Lorenzo encuentra una aliada inesperada para enviar a la muchacha a casa del marqués de Andújar. Inesperada es la decisión que toman Rómulo y Emilia: si Petra no permite al servicio ir a la boda, será la boda quien acuda al servicio. Alonso ha acudido a Catalina en varias ocasiones para que lo ayude con la finca. Ahora, da un paso más allá para depositar en ella, y en Adriano, una responsabilidad que nunca antes le había otorgado. Samuel sigue buscando una explicación a la actitud de Petra e intenta evitar que le cuente a todo el mundo su romance con María Fernández. Finalmente, el ama de llaves cede contándole al sacerdote el nombre de su verdadero amor.