesta amiga Beatriz se vaya de La Promesa lo antes posible. Pero ésta no piensa hacerlo. Es evidente que conoce un secreto sobre el pasado de Martina y le deja claro cuál es su objetivo: arruinarle la vida. Rómulo y Mauro prosiguen dando clases de lectura y escritura a Candela y a Simona. Pero éstas no se centran y los dos tutores están desesperados. Tanto, que Mauro le reconoce al mayordomo que no puede más y que se rinde. Rómulo también quiere dejarlo. Al mismo tiempo, Rómulo ha descubierto que Gregorio no es el padre del hijo que espera Pía. Atando cabos ha llegado incluso a deducir que el verdadero progenitor es el difunto barón de Linaja. Rómulo le dice a Pía que puede confiar en él. Ésta se lo agradece de corazón. Manuel ha realizado una fotografía con la primera luz de la mañana a toda la familia.
Jimena ha estado intentando simular que es feliz, que está bien con Manuel, pero tras hablar con Teresa descubre que no puede más con tanta falsedad y decide afrontar su situación. Petra continúa haciendo mal su trabajo, enfrentándose a todo el mundo y Pía está cada vez más preocupada. Lorenzo intenta solaparse a Catalina, estar al tanto de los negocios de la Promesa, aunque no termina de conseguirlo. Además intenta averiguar quién pudo verlo con la Baronesa, pero sin éxito por ahora. Rómulo y Mauro quieren dejar de darles lecciones a Candela y Simona, y ellas también quieren terminar con las clases. Salvador está harto de la situación a la que le ha llevado Lope con sus mentiras, y así se lo dice. Mientras María no sabe cómo obrar con él y Jana está molesta y desorientada con Manuel, que no quiere hablar con ella.
Martina cede ante las presiones de Beatriz, que le hará la vida imposible. Jana y María Fernández vuelven de la búsqueda de la casa de su infancia sin haber averiguado nada. María tiene un acercamiento con Salvador que el muchacho interrumpe, huyendo. Jana y Pía ponen en común las diferentes versiones sobre las clases de las cocineras y llegan a la conclusión de que lo mejor será tener un profesor ajeno a La Promesa. Tanto las cocineras por un lado como Rómulo y Mauro por otro aceptan la propuesta. Gregorio y Pía buscan la mejor manera de tratar el asunto de Petra, justo cuando Jana empieza a dudar de que Petra haya estado jamás detrás del envenenamiento del ama de llaves. Catalina se ve obligada a dejar que Lorenzo le acompañe a su reunión con el arrendatario. Jimena rompe la carta de Manuel a Jana y promete acabar con los chantajes. A escondidas, ella será testigo mudo de cómo un amigo de Manuel le ofrece un trabajo en Milán, lejos de ella.
Jimena, escondida, oye cómo su marido, sin siquiera consultarla al respecto, se compromete a mudarse a Italia para su proyecto aeronáutico. Martina intenta convencer a Beatriz Oltra de que se marche de La Promesa, pero la recién llegada no cede y amenaza a Martina con sacar a la luz sus trapos sucios si no la ayuda a quedarse. Petra, en horas bajas sin la marquesa en palacio, revela a Teresa el origen de su lealtad incondicional a Cruz. Jana cuenta a Curro la verdadera naturaleza de la relación de su padre con la baronesa de Grazalema. Para alivio de maestros y de alumnas, Mauro y Rómulo dejan de dar clases a Candela y a Simona. A partir de ahora, esa tarea correrá por cuenta del maestro de la escuela de Luján. Candela queda encantada con él desde el principio, pero, por alguna razón que ignoramos, Simona reacciona de manera extraña a la llegada del maestro.
La noticia del embarazo de Jimena gira por completo la vida de Manuel, que ve cómo debe asumir una responsabilidad tan inesperada como ineludible. Curro también queda impactado ante la revelación de Jana sobre el capitán y la baronesa. El señorito le pide a la doncella que sea discreta, puesto que la información que manejan puede ser muy peligrosa especialmente para ella. Tras su discusión, Salvador decide pedirle matrimonio a María Fernández. Él le explica que el miedo a perderla es más fuerte que sus reticencias a la boda, pero en realidad solo parece otro de sus bruscos cambios de humor. Alonso se dispone a visitar a Cruz a la casa de reposo, pero antes deja claro a Martina que, para cuando regrese, Beatriz debe haber marchado de La Promesa. Y en cocinas, Candela pregunta a Simona qué es lo que no le gusta de su nuevo maestro. Lo que desconoce la ayudante es que, detrás de ese desagrado, se esconde un gran secreto.
Jana se queda impactada al enterarse de que Manuel y Jimena están esperando a un hijo. La noticia es recibida con alborozo en la zona de servicio. Simona le dice a Carlos, el nuevo maestro, que no debió haber aceptado el trabajo. Nadie debe saber que se conocían, deben fingir delante de Candela. María Fernández cree que la noticia de su enlace ha sido recibida con cierta frialdad entre sus compañeros. Teresa le explica que los ha pillado a todos con el pie cambiado. Ha pasado de tener dudas sobre su relación a querer desposarse con urgencia. Salvador mete prisa para que el enlace se celebre lo antes posible. Beatriz coquetea cada vez más con Curro. Le gusta. Amenaza a Martina. O le ayuda a conquistar a su primo o contará todo lo que sabe sobre ella. El capitán Lorenzo y la baronesa de Grazalema están preocupados por la posibilidad de que sea Curro el que los sorprendió besándose. El militar coge a su hijo y le pregunta directamente.
Lorenzo sigue con su investigación para descubrir quién lo vio besándose con la baronesa. Y va avanzando, por un desliz de Curro descubre que fue alguien del servicio. Y la Baronesa se entera de que Curro tiene muy buena relación con Jana. El cerco se va estrechando. A la vez Lorenzo sigue ganándose la confianza de Catalina poco a poco para sus planes. Salvador sigue mal, toma una medicina que no ayuda gran cosa, sufre ataques de pánico. Pero la boda va adelante y María va a coserse un vestido de novia con la ayuda de sus amigas. Beatriz sigue presionando a Martina para que le sirva de celestina con Curro. Y Martina prepara un picnic al que sólo irán Beatriz y Curro, aunque Curro no sabe nada. Manuel no sabe qué hacer con la oferta para irse a Italia, tiene una semana para pensárselo. O tenía, porque llega la noticia de que el italiano que lo quiere contratar está ya allí y se reunirá con él el día siguiente.
El embarazo de Jimena lleva a Manuel a rechazar la oferta de Pedro Farré, lo que ella interpreta como una victoria personal. Teresa se lo cuenta a Jana, que lo interpreta como una decisión personal de Manuel Pía confirma que Rómulo paga las clases de Carlos Orengo. A pesar de que el mayordomo ha tratado de ser discreto, Simona y Candela se lo agradecen. Petra también agradece al resto de los criados la ayuda que le están prestando. La propia María Fernández acepta su ayuda con el vestido de novia. Siguiendo las instrucciones de Beatriz, Martina no solo se descuelga del picnic con Curro, sino que le aconseja al muchacho dar el paso con su amiga. La Baronesa y Lorenzo llegan a la conclusión de que Jana fue la testigo inoportuna de su beso. Elisa tiene la clave para conseguir que Catalina baje la guardia con el capitán, y esta clave es una caja misteriosa que Lorenzo le da a la muchacha.
Lope se propone convencer, primero a Salvador y después a María Fernández, de que posterguen la boda hasta que Salvador se encuentre bien de verdad. Él cree que el actual estado de su amigo es incompatible con el matrimonio. Lorenzo da un paso de gigante en su propósito de ganarse la confianza de Catalina al recuperar para ella, y regalárselo, el broche de su madre que Cruz vendió a escondidas. Manuel tiene la peregrina idea de pedir a Jana que se encargue de cuidar de Jimena durante su embarazo, una situación sumamente incómoda para las dos mujeres. Curro alerta a Jana de que su padre ya sabe que el testigo de su beso fue un miembro del servicio de la casa. Jana se teme que el capitán descubra que ella es ese testigo y tome represalias contra ella.
Lorenzo busca a Jana para obligarla a confesar que fue ella quien lo vio besarse con la baronesa de Grazalema, afortunadamente Curro llega a tiempo para evitar que su padre haga daño a su hermana. Martina miente a Alonso para que permita quedarse más tiempo a Beatriz. Según ella, su amiga sufre de melancolía y ha ido a La Promesa a recuperarse. Mientras, Beatriz continúa tirando los trastos a Curro, ignorando que el joven no siente lo mismo. Catalina está encantada con el broche de su madre que Lorenzo ha recuperado y cambia la opinión que tiene sobre el militar a pesar de las advertencias de Jana. María Fernández sigue adelante con su boda y Petra, mucho más dócil tras la marcha de Cruz, la ayuda con su vestido. Candela ha caído rendida a los pies del maestro Carlos Orengo, Simona,en cambio, mantiene sus reticencias con el maestro. Gregorio presiona a Alonso para que se pronuncie sobre su futuro en La Promesa. Además, pide a Pía compartir habitación.
Jimena sigue utilizando las molestias de su embarazo para forzar a Manuel a cancelar sus planes¿ Lo que despierta los recelos de Jana. Una llamada de Jimena a su madre confirmará las peores sospechas sobre su supuesta mala salud. Curro pone a Lorenzo contra las cuerdas, amenazando con revelar la verdad sobre su relación con la Baronesa. Esto pone nervioso al capitán, la baronesa lo tranquiliza, deben seguir su plan y juntos tienden una trampa a Catalina. Beatriz, que vio a Curro besarse con Martina, no oculta su rabia y presiona a Martina para que cumpla con su papel de celestina. Lope pide perdón por entrometerse en la relación de María Fernández y Salvador, pero el joven veterano tiene otro arranque violento. Candela admite a Simona que siente algo por Carlos, hasta el punto de que lo invita a cenar con ellas en La Promesa. El marqués determina que Gregorio sea el ayuda de cámara de don Lorenzo¿ Y Rómulo recupera al fin sus funciones como mayordomo de La Promesa.
Jana se sincera con Manuel. Cree que Jimena está exagerando sus síntomas para mantenerlo cerca. Manuel se enfada por este comentario y no la cree. Manuel recibe la oferta de Pedro Farré de competir en la Copa Herzog Staackman. Cuando Jimena descubre que Manuel se lo está planteando, tiene un fortuito accidente. La estrategia de la Baronesa de Grazalema funciona y, como Catalina se ha torcido el tobillo, accede a que Lorenzo sea quien vaya al banco en su lugar. La baronesa insiste en que quiere irse de La promesa y Lorenzo no oculta su desagrado ante la noticia. Todos en el servicio están preocupados por las explosivas reacciones de Salvador, y María Fernández cada vez nota más que sus compañeros no ven con buenos ojos su boda. Petra por fin consigue el permiso para ir a ver a la casa de reposo a la marquesa. Y Pía recibe el beneplácito del marqués para compartir habitación con su esposo.
Jimena se autolesiona al escuchar que Manuel puede participar en la Copa de Aviación Herzog Staackman. Todos acuden alarmados. Jana trata la herida, señalando que carece de gravedad. Lo que sí que es grave es que Jana descubre que Jimena fingió su accidente. Curro se crece tras el enfrentamiento con su padre, y acude a Jana a agradecerle sus consejos. Tras esto, Jana empieza a creer que es buen momento para contarle la verdad sobre sus orígenes, aunque María Fernández piense lo contrario. Martina habla con Alonso sobre Beatriz. La chica está convencida de que la acusará de fresca, pero confía en que el Marqués la ayude. Dicho y hecho: Alonso expulsa a Beatriz de La Promesa. Simona quiere evitar que Candela se entere del secreto que guarda con Carlos forzando al maestro a renunciar. Pero Rómulo insiste en subirle el sueldo y Carlos se queda en La Promesa. María Fernández persiste en sus dudas sobre Salvador, sin saber que Lope le hará una confesión a su amigo de la que no habrá marcha a
A pesar de las advertencias de Jana de que Jimena le está engañando con sus dolencias, Manuel renuncia a participar en la Copa Herzog Staackman. Jana encuentra por fin la casa en la que vivió durante su infancia y decide contarle a Curro toda la verdad. Por fin Martina consigue que Beatriz abandone La Promesa. Beatriz se va reafirmándose en su venganza. La confesión de Lope a Salvador de que está enamorado de María Fernández hace que su amistad entre en crisis. Simona impone condiciones para que Carlos les siga dando clases y éste tiene que rechazar una nueva invitación de Candela que, sin embargo, empieza a notar que hay algo extraño entre Simona y el maestro. Cruz reaparece en La Promesa por sorpresa.
Toda la familia recibe con alegría la vuelta de la marquesa menos la Baronesa de Grazalema, que teme que Cruz haya adelantado su regreso sin su permiso por estar tramando algo. Rómulo encarga a Lope y a Salvador que vayan al pueblo a hacer un recado juntos, pero Salvador cambia sus tareas con Mauro a espaldas del mayordomo para no coincidir con el cocinero. Curro no sabe cómo asumir toda la información que le cuenta Jana: son hermanos, hijos de Dolores, una doncella asesinada hace quince años. Tanta es su confusión que, cuando Martina le confiesa que está enamorada de él, reacciona con frialdad. Manuel vuelve a propiciar un acercamiento hacia Jana, pero cuando esta se entera de que ha renunciado a participar en la Copa Herzog Staackman se enfada con él y lo acusa de cobarde. Incapaz de seguir ocultando a Candela que Carlos es quien escribía las cartas de sus hijos, Simona decide contarle toda la verdad, a pesar de las consecuencias.
Jimena recibe a su madre, que ha venido a visitarla después de haberse repuesto de su lumbalgia, y la Marquesa invita a la Duquesa de los Infantes a quedarse unos días en la Promesa. Jana le relata a Curro toda la verdad sobre sus orígenes con la esperanza de que él no dé la espalda a su pasado. A Curro le cuesta asumir toda la verdad y duda si contárselo a Martina. Pía y Gregorio pasan por un buen momento en su matrimonio. Pero su alegría contrasta con las rencillas entre Lope y Salvador cuyos continuos enfrentamientos están afectando a terceros y hace que Rómulo les dé un ultimátum. Simona le confiesa toda la verdad sobre sus hijos a Candela temerosa de que su amiga le dé la espalda por habérselo ocultado. Pero la respuesta de Candela no es la que Simona esperaba¿ La Baronesa de Grazalema está molesta por la vuelta de Cruz, que ha sido promovida por Lorenzo. La Baronesa amenaza a Cruz y esta vez ella responde con otra amenaza.
María Fernández advierte a Jana de que no le permitirá volver a la casita abandonada. Donde sí volverá la propia María Fernández es al lugar donde se enamoró de Salvador, invitada por él en un intento desesperado del joven por recuperar su amor. La otra enamorada, Martina, intentará refugiarse de la presencia de sus padres en Catalina. Éstos tomarán una decisión que pondrán aún más las espadas en alto, por lo que Martina tomará una drástica decisión de cara a Curro. Jana vive su propia disyuntiva cuando Pía le revela haber encontrado el veneno que usaron contra ella. La doncella acudirá a Rómulo, quien coincidirá con ella en su preocupación por Pía. Jana tendrá que decidir si guardar silencio, como le exige Pía, o denunciarlo a la Guardia Civil. Simona y Candela quieren seguir investigando el paradero del maestro, a pesar de la prohibición expresa de salir del palacio.
Jimena se planta ante Cruz, acepta que un médico atienda su embarazo, pero será ella la que decida quién. Curro, triste, le cuenta a Jana que Martina ha cortado con él. Margarita y Fernando hacen una encerrona a su hija para que confiese el motivo por el que huyó de Madrid. María Fernández le da las bayas que ha recogido con Salvador a Lope, para sus mermeladas. Pero Salvador, celoso, las termina tirando a la basura. Todos se sorprenden con la reacción del joven lacayo, que termina confesando que Lope está enamorado de María. Petra malmete contra Jana y Cruz la vuelve a mandar a casa de los duques de los Infantes. Jana, por su experiencia pasada, se teme lo peor¿ pero no tiene más remedio que ir. Aunque eso implica no poder acudir a la cita con el desconocido que le deja mensajes en su casa de infancia, y le pide a María que acuda en su lugar. Gregorio confiesa que fue él quien intentó envenenar a Pía para que perdiera el bebé y, completamente enajenado, la fuerza a beber más veneno.
Martina confiesa ante toda la familia la auténtica razón que la llevó a La Promesa: huir de un escándalo que ella misma provocó en una fiesta en Madrid. Tras la mentira, Alonso pide una explicación a Martina y pierde la confianza en su sobrina. Curro intenta hablar con Martina pero esta se reafirma poniendo distancia con el joven. Rómulo, con la ayuda de la Guardia Civil, interviene a tiempo para rescatar a Pía de las manos de Gregorio, que abandona la Promesa detenido. María Fernández confiesa a Salvador algo que reafirmará todavía más sus sospechas respecto a su amistad con Lope y que provocará una inesperada reacción del joven. Todo el servicio se pregunta por qué la marquesa ha enviado a Jana a casa de la Duquesa de los Infantes. Curro y Catalina tampoco lo entienden y así se lo hacen saber a Cruz. Tras el engaño con el contrato, Lorenzo intenta acercar posturas con Catalina, pero la joven ha perdido la confianza en él y le recuerda que jamás serán amigos.
Manuel se entera de que han mandado a Jana a casa de los Duques y promete interceder ante su madre para traer a la doncella de regreso a La Promesa. Cruz tiene un nuevo motivo para discutir con Jimena. La marquesa ha hecho el encargo de la cuna de su nieto al ebanista más reconocido de Andalucía, pero Jimena se niega. Los marqueses apoyan a Martina después de haber contado ella la razón por la que se escondía en La Promesa. Pero ellos desconocen que los padres de Martina todavía no han dicho la última palabra sobre el asunto. Lope evita hablar con María Fernández sobre sus verdaderos sentimientos ahora que Salvador está al corriente de su beso. Mientras, las cocineras siguen preocupadas por Carlos y piensan en volver a escaparse para averiguar dónde puede estar, aunque les cueste su puesto de trabajo. El Marqués se molesta con Pía y Rómulo porque la guardia civil se llevara detenido a Gregorio sin él saber nada y amenaza con despedirles.
Rómulo y Pía dan una versión diluida del incidente con Gregorio a Alonso, que bastante tiene que lidiar ya con su hermano y su mujer, y él perdona que no le hubieran informado a tiempo. Cruz y Alonso empezaran a sospechar que hay algo detrás de la inesperada visita de Fernando y Margarita. Cruz tampoco se explica por qué todo el mundo la pone en entredicho preguntando por Jana. Esto provocará un mayor distanciamiento con Manuel, pero, principalmente con su nuera Jimena. Para distanciamiento el que hay entre Curro y Martina, cuya relación se enfría por momentos. Ocurre lo mismo entre Lope y María Fernández, aunque la doncella tiene la cabeza puesta en la misión que Jana le ha encargado: volver a la casa para encontrarse con ese supuesto desconocido que algo sabe sobre su pasado. Las cocineras idean un plan para tratar de escapar de La Promesa para seguir indagando sobre el maestro, sin saber que alguien está muy pendiente de sus movimientos.
Jimena sigue enfrentada a Cruz por el tema de la cuna y consigue poner a Manuel de su parte. Lope le confiesa finalmente su amor a María Fernández. La joven doncella agradece su sinceridad, pero sigue inmersa en un mar de dudas. Las cocineras se declaran en huelga por su encierro, que les impide seguir investigando el paradero de su maestro. Pero es Lope quien tiene que desdoblarse para cubrir el trabajo que ellas dejan de hacer. Rómulo informa a Pía de que van a trasladar a Gregorio a Puebla de Tera. El mayordomo ofrece todo su apoyo a una desolada ama de llaves. Jana tiene un encuentro muy accidentado con un conductor misterioso cuando regresaba del palacio de los padres de Jimena. Margarita amenaza a Cruz con desvelar secretos del pasado si no deja de apoyar a Martina y ésta descubre el verdadero motivo por el que sus cuñados están en La Promesa.
Al fin regresa Jana a la Promesa y lo hace sana y salva. Todos celebran su vuelta, especialmente Manuel. Quien no estará tan contenta será Cruz que, por Jana, acabará enfrentándose a Jimena, aunque no será esa la última sorpresa que se llevará la doncella. La Marquesa tiene otro frente abierto con sus cuñados, Fernando y Margarita, ahora que conoce la verdadera razón de la visita de los padres de Martina. La pobre Martina sigue hecha un lío y acaba pagándolo, una vez más, en Curro que buscará consejo en su hermana Jana. También Rómulo le pide ayuda a Jana para estar pendiente de Pía. El ama de llaves aún tiene el susto en el cuerpo tras lo sucedido con Gregorio, pero encuentra en la planta noble una aliada que no esperaba. Catalina regresa de Cádiz y lo que menos se espera es encontrarse con la huelga de las cocineras. La muchacha descubre que, si quiere que Simona y Candela vuelvan a la normalidad, tiene que involucrarse en la búsqueda de Carlos.
El beso de Martina en aquella fiesta de Madrid, que provocó el escándalo que la llevó a La Promesa, fue, nada más ni nada menos, que con don Antonio de Carvajal y Cifuentes, hijo de un poderoso duque allegado a la Casa Real. La noticia revoluciona a los habitantes de la Promesa y más cuando el joven ha mostrado interés en entablar relaciones con la joven. Manuel recibe a Abel, su amigo médico encargado de velar por el embarazo de Jimena. Abel pide alojarse en la zona de servicio, algo que sorprenderá a los sirvientes. La relación de Jana con el médico no empezará con buen pie. Simona y Candela no se dan por satisfechas con la información que Catalina les ha dado sobre Carlos y continúan preocupadas por el maestro. Salvador asume con amargura que María Fernández ama también a Lope. Ahora es la doncella quien debe aclarar sus sentimientos.
Lorenzo promete a Cruz investigar sobre si la futura boda de Martina con el futuro Duque de Carvajal y Cifuentes es cierta. Martina no tiene intención de casarse con él y trata de acercarse a Curro, con quien las cosas están tensas. Curro buscará consejo en Jana, quien tiene un nuevo frente abierto al lidiar con Abel, el médico amigo de Manuel, y sus continuos desplantes. María Fernández sigue echa un lío sobre Salvador y Lope, pero una de sus compañeras le da la clave que quizás acabe con todo este entuerto. Simona y Candela siguen muy preocupadas por su maestro, lo que hace que Catalina intervenga y llegue mucho más lejos que ellas en el misterio de Carlos. Quien viene de muy lejos es Feliciano, un muchacho que se presenta en La Promesa, en busca de Petra, a quien parece conocer desde hace muchos años.
Jana ha encontrado en Abel un aliado para atender a Ramona, que continua gravemente enferma en su cabaña. La decisión de Jimena de trasladarse a Madrid, no sólo la enfrentará a sus suegros, sino también a su marido, quien teme que esta marcha lo aleje definitivamente de su afición por los aviones y, sobre todo, de Jana.
Tras la confesión de Jimena a su madre sobre su embarazo, la joven se muestra más cariñosa que nunca con su marido, siguiendo los consejos de la Duquesa. Martina, después de su desaparición, se resiste a reencontrarse con su familia, de quienes solo recibe reproches. Además, se niega ver a Curro ni a darle ninguna explicación sobre su comportamiento. La atención a Ramona sigue acercando a Abel y a Jana, convirtiéndolos en un equipo cada vez mejor avenido. Para sorpresa de las cocineras, Carlos reaparecerá por el palacio con muy buenas noticias: por fin se ha reconciliado con su hija. María Fernández no acaba de entender la actitud hostil de su antiguo novio rechazando el dinero que podría curarle el ojo herido. Pía, por su parte, comparte con Abel los malestares que está sufriendo, pero el médico la tranquiliza alegando que el parto aún no es inminente...
Jana se encuentra en una difícil encrucijada: siente la necesidad de ser sincera con Abel y terminar su relación con él, pero a la par se trata de la mejor coartada para vivir su romance con Manuel sin levantar sospechas. Alonso trata de convencer a Cruz de que es conveniente que Curro ayude en La Promesa.
Manuel regresa de su viaje y le reconoce a Jana que le ha servido para tomar las decisiones correctas respecto a su mujer. Los marqueses reciben a su hijo con frialdad: le echan en cara que les haya dejado con una Jimena enajenada; pero lejos de amilanarse Manuel les replica que es la Jimena con la que él lleva meses conviviendo.
Manuel y Jana luchan por mantener la distancia a pesar de que siguen enamorados. Candela se enfrenta a Petra por cómo trató a Pía cuando se descubrió que estaba embarazada. Catalina está recuperada y agradece a Rómulo que la salvara. Curro y Martina dan rienda suelta a su pasión. María Fernández le declara su amor a Salvador. Mauro cuenta sus intenciones de marcharse. Manuel le ofrece a su primo Curro el título de barón de Linaja.
Jana discute con la Marquesa, que se niega a denunciar la desaparición de María Fernández. Pero Manuel se pone de su parte y avisa al Sargento Funes. María está encerrada en una cueva, con una cadena atada al tobillo… Mientras dan la bienvenida a Leonor que se da cuenta de que Martina le está ocultando algo. Pía prohíbe que se siga chismorreando sobre Petra. Salvador no empieza con buen pie en su prueba como primer lacayo. Abel vuelve de la casa de los Duques de los Infantes.
La desaparición de María Fernández sigue conmocionando a todos. Curro no ha tenido tiempo de poner en común con Jana su renuncia al título de Conde de la Mata. Jana tampoco sabe de la intención de heredar el título de Barón de Linaja. Simona sigue pendiente de la respuesta de Antoñito a su carta, pero descubrirá la razón por la cual tarda tanto en recibir la correspondencia de su hijo.
María Fernández por fin conoce la identidad de su secuestrador. Leonor descubre a Curro y Martina besándose. Catalina prueba la salsa de tomate propuesta por Lope y le cuenta a Pelayo que esa puede ser la nueva línea de su negocio. Rómulo comunica a Salvador que no ha pasado el periodo de prueba para ser primer lacayo. Valentín finge ser el primer interesado en encontrar a María. Pero las sospechas de Simona se acrecientan y las comparte con el sargento y le tienden una trampa, cuyo desenlace pone las cosas todavía más difíciles para María
Valentín intenta huir y un guardia civil lo abate antes de que escape. Se lleva a la tumba el lugar donde tiene a María Fernández. Leonor fue testigo directo de que Curro y Martina están juntos, y les lanza el anzuelo para que sean sinceros con ella. Los nervios de Jana harán que acabe por desvelar a Curro un secreto.
María Fernández sobrevive a duras penas. Abel lidera la búsqueda y es el principal soporte de Jana. Leonor, harta de las mentiras de Curro y de Martina. Petra teme que la marquesa se pueda enterar de su maternidad por terceros. La familia aprueba las nuevas conservas de Catalina, pero Alonso prohíbe que Mr. Cavendish vuelva a La Promesa.
Una pista encontrada en el cuerpo de Valentín podría llevar hasta el paradero de la doncella. Leonor ha sacado a la luz el romance entre Curro y Martina. Es esta última quien peor lo pasará al darse cuenta de que su prima se ha tomado el engaño como alta traición. Pelayo encontrará un aliado inesperado para tratar de conseguir cerrar un trato con el inglés en La Promesa.
El doctor Bueno tiene una idea que podría desbloquear la situación de María Fernández. La cata fue un éxito, por los negocios que Cavendish se trae con Pelayo y Jerónimo. Aunque el inglés se muestra firme con un requerimiento para el siguiente pedido: quiere que se haga en La Promesa. Vera se aventura por el palacio hasta encontrarse de bruces con la marquesa de Luján.
El servicio intenta mantener la esperanza de encontrar viva a María Fernández. Curro le jura a Jana que guardará el secreto de doña Pía y que va a aceptar el título de Barón de Linaja. Martina y Curro intentan arreglar las cosas con Leonor. Alonso discute con Cruz y le da un ultimátum a Pelayo y Catalina. Pía se ve obligada a contratar a Vera. El marqués cree poder localizar la cueva.
Vera se puede quedar como doncella y quien peor recibe la noticia es María Fernández. Leonor sigue enfrentada con su prima Martina. Pelayo y Jerónimo parecen haber encontrado la manera de entregar las armas a Cavendish. Manuel intenta hablar con Jana en la intimidad, pero solo consigue una negativa.
La noticia del robo llega al servicio y las miradas se centran en alguien en particular. María Fernández recapacita sobre su actitud. Otra relación que se recupera es la de Feliciano y Petra. El mago ofrece la función en La Promesa. Lo mejor del espectáculo es la sorpresa que Pelayo le tiene preparada a Catalina. Jerónimo aprovecha para hacer la entrega a Cavendish. Manuel no sabe qué hacer para arreglarse con Jana.
Catalina no reacciona como todos esperaban. Candela comete la imprudencia de utilizar el teléfono de los señores con la mala suerte de ser descubierta por el propio marqués. Abel no desiste en sus acercamientos hacia Jana. Petra agradece a Pía haber mediado ante su hijo. Los marqueses han pensado la proposición de Leonor. El capitán ha acusado a María del robo.
María Fernández ha sido despedida pero Jana encuentra la manera de que pueda permanecer cerca de La Promesa hasta que aparezca el reloj. La sospecha sigue cerniéndose sobre Vera. La pedida de Pelayo sigue dando que hablar y provocará un nuevo enfrentamiento entre la joven y Cruz. Curro y Martina lamentan no haber podido arreglarse con Leonor. Pero no es su único problema: alguien a escondidas los ha visto besarse. Cruz tiene una conversación con Lorenzo: ya tiene un plan para deshacerse del chico.
Jana sigue evitando a Manuel, que intenta inútilmente disculparse con la doncella. Jana intenta animar a María Fernández después de su injusto despido… Y se enfada cuando Pía asigna a Vera la cama de María. Margarita desconfía de Pelayo y lo enfrenta para que confiese. Leonor recapacita sobre su ruptura con Martina después de una conversación con su tía. Abel quiere encontrar al ladrón y Salvador le cuenta que Jerónimo ha mentido en su coartada. Feliciano está nervioso y Rómulo sabe el motivo.
Cruz se indigna al descubrir que Leonor se ha ido sin despedirse. A pesar de haber descubierto que Jerónimo es el ladrón, la marquesa no readmite a María Fernández. Curro media con Alonso para que acceda a que Mr. Cavendish pueda volver a La Promesa. Simona echa de menos a la recién marchada Candela. Vera sugiere a Lope ayudarle en la cocina y él acepta, ajeno a la atracción que la joven siente por él. Manuel se cuela en habitación de Jana.
Manuel, Catalina y Martina hablan con Cruz para que revoque su injusta orden, pero la marquesa no da su brazo a torcer. Simona confiesa a Lope que sospecha que Candela nunca volverá. Jana enfrenta a Manuel por el regalo, lo considera fuera de lugar ahora que no son nada. Lorenzo habla con Margarita: tiene la forma de tensar la relación entre Jerónimo y Pelayo, y así descubrir qué se traen entre manos.
La Promesa recibe a los invitados de la cacería. Pero una terrible noticia del periódico está a punto de nublar la alegría del momento. Salvador y Jana se ven cercados por María Fernández y terminan confesándole que la marquesa se opone a que vuelva a su puesto de doncella. Curro no tiene mucha fortuna y puntería y es objeto de las burlas. Alonso decide intervenir y recomienda a Curro que se traslade de puesto.
La cacería en honor a Curro termina en tragedia. Candela regresa. Vera no quiere atender a la amiga de Margarita. María Fernández asume que jamás va a volver a trabajar en La Promesa y le dice a Salvador que va a buscar trabajo lejos de Luján. La familia Luján tendrá que tomar una decisión que pondrá entre la vida y la muerte a uno de sus miembros.
La situación de Curro es crítica y la familia debe elegir si lo trasladan a Puebla de Tera o se queda. La salud de Feliciano parece mejorar después de la operación. La marcha de María Fernández de Luján es inminente y Catalina, le pide a Pelayo que intervenga y convenza a Cruz de que la readmita. Tras analizar los hechos ocurridos en la cacería, Rómulo y Pía empiezan a darse cuenta de que hay algo sospechoso en el supuesto “accidente”.
El estado de Curro es muy grave, necesita una operación de forma urgente. Pelayo le dice a Catalina que Cruz readmite a María Fernández y el servicio la recibe con gran alegría. Feliciano asegura que se siente mejor, pero sufre una caída repentina. Vera intenta evitar a la invitada de Doña Margarita, pero al final no tiene más remedio que atenderla.
Llega el día de la operación del señorito Curro. Pero justo antes de comenzar, Teresa les interrumpe. Vera consigue esquivar la curiosidad de la Duquesa amiga de doña Margarita. El extraño comportamiento de Candela no cesa, pero todo cobra sentido cuando tiene un gesto con Simona que la cocinera no espera.
La improvisada operación de Curro ha terminado, pero habrá que esperar para descubrir si todo evoluciona favorablemente. Cruz pide a Pelayo que acelere la boda con Catalina. Manuel, consciente de la distancia que impone Jana cuando intenta consolarla, le pregunta directamente si está enamorada de Abel.
Jana se molesta con Manuel por su ataque de celos. El hombre tomará una decisión que hará que Cruz ponga el grito en el cielo. Alonso y Manuel vuelven a la zona donde se produjeron los disparos intentando averiguar qué fue lo que pasó. Simona se pone al día con su hija Virtudes. Cruz se enfrenta a Pía y le pregunta por qué le mintió cuando le pregunto si Petra y Feliciano son madre e hijo.
Cruz, ahora que sabe el vínculo que une a su doncella y a Feliciano, baja a las dependencias del servicio con instrucciones muy claras al respecto. La hija del marqués exigirá a Pelayo una condición ineludible si quieren casarse. Otra boda se dibuja en el horizonte: María Fernández y Salvador. Manuel está dispuesto a ser el vencedor de la próxima edición de la Copa Herzog Staackman. El joven por fin puede hablar con Jana y le cuenta sus sospechas de que Abel está malmetiendo entre ellos.
Jana sigue cercana a Abel, pero no se puede sacar lo que Manuel le dijo. Jerónimo le anuncia a Pelayo un nuevo negocio con Míster Cavendish. Candela advierte a Vera de que ella cree que Lope sigue enamorado de María Fernández. Simona sigue el proceso de acercamiento con su hija Virtudes, pero Candela le confiesa que no le está contando toda la verdad sobre su hijo.
Simona aborda a Virtudes para descubrir la realidad de por qué Antoñito no ha querido verla. María Fernández y Salvador se revuelven contra sus superiores cuando descubren que deben posponer su boda. La recuperación de Curro da esperanzas a todos, aunque el muchacho sufre por el fallecimiento de Feliciano. Alonso sigue firme en su intención de averiguar más sobre el accidente. María Fernández descubrirá los sentimientos de Vera por Lope, y se plantará ante ella con un mensaje que no dejará indiferente a la nueva doncella.
Un nuevo visitante llega a La Promesa. Se trata del Conde de Ayala. Virtudes afea a Candela el haberle dicho a Simona que Antoñito no quiere verla, pero Candela defiende la verdad por delante de todo. Vera no desaprovecha el momento para acercarse a Lope. Manuel persiste en su acercamiento a Jana y observa impotente la buena sintonía de la doncella con el médico. Alonso hará una petición desconcertante a Abel en relación con Curro.
Jana y Curro comparten tiempo “encerrados” en la habitación de este y es el momento idóneo para afianzar su relación de hermanos. Curro pide hablar con Teresa cuando se entera de que ha vuelto con Petra. Catalina sigue al margen de las confabulaciones de Jerónimo y Pelayo. Todos sus compañeros en el servicio animan a Vera a declarar su amor por Lope. Salvador y María Fernández son amonestados por haber hablado directamente con el Marqués sobre el asunto de su boda.
Cruz malmete contra Jana y, cuando Alonso descubre que ha dejado a Curro sólo, decide tomar medidas. María Fernández deduce que Jana está en la cabaña de Ramona, pero, por más que intenta escabullirse discretamente para ir a buscarla, Pía se lo impide. Lope se decide a hablar con Vera, pero vuelve a meter la pata. Ayala le pide a Cruz que Petra sea su secretaria.
Jana ha vuelto y el castigo impuesto por los marqueses no se hace esperar… Pero en medio de las desgracias, Jana tiene una luz de esperanza: Manuel. Catalina y Pelayo llegan al balneario acompañados de Vera, dispuestos a vivir unos días de reposo. El idilio del pasado que Petra y Ayala arrastran se hará más patente cuando la doncella de la marquesa comience con sus tareas de secretaria del conde.
Petra le cuenta a la Marquesa la verdad sobre su embarazo. Jana cumple con su castigo y le pide ayuda a Manuel para poder hablar con Curro. Alonso habla con Rómulo de que quizás ha llegado la hora de dar por terminada la investigación de lo que ocurrió en la cacería. Sin saber que Ayala está especialmente interesado en el tema por una razón que jamás sospecharía: que el conde quiere saber por qué murió su hijo. Manuel comparte con Rómulo una terrible sospecha relacionada con Abel… Por lo visto el médico lleva engañándolos desde hace mucho tiempo.
Las sospechas de Manuel sobre Abel tienen fundamento y será Rómulo quien lo ayude a arrojar luz sobre el asunto revisando su hemeroteca. Manuel le cuenta a Jana que por fin va a poder reunirse con Curro a espaldas del marqués. Jana empieza a sospechar que María Fernández quiere dejar La Promesa y no duda en enfrentar a su amiga.
Jana por fin consigue hablar a las claras con Curro y comunicarle sus miedos después de saber que Alonso es su padre. Cruz vuelve a tener un enfrentamiento con Manuel por culpa de Jana y Alonso incluso se plantea que su hijo sienta cierta atracción por la doncella. La desconocida que irrumpió en la cocina buscando a Virtudes es Norberta. Manuel encuentra en los periódicos atrasados que Rómulo le facilita una pista que confirma que Abel podría haberles mentido y que jamás estuvo auxiliando a los supervivientes del incendio de Córdoba.
Petra se entera de que fue Cruz quien dispuso que Feliciano y Curro fuesen juntos a la cacería. La doncella hará de tripas corazón y pedirá a su señora una explicación. Manuel vuelve de Córdoba más inquieto de lo que se fue, sin ser consciente de que aún le esperan más sorpresas por parte de Abel. Curro teme represalias por parte de Alonso tras su escapada al pueblo de Luján.
Lope y Vera por fin son sinceros el uno con el otro. Manuel, empujado por Catalina, apoya a María Fernández en su huelga y se la lleva a Córdoba en el aeroplano para hablar con un sindicalista. Vera descubre que su dinero ha desaparecido y se enfrenta a María Fernández. Petra confirma a Ayala que Cruz nombró a Feliciano ayudante de Curro. Ayala, afectado por remover el pasado al que renunció, termina besando a Petra. Manuel confirma por fin que Abel les mintió y quiere encararse con él, pero Jana le recuerda que Abel sabe del romance entre los dos.
¡Estalla la huelga en La Promesa! El apoyo de don Rómulo y doña Pía es determinante. En la planta noble, Cruz monta en cólera, pero no van a tener más remedio que dialogar si quieren llegar a un entendimiento. Petra comparte con Ayala su dolor al descubrir que la persona que más aprecia en la Promesa puede estar detrás de la muerte que más apreciaba en su vida.
El capitán de la Mata es designado como mediador, y su primera reunión con Rómulo y María Fernández es un completo desastre. Catalina y Pelayo se casarán en dos meses y lo anuncian ante toda la familia. Jana continúa indagando qué hizo Abel durante el incendio y le tiende una trampa. Vera y Lope no pueden estar más enamorados, aun así quieren mantener su relación en secreto. Y Jana se da cuenta de que entre Vera y María Fernández pasa algo, pero ¿el qué? Alonso entrega a Curro la carta de la Casa Real donde se le nombra Barón de Linaja. La cercanía entre Manuel y Jana no pasa desapercibido a un miembro de la familia Luján, que no duda en enfrentar al joven.
Lorenzo intenta convencer a los Marqueses para que cedan en algunos de los requerimientos del servicio en la huelga. Abel se da cuenta de que Jana está indagando y ésta se lo cuenta a Manuel. Jana y Curro siguen especulando sobre el pasado de Dolores y Alonso. Petra tiene un duro encontronazo con la marquesa y Ayala le hace una oferta a su antigua amante: vengar la muerte de Feliciano terminando para siempre con Cruz.
La huelga del servicio llega a su punto de máxima tensión. Ahora que los señores han hecho una contraoferta a sus requerimientos les toca a los miembros del servicio decidir si lo aceptan. Petra no duda en traicionar a su señora y aceptar la oferta de Ayala para vengarse de ella. La persona que mejor conoce los delitos del pasado de Cruz está dispuesta a acabar con ella para siempre.
Después del enfrentamiento entre Abel y Manuel, el doctor parece dispuesto a revelar a la marquesa el romance entre su amigo y Jana… Virtudes vuelve tras haberse enfrentado a su hermano. Catalina pide permiso a su padre para casarse con el vestido de novia de su madre. Tras llegar a un acuerdo, el servicio ha abandonado la huelga y reanudado sus tareas. Lorenzo enfrenta a Pelayo ahora que sabe cuál es su verdadero negocio.
Alonso sigue hablando con Curro de la mujer que tanto lo apoyó tras la muerte de doña Carmen. Además, los problemas para Curro no terminan, ya que una amarga conversación con Martina le deja claro que no hay esperanza alguna en su romance. Pelayo sufre el acoso de Lorenzo para que le permita entrar en el negocio de mermeladas.
Manuel pronto se da cuenta de la encerrona que sus padres han urdido para que visite a Jimena. Ayala finalmente acepta el consejo del marqués y le pide a Margarita que sea su acompañante en la recepción de los marqueses del Palmar. Salvador pidió ayuda a Jana y a Lope para organizar una cena romántica sorpresa para María. Así que María no duda en encararla y reconocer que ella tiene el dinero.
Jimena reaparece por sorpresa justo cuando Manuel le habla a Abel sobre su historia de amor con Jana. Tras la cena que Salvador ha organizado a María Fernández, las cosas terminan caldeándose entre los dos y hacen el amor. Catalina accede a que Lorenzo entre en el negocio de las mermeladas. Pía encarga a Teresa que instruya a la hija de Simona. Lope, cada vez más enamorado, quiere dar un paso adelante con Vera y sugiere conocer a los padres de la doncella. Vera se niega en rotundo.
Abel bendice la relación entre Jana y Manuel y se disculpa por las cosas que ha hecho mal. Pero ese aparente momento de paz, se enturbia con las manipulaciones de Jimena: la joven se ha instalado en el dormitorio de Manuel por sorpresa, y él decide abandonar su alcoba para no encontrarse con ella. Lope hace las paces con Vera después de sus últimas discusiones, ya que ella se sigue negando a permitir que Lope conozca a su padre. Míster Cavendish llega y descubre que Lorenzo es el nuevo socio.
Después del imperdonable error de Jerónimo, que ha perdido al proveedor que les iba a suministrar las armas para Cavendish, Lorenzo se presenta con una solución. Involucrará a Lope que no tardará en darse cuenta de que puede ser un terrible error. Abel está realmente arrepentido después de sus ardides contra el amor entre Manuel y Jana, y quiere enmendarse contando toda la verdad. Por eso presiona a Jimena para que cuente todo sobre su falso embarazo.
Jimena pide a Abel tiempo antes de confesar a Manuel que el embarazo era falso. Lorenzo confiesa a Pelayo que ha pedido más dinero a Cavendish por las armas, algo que Pelayo teme que no salga tan bien. Ayala y Margarita cada vez congenian más. El conde justifica a su antigua novia su comportamiento, lo único que busca de Margarita es su veinticinco por ciento de La Promesa. María Fernández se encara con Vera para que le diga dónde está el dinero que ella encontró.
Curro se culpa de la pesadumbre que domina ahora a Alonso, causada sin duda por remover sus recuerdos de Dolores. Jimena sufre al ver cómo todos sus intentos de reconciliarse con su esposo caen en saco roto. Simona no tiene ni idea de la crisis que sufrió Virtudes, pero una visita inesperada a cocinas hará que la cocinera se entere de la peor manera. Jana descubrirá que Jimena oculta algo terrible.
La muerte de Jerónimo sigue conmocionando a La Promesa. Aunque el capitán tiene sus propios problemas, sabe que Cavendish quiere atentar contra Pelayo, y le exige que esa nueva muerte no lo salpique. Manuel se opone en redondo a que Jimena se quede a vivir en La Promesa y le propone un nuevo plan para su matrimonio ¿aceptará Jimena? Salvador y Lope harán lo posible por entender a María Fernández y Vera en la animadversión que tienen la una por la otra. Abel reúne a Jana y a Manuel, ha llegado el momento de contarles por fin la verdad.
La confesión de Abel cae como una losa sobre Manuel y Jana. Martina ha comprobado como todos sus intentos de separar a Ayala de su madre son infructíferos. Virtudes vuelve a sufrir ahogos y esta vez delante de su madre. Jimena está cada vez más errática al ver cómo es incapaz de reconquistar a Manuel. Y todo deriva en una terrible discusión delante de la familia que culmina con una durísima revelación de Manuel: no la ama porque su corazón le pertenece a otra mujer.
Virtudes ha desaparecido y es Rómulo quien la encuentra en los jardines del palacio. Ayala intenta acallar las sospechas de Petra asegurándole que su interés por Margarita únicamente responde a su estrategia para vengarse de Cruz. Salvador, en su primer día como primer lacayo, recibe una dura reprimenda del mayordomo. Jana y María Fernández buscan la bolsa de dinero sin éxito.
Jimena presiona a las doncellas para refrendar su sospecha y, a la vez, lidia con Abel, que quiere revelar el engaño. A pesar de las palabras tranquilizadoras de Ayala, Petra no es tonta y cada vez tiene menos dudas de que él y Margarita hay algo más que puro interés. Lorenzo cierra con Míster Cavendish los pormenores de la próxima entrega de mermeladas, y Catalina escucha sin ser vista el lugar y la hora.
Manuel lidia como puede ante la presión de sus padres y de sus suegros para que se vaya a Madrid con Jimena, aunque le jura a Jana que no va a ceder y que nada ni nadie podrá separarlos. Jimena no se queda así que no le tiembla la mano a la hora de envenenar al médico. Lorenzo mantiene una reveladora conversación con Cavendish en la que hablan sin tapujos del final del Conde.
Abel que el embarazo y aborto de Jimena fueron falsos. Catalina salva a Pelayo de las garras de Cavendish, pero no piensa perdonar el gran engaño. La amistad entre Ayala y Margarita se afianza. Una vez más, en este caso la Duquesa de los Infantes, pone de manifiesto el parecido de Vera con la hija de los Duques de Carril.
A Jana y Manuel se les va a hacer muy difícil poder perdonar a Abel por sus terribles mentiras sobre el embarazo y aborto de Jimena. Rómulo y Pía siguen sin estar convencidos de que el dinero pertenezca a los señores, pero acudirán a Petra con una incógnita que les inquieta más aún. Salvador, tras un nuevo error en su labor de primer lacayo, llevará al límite su relación con Rómulo.
Catalina sigue completamente hundida por el engaño del conde de Añil. Lorenzo exige a Pelayo que se le pague lo que se le debe. Margarita cada vez está más harta de la actitud de Martina. Pía intercede por Salvador ante Rómulo, pero este le pide que no se entrometa. Cruz da largas a los Duques de los Infantes, mientras Jimena sigue buscando obsesivamente información sobre quién es la mujer de la que se ha enamorado su marido hasta llegar a traspasar ciertos límites.
Jimena encontrará las pruebas definitivas del gran secreto de Manuel. Catalina tiene mucho que replantearse con respecto a Pelayo. Salvador va a intentar poner su mejor cara en su intención de quedarse con el puesto de primer lacayo. Rómulo tomará una decisión que resultará determinante para el futuro del chico. Abel acepta seguir el plan secreto de Manuel.
Manuel reprocha a Abel lo ocurrido con Jimena y este asume su parte de culpa, pero se defiende. Cruz reclama como suyo el dinero de Vera. Petra sigue desconfiando de la relación de Ayala con Margarita, pero este la neutraliza. Salvador está molesto con Rómulo por la llegada de Ricardo, mientras que Pía tiene más de un desencuentro con el nuevo mayordomo. Lope le dice a Vera que sabe que el maletín con el dinero es suyo y le pide explicaciones.
Curro y Martina tienen un fuerte encontronazo. Ante las amenazas de Lorenzo, Pelayo decide abandonar La Promesa. Lope insiste a Vera para que cuente la verdad sobre el maletín. Simona decide ir a hablar con su hijo y Virtudes le hace prometer que no lo hará. Cruz comprueba que el acercamiento entre Ayala y Margarita es real y arremete contra Petra, que está muy sensible recordando a su hijo… y su reacción es impredecible.
A Pelayo se le descubren nuevas mentiras. Una de ellas llevará a Catalina a enfrentarse con un miembro de la familia. La llegada de una vieja conocida de los Luján, lo cambiará todo para el heredero. María Fernández tapa como puede su malestar desde que recibió aquella carta. Sin embargo, no será ella quien revele a todo el mundo el contenido de la misiva.