Petra salvó a Pía cuando Cristóbal la descubrió fisgoneando en su despacho, pero la doncella no se libra de dar explicaciones al ama de llaves. Vera y Teresa se cuelan en la biblioteca con la intención de llamar por teléfono a la duquesa de Carril. El único objetivo de Curro siempre ha sido que se hiciera justicia por la muerte de su hermana, pero aprende que, a raíz de eso, debe asumir una carga muy pesada. Cristóbal organiza unos encuentros muy extraños con Ángela, que levantan las sospechas de varias personas. Lo que nadie se espera es el gran secreto que oculta junto a Leocadia: ¡el nuevo mayordomo y la señora de Figueroa son amantes!