Algo ha sucedido en tierra a las pocas horas de que el buque escuela “Estrella Polar” zarpara de puerto. Tras una aparatosa tormenta no prevista en ninguna carta marítima, han dejado de funcionar todos los sistemas de navegación. Las comunicaciones se han interrumpido. Es como si no hubiese nadie al otro lado, como si el mundo, tal y como lo conocíamos hasta ahora, hubiera desaparecido. La puesta en funcionamiento, después de varias averías, del acelerador de partículas construido en Ginebra ha fallado, provocando un nuevo Big Bang. Lo que parecía sólo una amenaza catastrofista se ha hecho realidad. Afortunadamente había previsto un “Protocolo Extremo de Seguridad” por si algo salía mal. Sólo Julia, la científica del buque, conoce la importancia de que, durante la tormenta, el Estrella Polar permanezca en la falla natural que ella misma había marcado como coordenadas de destino. En pocas horas, comprenderá que algo ha salido mal y se verá en la obligación de contar a la tripulación parte de lo que sabe: existe esperanza más allá de la tragedia pero, por el momento, es mejor que sólo ella conozca toda la información. ¿Cómo iban a sospechar los tripulantes del Estrella Polar que el encendido de la máquina provocaría un nuevo Big Bang en el planeta, que los continentes se moverían, que el mar se tragaría el mundo, que peces desconocidos y monstruosos emergerían de las profundidades abisales, que no volverían a ver a su familia, a sus amigos?... ¿Cómo lo iban a saber, si no sabían ni lo que era un acelerador de partículas?
Un avión de pasajeros se estrella a pocos metros del Estrella Polar y De la Cuadra y Ulises quieren recuperar la caja negra del aparato. Palomares descubre que el Capitán no va a ir a puerto y monta en cólera porque Vilma está gravemente enferma y tiene que ir a un hospital. Comienza a gestarse un motín a bordo.
La desolación y el miedo invaden el espíritu de la tripulación. Julia intenta transmitir algo de esperanza: según sus cálculos, tiene que haber tierra en algún sitio y, tarde o temprano, la encontrarán. Pero todos saben que no es tan fácil. No hay comida suficiente para navegar sin rumbo por tiempo indefinido. Sin frutas ni verduras en unos meses enfermarán de escorbuto. Y sin energía, la potabilizadora no funcionará y se quedarán sin agua Mientras hacen un inventario de todo lo que hay en el barco, encuentran una caja del Ministerio que la doctora no tiene apuntada en su lista. Al abrirla se encuentran con una pequeña caja metálica con un contador, un cronómetro que claramente está marcando una cuenta atrás. Sea lo que sea, les quedan 13 horas y 22 minutos. Ramiro es incapaz de asumir lo sucedido. Está convencido de que todo es un experimento, que son conejillos de indias y sólo quieren estudiar sus reacciones. Intenta buscar en Piti un aliado para convencer a sus compañeros, pero éste está más preocupado por ver cómo puede aprovechar la tesitura y conquistar a Estela. Alegando que es un método infalible de distracción, Piti consigue convencer a la doctora para organizar citas de cinco minutos.
Más de 40.000 aves agotadas y hambrientas se dirigen hacia el barco. Llevan volando desde que se produjo el cataclismo y buscan tierra en la que descansar y alimentarse. Suponen una gran amenaza, necesitan comer y la tripulación del Estrella Polar puede suponer un suculento almuerzo. Burbuja cree que todo es culpa suya. Encontró un pequeño gorrión que se había caído del nido y está claro que sus padres, furiosos, han acudido en su rescate. De la Cuadra reprocha al capitán el comportamiento de Ainhoa, de escarceos amorosos por el barco sin que su padre le diga nada. El capitán no le da mayor importancia, considera que Ainhoa es aún una cría y que son juegos inocentes. Cambiará de opinión cuando descubra quién es el novio de su hija. Palomares está convencido de que, dadas las circunstancias, es necesario crear una capilla en el barco pero el capitán le ha denegado el permiso. Dice que el Estrella Polar es un barco apolítico y aconfesional y que eso no variará por mucho que haya cambiado el mundo. Palomares, no se dará por vencido tan fácilmente.
El racionamiento empieza a pasar factura entre la tripulación. El hambre hace mella en el carácter y la paciencia de alumnos y profesores y las protestas no tardan en llegar. Gamboa aprovechará la oportunidad para desprestigiar la gestión del capitán y proponer unas elecciones que estipulen quién debe gobernar el barco. El barco avanza a toda prisa aunque los motores están parados y las velas arriadas. Un enorme remolino les arrastra a toda velocidad. Según les explica la doctora Wilson, los océanos se están ajustando tras el cataclismo y millones de toneladas cúbicas de agua están buscando su sitio en el planeta inundado, así que ésto es sólo el principio. Cuando creen que ha pasado lo peor, el barco choca con algo y les frena en seco. Han encallado y la embarcación ha comenzado a resquebrajarse.
La tripulación de El Barco está desconcertada. Son las 9 de la mañana, suenan los despertadores, arranca la vida en el barco… Sin embargo, algo no cuadra: no entra luz por las ventanas, sólo hay oscuridad, no ha amanecido. Es posible que no estén donde creen estar pero no pueden saberlo porque la brújula da vueltas aleatoriamente, incapaz de marcar el norte. Los monitores, los relojes digitales, todo el aparataje ha comenzado a fallar. ¿Qué ocurre? ¿Es posible haber navegado? ¿Por qué no ha salido el sol?
Tras una intensa búsqueda, De la Cuadra y el Capitán han conseguido encontrar de nuevo el barco que detectó el radar horas atrás. Enseguida notarán que algo no va bien en el pequeño yate de recreo. La bandera está izada al revés –la señal náutica de petición de auxilio- y la música continúa encendida, pero nadie contesta a las llamadas de radio. Ainhoa no puede seguir negando la evidencia: no está cómoda viviendo con Gamboa y cada vez está más convencida de que se precipitó yéndose a vivir a su camarote. Él, sin embargo, parece querer luchar por la relación o puede que, sencillamente, le convenga estar con la hija del capitán. Un embarazoso incidente entre Ainhoa y Ulises terminará de empeorar la situación, desatando una violenta reacción de Gamboa. Burbuja se ha dado un fuerte golpe en la cabeza que ha traído consigo viejos recuerdos. Imágenes de una bonita chica, a la que le pedía en matrimonio. Aunque Salomé asegura que son imaginaciones suyas, él está convencido de que lo que ha visto es real. Está dispuesto a hacer lo que sea para recuperar la memoria que la burbuja en su cerebro le ha borrado.
Burbuja divisa en el horizonte una espesa niebla que le da mala espina. Son muchas las cosas que no cuadran: ha aparecido de repente, no trae consigo humedad y devuelve el eco, como si se tratara de una pared. Como marinero experimentado, Burbuja será el primero en darse cuenta. El capitán terminará de convencerse de que algo raro sucede cuando su hija Ainhoa caiga inconsciente en sus brazos. Ainhoa le confiesa a su padre su mala situación con Gamboa. Valeria, que ha oído la conversación y ha sacado sus propias conclusiones, corre a contarle las buenas nuevas a Ulises: por fin podrá ser el novio de Ainhoa. Gamboa, ante la nueva situación, decide abandonar el barco utilizando una de las balsas de salvamento. Ulises trata de detenerlo pero no cuenta con que el falso profesor tiene una pistola y no dudará en utilizarla. Salomé ha encontrado un anillo dentro del pescado que estaba limpiando y De la Cuadra, animado por los chascarrillos de Ulises, ha acabado pidiéndole matrimonio. La cocinera, sin embargo, no reaccionará como él esperaba. No le va mucho mejor a la peculiar familia formada por Piti y Vilma. El joven ha recreado en el ordenador a la mujer perfecta haciendo un collage con fotos de todas las alumnas del barco. Todas, menos Vilma que se sentirá muy ofendida por el desplante.
Gamboa continúa desparecido y ya todos le dan por muerto. Suponen que, inconsciente por la niebla tóxica, caería al mar con el zarandear de las olas. Ramiro, sin embargo, está convencido de que Ulises asesinó al profesor y luego le tiró al mar. Cree que, tras la pelea, Ulises esperó el momento oportuno para seguir a Gamboa y dispararle y exige que sea juzgado por ello. El capitán no puede negarse, así lo establece el código marítimo, la Ley del Mar.
Mientras investigaba un extraño ruido procedente de la ventilación, Burbuja ha encontrado un viajo diario. Se trata del cuaderno de bitácora del primer capitán que tuvo el Estrella Polar, en el que narra la llegada al barco de un extraño pasajero: el hombre de Liverpool, que guardaba consigo un peligroso secreto. A raíz de este hallazgo, descubrirán que el barco no tiene 30 camarotes como viene en los mapas, sino 31. Hay un camarote fantasma y no pararán hasta encontrarlo.
Después de varios días desaparecido, Gamboa ha reaparecido sano y salvo. De hecho, a juicio de la doctora, está en mejor estado del que podría esperarse de una persona que lleva varios días en una balsa a la deriva. Es cierto que se ha quedado inconsciente nada más ser rescatado, pero debería estar también débil y deshidratado. Algo no cuadra. Julia amenaza a Gamboa con hacer públicas sus sospechas, pero él sabe cómo contraatacar. Conoce oscuros secretos sobre el pasado de la doctora y le obligará a mantener un pacto de silencio. El capitán no va a conformarse tan fácilmente con las pusilánimes explicaciones de Julia y seguirá investigando por su cuenta. De repente, todos los móviles han comenzado a funcionar. Se oyen por todos sitios los sonidos de los mensajes que llegan, como si todas las antenas de telefonía del mundo hubieran recuperado de golpe la señal. Todos han recibido el mismo sms: una llamada de socorro y unas coordenadas: SOS. 23º Norte / 102º Oeste. Alguien está pidiendo ayuda y, según los cálculos de De La Cuadra está a menos de 12 horas de viaje. Finalmente, aunque con cierto temor, deciden poner rumbo hacia esas coordenadas. Gamboa ha perdido la memoria y entre las cosas que no recuerda está su ruptura con Ainhoa. Ulises tratará de ser comprensivo y no presionar a Ainhoa, decidida a aclarar nuevamente las cosas con el profesor. Sin embargo, Julia cree que no es conveniente alterar a Gamboa, puede ser peligroso para su recuperación. Hasta que recupere la memoria lo mejor es que Ainhoa le siga la corriente y actúe como si aún fueran pareja. Por su parte, al capitán no le hace demasiada gracia la incipiente relación entre su hija y Ulises porque considera que él es demasiado volátil en sus relaciones. Con la emoción de haber recibido el mensaje en el móvil y llevado por la euforia de creer que hay más supervivientes, Palomares y Vilma se han dado un beso en los labios sin querer. Lo que en principio parecía s
Los tripulantes del Estrella Polar consiguen por fin establecer comunicación con la Estación Espacial Internacional. Les habla el comandante Hopkins para pedirles ayuda, los módulos de soporte vital han dejado de recibir oxígeno y deben evacuar la nave urgentemente. Amerizarán cerca del barco en unas horas y necesitan ser rescatados para no morir ahogados. Un ciclón pasará por esas mismas coordenadas a la hora prevista para el rescate, si se quedan allí morirán todos. Sería un suicidio. Deben huir de allí pero el capitán prometió a los astronautas que les rescataría y no quiere faltar a su palabra.
Una extraña criatura venenosa ataca a Piti Navegan hacía un enorme banco de algas pero, como parece algo inofensivo, deciden no cambiar el rumbo. Sin embargo, al atravesarlo, pierden fuelle y se quedan varados. Rápidamente, las algas empiezan a reproducirse sin control por todo el barco y comienzan a hundirlo a toda velocidad. Tienen que conseguir salir de allí como sea. Además, las algas escondían un bicho rápido y escurridizo que no ha tardado en colarse dentro de los vestuarios y atacar a Piti. En pocas horas, Piti cae enfermo y Julia no sabe cómo curarle. Aunque Ainhoa ha disparado a Ulises con un arpón, al ser atendido él inventa otra versión de lo sucedido para que ella no cargue con las culpas. Cuando Ainhoa ve a Ulises inconsciente en la enfermería se da cuenta de lo enamorada que está y se replantea la ruptura. Valeria se ha despertado feliz. Hoy sería el cumple de su madre y eso implica una gran fiesta en la que todos se vestirán de gala y bailarán durante horas. Es consciente de que a su padre le falta pareja y no quiere que se ponga triste, así que sin dudarlo invitará a la doctora Wilson. Gamboa y Ramiro inspeccionan la cápsula espacial para ver si encuentran algo que les ayude a entender lo sucedido. Ramiro encuentra la palabra “help” grabada en una de las puertas. Está claro que los astronautas si llegaron a embarcar en la nave soyuz pero ¿qué sucedió después?
Encuentran a cuatro náufragos en una barca a la deriva Una moto de agua aparece navegando a la deriva con el nombre de “Queen América”. Poco a poco empiezan a llegar más pertenencias con el mismo logotipo, parecen pertenecer a un gran transatlántico que probablemente no superó la tormenta. Entre los objetos rescatados hay varias cajas de comida. El Capitán para celebrarlo decide hacer una cena de gala esa misma noche e incluso aprovecha la tesitura para invitar a cenar en su camarote a Julia. Las cosas cambian al aparecer una barca de salvamento con cuatro náufragos. Presentan pústulas por todo el cuerpo, lo que dispara todas las alarmas. Una enfermedad contagiosa a bordo pondría en peligro a toda la tripulación. El Capitán decide darles antibióticos durante 24 horas antes de dejarles embarcar, desatando la polémica ya que algunos alumnos consideran que es inhumano darles agua y comida y dejarlos a su suerte. Piti no sabe qué hacer para reconquistar a Vilma ahora que sabe que ella siente o sintió algo por él. Con ayuda de sus amigos construye una cuna para el bebé y se la enseña por sorpresa en el cuarto de los chicos donde, por descuido, Vilma encuentra una pila de revistas porno. Para salir del embrollo, Piti dice que son de Ulises, un rumor que se extiende por el barco a toda velocidad, para las risas de unos y el bochorno de otros.
Algo está atascando todas las tuberías y desagües del Estrella Polar. Cuando las desmontan para ver qué obstruye los conductos, encuentran una especie de pequeños ovillos grisáceos. Salomé cree que es suciedad, pero Burbuja reconoce rápidamente que son crisálidas que no corresponden a ninguna de las especies que aparecen en sus libros. Algo está anidando por todo el barco, ¿qué puede ser? Vilma le pide a Piti irse a vivir juntos en un camarote con una cuna para ellos solos y le da 24 horas para pensar una respuesta. Piti se queda en shock. De repente, Vilma siente un fuerte dolor en el vientre y acude a la doctora. Julia, desconcertada tras haber encontrado a Leonor (Belén Rueda) en la cama con el capitán, intenta atender lo que parece una amenaza de aborto. En ese momento interviene Leonor, criticando el trabajo de Julia y ocupándose ella misma de la situación. Los recién llegados explican su naufragio: la tormenta, la muerte de sus compañeros... Todos están impresionados con el relato, pero lo que más les llama la atención es la petición que hacen a continuación: quieren hablar con sus familias para decirles que están bien, no saben que el mundo ha desaparecido. Además, Leonor asegura al capitán que se ha puesto en contacto con su esposa fallecida y tiene un mensaje que darle de su parte. Gamboa ha pillado a Ainhoa hablando por un walky en mitad de clase y al preguntarle con quién hablaba, ella ha roto a llorar desconsoladamente, muerta de miedo. Una reacción que deja a toda la clase y al propio Gamboa un poco impactados y que al profesor de supervivencia le llegará hondo.
Mientras estaba escondida, Valeria ve cómo Leonor se comunica con el exterior mediante un teléfono vía satélite. Intenta contárselo a su padre pero Leonor juega sus cartas para dejarla de mentirosa y niña malcriada. La pequeña tiene claro que los recién llegados ocultan algo y no es la única, también Ulises ha comenzado a sospechar de ellos. Está seguro de que Víctor ocultaba algo en su cesto de la ropa sucia cuando se cruzó con él en los pasillos. Unas sospechas que se confirmarán cuando encuentra una bala en el suelo ¿se ha caído del cesto de Víctor? ¿Están armados los nuevos inquilinos del Estrella Polar? Al poner en común sus impresiones con De la Cuadra y el Capitán, se dan cuenta de lo que está sucediendo en realidad. Los náufragos al verse descubiertos, deciden tomar el barco por la fuerza. El capitán intenta convencer a Julia de que no se acostó con Leonor pero sus explicaciones parecen empeorar aún más la situación. La doctora le deja claro cuál es la solución para evitar conflictos: no volver a pasar la raya de lo personal. El capitán se queda hundido. También Ulises atraviesa horas bajas con Ainhoa, después de haberla sorprendido intimando con Gamboa, su peor enemigo. No sospecha que la realidad es muy diferente a la que él imagina. A Piti, sin embargo, empiezan por fin a funcionarle las cosas con Vilma. Quiere irse a vivir con ella y De la Cuadra les da la una peculiar solución: el camarote 31. Allí fue donde encontraron los cadáveres del antiguo capitán del Estrella y sus marineros, encerrados para no contagiar al resto de la tripulación con la gripe que padecían. La idea horroriza a Piti, pero no quedan más opciones, así que decide seguir adelante sin decirle nada a Vilma.
Palomares tiene vértigo y De la Cuadra sabe la forma de quitárselo de sopetón: obligándole a subir al lugar más alto del barco. Así pueden, además, otear el horizonte e intentar averiguar por qué ha salido un arcoíris cuando no hay lluvia o por qué se están moviendo cuando los motores están parados y no sopla el viento. Una vez más, el mar parece haber tomado el timón del barco. Pronto verán que es lo que tira de ellos, ante el Estrella Polar se divisa una enorme catarata, como si el mar se hubiera dividido en dos alturas. Semejante caída puede partir literalmente el barco por la mitad. Julia, De la Cuadra, Gamboa y el capitán intentan descifrar las indicaciones que daba el piloto en la caja negra del avión. Es imposible, todos los puntos de referencia del planeta cambiaron con el cataclismo. Norte, sur, este y oeste ya no sirven para orientarse. Sin embargo, Burbuja oyó a los náufragos decir que ellos sí podrían averiguar la ubicación de la isla, ¿Cómo?, Julia tiene la respuesta: el Estrella Polar era sólo UNO de los barcos del Proyecto Alejandría. Hay al menos un barco más, el bautizado como “tecnológico”, que cuenta con una tecnología mucho más avanzada que la suya, aparatos muy sofisticados capaces de extraer las coordenadas exactas de esa caja. Ése debió ser el lugar de origen de los cuatro náufragos que resultaron no ser tales. Hoy es el cumpleaños de Valeria y le han preparado una gran fiesta sorpresa pero la pequeña no está para celebraciones. Se ha enterado de que su padre pasó la noche con Leonor y se siente traicionada. El capitán, ajeno al enfado de su hija, se queda atónito al comprobar que no está invitado a la acampada nocturna que él mismo le ha regalado a su hija. Julia, conciliadora, convence al capitán para que vaya a la acampada de todos modos. De la Cuadra está volcado en los preparativos del cumple de Valeria, una dedicación que saca a relucir el instinto maternal de Salomé. ¿Y si en v
El Estrella Polar saltará la catarata. Ésa es la decisión final que se ha adoptado y todos están volcados en conseguir minimizar los daños: preparan redes que amortigüen los golpes, precintan camarotes, habilitan posibles vías de escape en caso de que el barco se hunda…. El capitán anima a la tripulación a que, por si ocurriera lo peor, se digan todo aquello que quieran decirse antes de saltar. Piti, obediente, interroga a Vilma sobre el padre del bebé pero las respuestas no le gustarán nada. El padre era cubano y Piti se obsesionará con la idea de que, tal vez, su hijo sea negro o mulato y eso supondrá un recordatorio constante de que él no es el padre de la criatura. También De la Cuadra convence al capitán para que siga su propio consejo y zanje sus asuntos pendientes con la doctora. Al enterarse de que De la Cuadra planea tener hijos con Salomé, Burbuja se convence de que él es el más prescindible del barco. Decide hacer un acto heroico por sus compañeros: tirarse por la catarata usando un contenedor de madera a modo de bote salvavidas para comprobar la altura de la cascada. Es la única manera de saber si el Estrella Polar aguantará o no la caída. Una situación límite que hará que salga a la luz la verdadera relación que existe entre Salomé y Burbuja. Estela le pide a Palomares que celebre una misa de urgencia, algunos alumnos quieren recibir la comunión antes de aventurarse con la caída libre. Sin embargo, Palomares no es capaz de dar la misa tal y como se siente. Está enamorado de Vilma y atraviesa, por ello, una enorme crisis de fe. Lo extremo de la situación provocará una insólita reacción en el cura del barco. Ainhoa se siente incapaz de superar el arranque de violencia que ha tenido Ulises. No puede quitarse la cabeza la saña con la que pegó a Gamboa, que ni siquiera se estaba defendiendo, ni mucho menos el golpe que ella misma se llevó por intentar separarles.
Aunque Gamboa se recupera favorablemente en la enfermería, Ulises está muy afectado por lo sucedido. Necesita espacio y dentro del barco no tiene sitio para pensar ni curar sus heridas. Únicamente existe un lugar donde puede tener la tranquilidad de la soledad: el mar. Siguiendo el consejo de su padre, se aleja nadando del barco pero, enfrascado en sus pensamientos, mide mal sus fuerzas y se desvía demasiado. En el barco, deciden celebrar un mercadillo para intercambiar trastos viejos. Piti descubre, en el pequeño puesto montado por Burbuja, una antigua película de 1940 de un simposio que se celebró en el propio Estrella Polar.
Ramiro ve atónito como Palomares, después de rezar sus oraciones, coge impulso y se lanza al mar. Rápidamente, comienzan con las maniobras necesarias para acudir en su rescate pero el joven sacerdote no sale a flote, la corriente del barco se lo ha tragado. Gamboa y Ramiro por fin divisan algo: el cuerpo inerte de Palomares, flotando a la deriva. ¿Ha querido suicidarse Palomares? ¿Ha perdido definitivamente la fe? ¿Conseguirá sobrevivir?
El pato que encontraron procede de tierra firme. En cuanto se restablezca la normalidad magnética podrá guiarles de vuelta a casa. Julia hace todo tipo de pruebas a Manolito, el pato que encontraron Piti y Burbuja, para conocer su procedencia. Los resultados son claros: hace menos de 12 horas que estuvo en tierra firme. Con las alteraciones magnéticas provocadas por la tormenta, el pato debió desorientarse y acabar en el Estrella Polar. Eso significa que, en cuanto se restablezca la normalidad magnética, será capaz de encontrar de nuevo el camino de vuelta y ellos podrán seguirle hasta encontrar tierra. Sólo hay un problema: Manolito está enfermo y podría no sobrevivir el tiempo suficiente.
Los tripulantes del Estrella Polar se encontrarán con un inesperado compañero de viaje: un polizón que descubren escondido en el barco. Asustado y malherido Cristóbal confiesa que lleva huyendo desde que se produjo el cataclismo. La doctora tendrá que atender rápidamente las heridas del joven, que presenta un pésimo estado de salud. ¿De qué o quién escapa Cristobal? ¿qué le produce tanto miedo como para arriesgar su salud y poner en peligro su propia vida?
El capitán no puede creer lo que ven sus ojos: frente a ellos, fondeado a menos de media milla, hay un barco idéntico al Estrella Polar. Es muy extraño que el primer barco de gran eslora que encuentran después del cataclismo sea exactamente igual que el suyo. Más sospechoso aún es que también tenga nombre de estrella, no puede ser una casualidad. Intentan contactar con ellos pero no responden a sus señales, es probable que no haya ningún superviviente. Julia insiste en ignorar la embarcación y seguir navegando rumbo suroeste para recuperar el rastro del pato, sólo Manolito puede conducirles hasta tierra firme. El capitán, sin embargo, cree que deben hacer una misión de reconocimiento. Si no hay nadie allí, al menos podrán aprovisionarse de comida, combustible y otros elementos de primera necesitad ya que están a punto de agotarse en el Estrella Polar. Además, no comprende la insistencia de la doctora, parece que, una vez más, sabe más de lo que asegura. Finalmente emprenden la expedición. Cuando llegan al barco la imagen que encuentran es absolutamente desoladora. Todo está cubierto de sangre y hay restos de cuerda que indican que hubo varias personas retenidas a la fuerza. Gamboa amenaza a Ulises con desvelar lo que sabe de su pasado. Ulises aprovecha la ausencia del profesor para meterse en su camarote a fisgonear, pero Estela le pilla in fraganti. La joven no tardará ni un minuto en contárselo a Gamboa. Por último, Vilma trata de luchar contra lo que siente por Palomares, que está empezando a convencerse de que su amor es correspondido. Piti, sin embargo, permanece ajeno al creciente acercamiento entre ambos.
Vilma y Palomares se convertirán en improvisados protagonistas debido a que Piti, que iba a ser uno de los intérpretes principales, decide retirarse. El joven es cada vez más consciente de que él es el que sobra en este improvisado trío. Animados por la música de fondo que está sonando en el comedor, los más jóvenes del Estrella Polar comienzan a cantar y bailar. Poco a poco, se contagian los unos a los otros, hasta que todo el barco acaba sumándose al compás de la música. Sin embargo, el capitán, agobiado con la desaparición del primer oficial que el resto aún desconoce, reacciona regañando a los chicos, a gritos. Enseguida se dará cuenta de lo desproporcionado de su reacción y, para enmendarlo y tener a los marineros entretenidos, encarga a Salomé que organice un número musical para la noche. A Estela, como a Piti, tampoco le hace muy feliz el nuevo dúo protagonista del musical. Después de la conversación que mantuvo en su camarote con Palomares, se había hecho a la idea de que entre ellos podría estar surgiendo una relación. Darse cuenta de que ha vuelto a confundirse, será un duro golpe para la joven, que no lo sabrá encajar adecuadamente. Y mientras los bailarines del Estrella Polar preparan su debut musical, permanecen ajenos a lo sucedido horas antes en cubierta. Alguien ha atacado a Sol, la alumna encargada de la ronda nocturna, y ha secuestrado a De la Cuadra. Se trata de varios buzos que han llegado hasta el barco amparados por la oscuridad de la noche y que ahora huyen a toda velocidad en sus lanchas motoras. Completamente desbordado por la situación, el capitán sabe que Julia puede tener las respuestas que él necesita y esta vez piensa obtenerlas, aunque sea por la fuerza. Gamboa y el capitán deciden fondear el barco, hacer un recuento para ver si falta alguien más y esperar para ver si hay noticias de los secuestradores. Hasta que haya noticias, acuerdan mantenerlo en secreto para que no cunda el pánico. Tienen espe
Los tripulantes del Estrella Polar intentarán por todos los medios que, a pesar de lo sucedido, Valeria pueda vivir las navidades que cualquier niño desearía y se las ingeniarán para que la pequenña tenga los regalos que pidió en su carta, aunque eso suponga fabricarlos con sus propias manos. Todos se afanan en preparar la función navideña: recortan, pintan, cosen, todo lo necesario para recrear un belén viviente. Sin embargo, Valeria no está muy animada. Ni siquiera quiere hacer la carta para los Reyes Magos porque está convencida de que los camellos no serán capaces de llegar hasta ellos, perdidos en mitad del océano. Además, son las primeras navidades que pasará sin su madre y ni siquiera está su hermana Ainhoa para consolarla. De la Cuadra convence a la pequeña de que los camellos son mágicos y, por tanto, debe enviar su carta en una botella, que es como se envían los mensajes en alta mar. Sin embargo, eso supone un problema para el capitán, que no tiene forma de averiguar qué ha pedido su hija. Cuando Valeria tira la botella al mar, descubren que no la ha cerrado bien y se está hundiendo rápidamente hacia el fondo. El capitán ve la solución perfecta: con la excusa de rescatar la botella de Valeria, podrá leer su contenido. Mientras preparan la representación navideña, los más jóvenes tienen un pequeño encontronazo. Sol hace callar a Piti llamándole cornudo y diciéndole que su relación con Vilma está muerta y, aunque no lo hayan expresado en voz alta, a todos los efectos ya no están juntos. Piti, asumiendo que Sol lleva razón, trata de hablar con Vilma pero ella, aturdida y agobiada, no sabe darle una respuesta y se marcha. Piti, colgado a 4 metros del suelo con el arnés con el que va a interpretar al ángel de la anunciación, decide no bajarse de ahí hasta que Vilma le dé una respuesta. Falta alguien que interprete al rey Baltasar y Salomé cree que, por su tez oscura, Gamboa podría ser el mejor
Burbuja tiene un secreto, lleva varios días escondiendo al pato Manolito. Desde que recuperó la señal de seguimiento, ha estado estudiando los movimientos del animal y siempre vuelve a dormir al mismo sitio, donde reposa muchas horas. Tiene que ser una superficie fija, no puede ser un barco porque sino oscilaría. Por tanto, y si sus cálculos no fallan, han encontrado tierra y está muy cerca. No es la única información crucial que esconde Burbuja en su cabeza. Presionado por el capitán, hace memoria de su secuestro y le confesa al capitán la conclusión a la que ha llegado: estuvieron recluidos en un submarino militar y cree que aún les siguen. De la Cuadra trata de recuperarse de su ruptura amorosa con Salomé. Al primer oficial no le queda más remedio que mudarse al camarote de los chicos, pero cuando llega encuentra un desorden descomunal. Sobrepasado por la situación personal que está atravesando, De la Cuadra monta en cólera y hace pasar revista a todos los alumnos del Estrella Polar. Piti, Ramiro y Palomares no están dispuestos a que el primer oficial sea su compañero de cuarto y se hacen pasar por gays para incomodarle. Gamboa parece querer conquistar a Estela con regalos y piropos, algo que despierta en Salomé todas las alertas, no se fía de las intenciones del profesor. Sin embargo, parece que esta vez Gamboa quiere hacer las cosas bien, y aconsejado por Salomé, pide formalmente una primera cita a Estela. Durante la cena romántica, Gamboa confesará a Estela los verdaderos motivos del encuentro.
El capitán comunica a los tripulantes del Estrella Polar la noticia que llevan tanto tiempo esperando: han avistado tierra, más exactamente, la luz de un faro. Tras debatir qué hacer, ponen rumbo hacia allí pero cuando se están aproximando, la luz se apaga repentinamente. Después de lo sucedido con los tres náufragos y con el barco ruso, temen que ir hacia el faro pueda entrañar algún peligro, por lo que el capitán pide a Gamboa que entrene a un pequeño grupo de marineros por si tuviese lugar una confrontación. Piti es castigado por burlarse de un incidente en clase. Tendrá que barnizar los taburetes del club, algo que provocará una cómica situación cuando Sol, sin saberlo, se sienta en uno de ellos y se queda pegada. Otra divertida situación será la protagonizada por Salomé, que pide al capitán que hable con Burbuja para aclararle sus dudas sobre sexualidad. Mientras tanto, Ainhoa encuentra un pentagrama en el barco ruso que le hace recordar su pasado y cómo un inoportuno accidente le hizo perder la beca en la sinfónica del Conservatorio de Viena como pianista, lo que le permitió embarcar en el Estrella Polar.
El Estrella Polar está a punto de chocar con el submarino que lleva meses siguiéndoles. Al menos eso creen porque la bruma no les deja distinguir qué es lo que se acerca hacia ellos a toda velocidad. En el último minuto, antes de lo que parece una colisión inminente, escuchan la voz de Ainhoa. Les explicará que Ulises abandonó el barco hace dos días. Decidió ir a investigar la luz que habían divisado pero hace horas que ha perdido el contacto con él por walky. Pero Ainhoa no está sola, tiene un prisionero: un hombre chino que encontraron a bordo del barco ruso. Cuando vio la luz enloqueció y trató de impedir que Ulises se fuera, por eso tuvieron que encerrarle. El prisionero parece saber qué se esconde detrás de la luz, el problema es que nadie entiende ni una palabra de lo que dice. Con todo el barullo, a Piti se le ha disparado la pistola y le ha dado a Ramiro en la pierna. No es nada serio, pero Piti no puede con los remordimientos. Está convencido de que todo ha ocurrido porque él es el más tonto del barco, así que decide confesar su gran verdad: nunca pidió la beca del Estrella Polar. Animados por su confesión todos sus compañeros reconocerán que ellos tampoco pidieron la beca ¿por qué acabaron entonces todos ellos embarcados en el buque escuela? Mientras hace guardia, Gamboa ve dos motos acuáticas acercándose al barco. Sus conductores, absolutamente cubiertos, no han querido identificarse. Sólo se han acercado sigilosamente y han hecho fotos del Estrella Polar. Tanto Gamboa como el capitán tienen claro que deben estar atentos y preparados para defenderse de un ataque inminente. Harán turnos de vigilancia.
Los tripulantes del Estrella Polar se dan cuenta de que están navegando sobre una ciudad sepultada bajo el agua. Sólo la parte alta de un enorme rascacielos ha permanecido a flote tras el cataclismo. Mientras todos contemplan atónitos la ciudad sumergida, Ainhoa trata desesperadamente de contactar con Ulises, que no da señales de vida desde hace días. Armados con arpones y cuchillos, deciden abordar el edificio en busca del joven polizón. Efectivamente, allí hay alguien esperándoles: las 193 personas que consiguieron sobrevivir subiéndose a lo alto del rascacielos y para los que el hotel se ha convertido en una cárcel de la que no tienen forma de escapar. El capitán es consciente de que en el Estrella no hay sitio para evacuar a tanta gente pero, del mismo modo, comprende que son personas desesperadas y que serían capaces de hacer cualquier cosa. Gamboa tiene las dos córneas perforadas y lo más probable es que se quede ciego. Estar convaleciente no es, sin embargo, impedimento para que siga haciendo de las suyas. Quiere que Ulises le ayude a trasladar el transponedor al barco ruso. Ulises no sabe cuál es la finalidad pero accederá porque, a cambio, el profesor le ha prometido deshacerse de la comprometedora foto que guarda y que desvela la verdad sobre el pasado oculto del polizón. Burbuja, ajeno a toda la tensión que reina a su alrededor, está viviendo uno de sus momentos más felices desde que tuviera lugar el cataclismo. Una chica desconocida le ha dejado una nota en la funda de la guitarra, quiere encontrarse con él en secreto. Burbuja, inocente, no interpreta nada sensual en el gesto, sólo cree que ha encontrado una nueva amiga. Salomé, sin embargo, no puede evitar temerse lo peor.
Julia y el capitán continúan encerrados en el ascensor, que se inunda poco a poco. Según las cuentas de la doctora, les quedan unos diez minutos antes de morir ahogados. Mientras ellos se preparan para lo peor, los ocupantes del hotel han tomado por las armas el Estrella Polar. Lo tienen todo calculado, cuántos son, cuáles son los puntos de acceso al barco, a quiénes tienen que tener controlados para que salga bien su plan. Parece que los tripulantes del Estrella no tienen escapatoria. Ainhoa piensa, desesperada, cómo sacar a su padre y Julia del ascensor. Intenta pedir ayuda a través del walky pero no recibe ninguna respuesta del barco y no se fía de Max, que asegura querer ayudarla. De hecho, un comentario del joven despertará todas las suspicacias de Ainhoa que decide cortar por lo sano y le deja inconsciente de un golpe. Se acumulan los problemas y tendrá que arreglárselas sola. Burbuja observa divertido las fotos que hay colgadas en una de las paredes del hotel. Hay gente bailando, bañándose en la piscina y jugando al golf ¡con Estela!. Cuando se lo comenta a Vilma, la joven no da crédito ¿qué hace allí una foto de su compañera de cuarto? Si había estado antes en este hotel ¿por qué no ha dicho nada al respecto? Cuando Vilma le pide explicaciones a Estela, su amiga asegura tajante que no es asunto suyo. Valeria ha descubierto la existencia de Ratón, el niño de seis años que vive en el hotel. Está encantada con su hallazgo pero en cambio él no parece estar tan contento. Él no es amigo de las niñas porque son unas miedicas, un comentario que indignará a Valeria. Ventura, el abuelo de ratón, maquina un plan para que los niños se reconcilien.
Max le dice al capitán que le dará las coordenadas de tierra una vez que sus hombres o, al menos, parte de ellos, hayan subido al barco para zarpar todos juntos. El capitánsabe que no es posible evacuarles a todos, el Estrella Polar sólo tiene capacidad para 50 personas que son, precisamente, las que ya están a bordo en este momento. La única solución sería hacer dos viajes hacía las coordenadas marcadas por Max pero, ¿a quién dejar en el hotel? ¿Estarán seguros? ¿Volverán a verles? Estela lleva horas oyendo un extraño sonido que parece proceder de los ascensores. Es como un aullido o un lamento, pero es imposible que haya nadie allí porque los ascensores quedaron vacíos y sumergidos tras el rescate del capitán y la doctora. Después de varias pruebas, comprobarán por fin lo que es: un crujido provocado por la inclinación del edificio y empeorado por las mareas y las corrientes ¿cuánto tiempo más aguantará el hotel en pie? Julia y el capitán comunican a la tripulación que van a casarse. Palomares será el encargado de oficiar la ceremonia pero necesita que alguno de sus compañeros le ayude como monaguillo. El único que está dispuesto es Ramiro aunque antes necesita confesión. Cree que lo que ha hecho es demasiado terrible como para que Palomares pueda absolverle, lo peor es que el joven sacerdote también tiene dudas al respecto. A Burbuja la noticia de la boda le ha removido por dentro. Ha recordado que tuvo una novia antes de tener la burbuja, pero ahora cree que las chicas ya no le quieren. Revisa triste su caja de “recuerdos”, la que contiene las cosas de cuando era Roberto: cartas, fotos de Marimar y un móvil roto, del que aún recuerda el pin y que inmediatamente despierta la curiosidad de Gamboa. El profesor asegura que puede recuperar la información del móvil conectándolo a una pantalla externa, lo malo es que él también verá la información.
Gamboa trata de disuadir a Julia para que no se case con el capitán, pero ella lo tiene claro y no piensa ceder a los chantajes del profesor. Sabe que casarse con un miembro de la tripulación no está permitido por el Proyecto Alejandría, pero está enamorada y seguirá adelante. Si Gamboa quiere pararla, tendrá que matarla en las próximas 2 horas, antes del “si quiero”. Él está decidido a cumplir con su obligación y hará lo que sea necesario para evitar el enlace.
Un querido tripulante del Estrella Polar será asesinado por uno de sus compañeros. Sol confiesa a Piti que nunca se ha acostado con un chico, algo que él entiende como una clara indirecta. No tardará en establecer su estrategia para intentar que Sol sea su próxima conquista, pero los planes se complican cuando, después de un baño en el mar con Palomares y Ramiro, descubre que se ha llenado de sanguijuelas por todo el cuerpo. A Sol, sin embargo, quien realmente le preocupa ahora es Gamboa. Cree que a raíz de un malentendido en clase, el profesor de supervivencia puede haber descubierto su gran secreto: ella no es realmente Sol sino Elena, su hermana Gemela. Burbuja descubre que escribió un libro antes de tener el accidente. Lo más sorprendente, sin embargo, no es el libro en sí sino la dedicatoria que tiene escrita: “para mi hermana Salomé”. No puede creerlo, Salomé es su hermana y nunca se lo ha dicho. Burbuja asume que si no se lo ha dicho es porque se avergüenza de él. Ulises, desde el hotel, intenta ponerse en contacto con Ainhoa, pero ella está aún demasiado dolida y no quiere hablar con él. Mientras tanto, en el barco, Max va ganando terreno. El capitán ha obligado a los chicos a acogerle en el camarote después de ver el desplante del desayuno, cuando se marcharon dejándole sólo en la mesa. Los chicos, sin embargo, no piensan rendirse fácilmente ni ponerle las cosas fáciles al recién llegado. Al fin y al cabo, Ulises ha tenido que quedarse en el edificio por su culpa.
Todos buscan desesperadamente a Sol, parece habérsela tragado el mar. Gamboa intenta convencerles de que la joven cogió una de las balsas de salvamento y se echó al mar, seguramente llevada por el deseo de volver a pisar suelo firme, en el edificio. Pitiplanea rescatarla siguiendo sus pasos: cogerá una balsa y se dejará llevar por el mar. Está convencido de que las corrientes marítimas llevarán su embarcación hasta el mismo punto al que llegó la de Sol y allí se reencontrarán. Ramiro, sin embargo, sabe que ya no hay nada que puedan hacer. En cuanto encontró en el aula el colgante ensangrentado de Sol, comprendió que la joven estaba muerta. Salomé y Cho Sung descubren a dos nuevos polizones en el barco: Ventura y su nieto Ratón. Han viajado escondidos en la bodega. Ventura confiesa que no tenía otro remedio que arriesgarse ya que sólo le quedan 42 días de vida, los días correspondientes a la insulina que aún tiene en su poder. Haría lo que fuera por su nieto y sabe que embarcarle en el Estrella era una garantía de supervivencia para él. Lo malo es que el pequeño Ratón lo ha oído todo. Gamboa y Estela celebran en el camarote, de madrugada, su primer mes de relación. El capitán se ve en la obligación de llamarles la atención sobre el fuerte volumen de la música, pero Gamboa ve los reproches del capitán como una estupenda ocasión para tomarle el pelo y reacciona subiendo la música y despertando a media tripulación. De la Cuadra decide que la mejor forma de que el capitán recupere su autoridad es organizando un combate de boxeo, ya que en su día fue campeón universitario y seguro que le da una buena paliza al profesor de supervivencia.
Después de 132 días de travesía, el Estrella Polar por fin avista tierra. El capitán da órdenes sin parar, en menos de una hora una pequeña expedición completamente equipada bajará a tierra para asegurarse de que es territorio seguro. De la Cuadra, Salomé, Max, Ainhoa, Piti, Vilma y Cho preparan sus mochilas dispuestos a explorar tierra firme. También Gamboa se prepara pero Max le frena inmediatamente: él no bajará a tierra, debe quedarse a bordo para vigilar que la persona que ambos saben no baje en ningún momento del Estrella Polar. ¿Quién será esa persona que puede estropear el Proyecto de Max? Mientras inspeccionan la isla, Max descubre que les han dejado un mensaje escrito con piedras: “Vais a morir”. Intenta ocultar lo que ha descubierto con la extraña sensación de que alguien le está observando mientras lo hace. Está claro que va a tener que emplearse a fondo para cumplir con la función que tiene encomendada dentro del Proyecto Alejandría: conseguir que los tripulantes del Estrella Polar sobrevivan. Mientras tanto, Burbuja ha hecho un nuevo amigo: un cariñoso loro al que ha llamadoPedro y que resulta que sabe hablar. Parece que habla en francés, no para de repetir “Bienvenidos al Estrella del Norte”. Julia no da crédito, Estrella del norte es el nombre de uno de los seis barcos del Proyecto Alejandría. Una goleta idéntica al Estrella Polar y al barco ruso que Gamboa hizo saltar por los aires. ¿Han sobrevivido? ¿Estarán cerca y a salvo?
Mientras están en la playa, los habitantes en tierra ven a lo lejos que alguien ha lanzado una bengala. Sólo puede significar una cosa: Max está en peligro. Hace una semana que se adentró en la isla y, desde entonces, no habían sabido nada de él. Está claro que está pidiendo ayuda así que deciden organizar una pequeña expedición. Piti, Cho, Vilma y Ainhoa partirán en busca del joven. La situación en el edificio debe ser también bastante dramática a juzgar por la última comunicación de Ulises, en la que informaba de que les estaban atacando. El Estrella Polar ya va camino del edificio, llegarán al amanecer con la esperanza de que todos estén bien y haber podido llegar a tiempo. Palomares y Gamboa apuntalan los armarios del laboratorio cuando, de pronto, ven como del agujero hecho con la taladradora comienza a salir un hilillo de líquido rojo. Parece sangre. ¿Qué hay escondido en las paredes del laboratorio y por qué? ¿Estará Julia al tanto de este doble fondo? No son los únicos que han hecho un hallazgo inquietante. Ramiro ha descubierto por accidente una pequeña cámara de vigilancia en el camarote del capitán. Si siguen el cable hasta el terminal descubrirán quién es el responsable del espionaje. El capitán y Julia han tenido su primera riña, es un pequeño desacuerdo domésticos sin importancia pero no estarán demasiado bien aconsejados. Tampoco parece fluir la relación entre Cho y Vilma. La joven, que no sabe si es por el idioma o porque no le gusta, decide intentar dar el primer paso dándole un beso pero él se retira por acto reflejo frustrando aún más las esperanzas de Vilma.
Los chicos han podido comprobar que, tal y como sospechaban, no están solos en la isla. Dos personas cubiertas con máscaras de gas les han disparado mientras rescataban a Vilma del cepo en el que estaba atrapada. Tienen que huir cuanto antes de esa isla que es una ratonera pero el Estrella Polar está a 200 millas de tierra, han ido a recoger a los supervivientes que se quedaron en el hotel. La única forma de adentrarse de nuevo en el palmeral sin correr riesgos es contar con la ayuda de una infiltrada: la vaca del campamento, que cada mañana campa a sus anchas por el interior de la isla. Le instalarán una cámara en la cabeza, una vacacam. Mientras tanto en el barco tienen sus propios problemas. Han amanecido rodeados de enseres del edificio, como si el hotel hubiese estallado en pedazos y sus restos flotaran a la deriva. Está claro que algo ha sucedido. Todos los intentos que el Estrella Polar ha hecho para ponerse en contacto con el edificio ha sido en vano. No responden a las llamadas ni a las bengalas y estando tan cerca deberían poder comunicarse por onda corta, pero nada. No hay nadie asomado a las ventanas ni en la azotea. Es como si se estuvieran acercando a un cementerio. Cuando por fin entran en el edificio, sus sospechas se confirman: allí no hay nadie, ni rastro de los supervivientes. Valeria y Ratón están tristes porque se está acabando el chocolate y saben que nunca volverán a encontrar más. Ramiro, en un intento por animarles, les convence de que si plantan las migas de chocolate que les quedan, pronto brotará de la tierra una planta de chocolatinas. Aunque el joven marinero está seguro de haber hecho una buena obra, Ventura le sacará pronto de su error. Los niños no son tontos y no olvidan ¿qué les dirá cuando comprueben que de la tierra no ha salido nada? Es el cumpleaños de Gamboa y Estela quiere que para que se sienta querido, el capitán le de un regalo. Ella lo ha preparado todo para que parezca que es cosa del
El capitán y Palomares han escuchado un extraño y preocupante sonido en la proa del barco. Cuando salen a cubierta comprueban con estupor que navegan directos hacia varios icebergs. Según explica Julia, son el resultado de la ruptura de la placa tectónica antártica en miles de bloques de hielo. Ahora, varios de ellos rodean amenazantes al Estrella Polar, no tienen escapatoria. El radar indica, además, que no son los únicos en problemas, otra embarcación está maniobrando como ellos para evitar colisionar con los icebergs. Ainhoa y Piti deciden ir a explorar por su cuenta, están convencidos de que la cabaña abandonada que descubrieron les dará muchas respuestas. De pronto, cuando están a punto de entrar por la puerta, unos focos cegadores se encienden a su alrededor, como si algún tipo de alarma estuviera activada. Parece que sus inquilinos temían tener visitas inesperadas y ahora les han sorprendido in fraganti. Gamboa va a abandonar el Estrella Polar para reunirse con su hija. Le rescatarán a cambio de la controvertida carpeta roja, por la que Burbuja se jugó la vida cuando aún era Roberto y que después el capitán escondió en la caja fuerte de su camarote. Pocas horas antes de partir, mientras comprueba que todo esté en orden, Gamboa se percata de que le han dado gato por liebre: dentro de la carpeta roja que robó de la caja fuerte no hay importantes documentos del Proyecto Alejandría sino dibujos de Valeria y Ratón. Alguien ha tratado de engañarle y sólo Ramiro conocía todos sus planes El capitán se da cuenta de que el submarino están persiguiéndoles en un mar lleno de icebergs. Intenta convencer a Gamboa de que le cuente la verdad y termina por confesar que tienen a su hija y quieren la carpeta roja. Gracias a la colaboración de todos el Estrella Polar consigue huir del submarino, pero el capitán quiere saber algo: ¿qué contiene la carpeta roja?
Después de estar varios días desaparecido, Max ha reaparecido, malherido, cerca de la cabaña. Ha decidido contar a Ainhoa y Piti lo que sabe: que otro de los barcos del Proyecto Alejandría llegó a la isla antes que el Estrella Polar y que les dejó un mensaje claro: "Vais a morir todos". Piti corre al campamento para avisar a los demás del peligro que corren, pero al llegar se encontrará a sus compañeros secuestrados y maniatados. Los secuestradores quieren saber a toda costa dónde está Gamboa, así que lo único que se le ocurre es hacerse pasar por el profesor de supervivencia: “Yo soy Gamboa”. Mientras tanto, los tripulantes del Estrella Polar navegan rumbo a la isla ajenos a lo que allí está sucediendo, pero aún les queda un día de travesía. Traen consigo malas noticias, no han conseguido encontrar a los supervivientes del hotel, entre ellos Ulises. No hay ni rastro de ellos y desconocen si aún seguirán con vida. Valeria y Ratón están hartos de que les traten como a niños. De hecho, Valeria está segura de que cuando lleguen a la isla no les dejarán bajar porque querrán comprobar que todo esté en orden y ella se muere de ganas de reencontrarse con su hermana. Sin pensarlo más, deciden emprender su propia aventura y echarse al mar para llegar a tierra antes que el Estrella Polar. Primero deben decidir cuál de los dos será el capitán de su balsa improvisada, lo será el primero que consiga robarle el parche a Gamboa.
El Estrella Polar llegan por fin a la isla y emprende una misión de rescate. Burbuja se reencuentra con su novia, Marimar. Tras varios días de sin noticias del Estrella Polar, por fin la tripulación ha conseguido llegar a la isla sana y salva. Ninguno de ellos sospecha el peligro que entraña ese trozo de tierra en mitad del mar. De la Cuadra cuenta todo lo ocurrido al capitán que enseguida tiene clara cuál será su reacción: plantará cara a todo el que se le ponga por delante, no está dispuesto a que nadie les eche de su nuevo hogar. Rápidamente organizará una misión de rescate para salvar a los ocupantes de la cabaña, que están siendo atacados. La guerra ha comenzado. El capitán ha decidido que, durante su ausencia, Burbuja asumirá el cargo del Estrella Polar. Esta será sólo la primera de las sorpresas del día para Burbuja, que no puede ni imaginar que está a punto de reencontrarse, meses después, con su novia Marimar. Él salvó su vida al embarcarla en el Estrella del Norte pero ahora, debido a su burbuja, no lo recuerda. El shock será mutuo; él no sabía que ella continuaba con vida. Ella no sabe que ya no queda ni rastro del Roberto que conoció. Estela también recibirá noticias impactantes: acaba de enterarse de que su padre está vivo y ha partido hacia el Estrella Polar, en su busca. El avión que sobrevolaba la isla ha lanzado una caja con un pequeño paracaídas. Son conscientes de que esa caja puede ser peligrosa pero saben también que puede contener muchas de las respuestas que necesitan. Palomares, Ramiro y Cho parten en busca de la caja. Por el camino, Palomares decide hablar con Ramiro sobre su gran secreto: lleva meses en alta mar y no se ha fijado nunca en ninguna chica, todos están convencidos de que es gay y está enamorado de Gamboa.
Piti sabía a lo que se arriesgaba cuando se hizo pasar por Gamboa ante la capitana del Estrella del Norte y sus soldados. Ahora que le han descubierto en encuentra en una encrucijada. Los soldados le van a utilizar como cebo. Ataviado con una máscara, sus amigos no sabrán que se trata de él. Si no le disparan sus amigos lo harán los soldados. ¿Cómo se las ingeniará Piti para que no acaben con su vida? Para Gamboa ha sido un duro golpe ver cómo su hija, por la que tanto ha luchado, piensa que su verdadero padre es Alexander. Ahora que el capitán ha quemado la carpeta roja, vital para los responsables del Proyecto Alejandría, al profesor de Supervivencia del Estrella Polar se le acaban las monedas de cambio con las que recuperar a una hija que no se acuerda de él. Su última baza es Burbuja o, mejor dicho, Roberto Schneider, en cuya cabeza está toda la información que necesitan. ¿Logrará Burbuja hacer creer a Alexander que todo este tiempo ha estado fingiendo y que continúa teniendo un cerebro privilegiado? Marimar será su mejor ayuda para que Burbuja realice la mejor interpretación de su vida. Sin embargo, Alexander tiene un trabajo extra para Gamboa si quiere que le cuente toda la verdad a la niña. Su objetivo es matar a Ulises. ¿Aceptará Gamboa el trato o Estela logrará convencerle de que no lo haga? Valeria cada vez está más débil y necesitan extraerle la bala como sea, para ello Julia necesita su instrumental. Max y Ulises se ofrecen a ir al barco a por todo lo que necesita la doctora para la intervención. Salir de la cabaña es muy arriesgado con dos docenas de sicarios apuntando hacia ellos, pero ambos están dispuestos a hacer todo lo que sea por quedar como unos auténticos héroes. Durante su camino hacia el barco, será momento de confidencias y de hablar sobre Ainhoa. Por fin, Max parece sincero…