Tras la fiesta, todos tienen una resaca terrible y deben hacer grandes esfuerzos por cumplir con su trabajo. Jana está enfadada por que Manuel no haya contado con ella y eso hace que el joven se muestre más flexible. Cruz le agradece a Jana su participación. Rómulo, que cada vez se encuentra peor, le hace una grave confesión a Pía: conoce la identidad del asesino de Gregorio.