Durante una persecución a dos peligrosos delincuentes el helicóptero que apoyaba a Carlos y Lucía sufre un accidente, quedando enganchado en la azotea de un edificio. Jaime debe patrullar con Vera, una policía novata.
En una nueva persecución, Chema es herido de un disparo e Hilario busca refugio en una fábrica abandonada. Allí secuestran una ambulancia del SUR en la que prestan servicio Susana y Pedro. Ambos son obligados a ocuparse de Chema a punta de pistola pero en un descuido de los delincuentes, Pedro consigue hacer una llamada que alerta a los patrulleros de la situación de los fugados.
Lucía, una subinspectora del MIP, debe declarar contra un ultra detenido cuando trataba de apalear a un mendigo. Antes de que se celebre el juicio, la agente comienza a recibir amenazas y a encontrar pintadas en su casa, obra del grupo de ultras al que pertenecía el acusado. A pesar de todo, decide testificar en el juicio, lo que provoca que el jefe del grupo, un individuo muy violento, comience a preparar una venganza contra ella.
Los patrulleros del MIP Carlos y Lucía van tras la pista de un francotirador que se dedica a tirotear perros de razas peligrosas mientras sus dueños los sacan a pasear. En un momento dado, el delincuente decide comenzar a disparar también a los dueños. Las pistas conducen a un edificio donde el individuo es sitiado y donde Lucía intenta convencerlo para que suelte su arma y se entregue.
Durante un incidente de tintes violentos en el que deben intervenir Carlos y Lucía, la subinspectora salva su vida porque uno de los atracadores no se decide a disparar contra ella. Cuando se entera de esto Quique, su pareja, comienza a presionarla para que deje el cuerpo. Mientras, la relación entre ambos no es todo lo buena que debería, porque Quique, debido a su trabajo, debe permanecer mucho tiempo fuera de la ciudad.
Carlos y Lucía creen que la relación de Ferrer, el jefe del MIP, con una banda de narcotraficantes iraníes es sospechosa. El inspector afirma que sólo está realizando una investigación de un asunto de drogas. Ferrer se reúne con la banda en un restaurante, en donde irrumpe Carlos acusándolo. Cuando los narcos se enteran de que Carlos es policía, Ferrer le da una paliza brutal para no ser descubierto. Mientras, una serie de tumbas comienzan a ser abiertas en el cementerio.
Un joven es condenado por violación y asesinato. El padre, convencido de la inocencia de su hijo, irrumpe armado y cargado de explosivos en la comisaría. Allí amenaza con hacer estallar todo lo que lleva encima si su hijo no es puesto en libertad. Mientras Lucía y Ferrer intentan negociar con él, Carlos intenta arrebatarle el armamento que lleva encima. Entre tanto, otro de los agentes recibe una brutal paliza.
Dos párrocos denuncian la profanación de una iglesia, y Ferrer y Ruso se encargarán de investigar el caso. Lo que parecía una gamberrada estudiantil, se complica con la aparición de una chica violada y la muerte de un chico en extrañas circunstancias. Todo parece indicar que se trata de una secta satánica, detrás de la cual parece que se encuentra un profesor de la Facultad de Medicina.
El patrullero Jaime sospecha que un niño es maltratado por su padre y hará todo lo posible para probarlo. Por otra parte, Susana, médico del S.U.R, deberá someterse a la Comisón Médica por la negligencia cometida en la aplicación de un medicamento. Como consecuencia de su negligencia, Susana dejó sordo a un joven policía.
Los agentes del M.I.P. se ven implicados en la detención de un ciudadano francés que acaba de asesinar a toda su familia. Rafa y Mateo le detienen, casualmente, por un altercado que tuvo con un taxista, ignorando que está buscado por la Interpol.
Un violador regresa a casa tras cumplir condena y tropieza con su víctima, lo que provoca que todo el barrio se ponga en su contra. Carlos y lucía deben proteger al ex convicto, pero este caso provoca un serio conflicto en la pareja de compañeros.
Chus, la hija adolescente de ferrer, es secuestrada. El jefe del M.I.P lo descubre vía internet, cuando los captores le envían un mensaje anunciándole el secuestro. Ferrer sospecha que la banda de los iraníes está detrás del asunto en un acto de venganza. La adicción al juego de Ruso pone en peligro su vida. Tras encontrarse su coche destrozado, Ruso es de nuevo amenazado por los mafiosos que organizan los juegos. Esta vez recibe una terrible paliza y Ferrer le presta el dinero para salvar su deuda, pero Ruso persiste en seguir jugando. Vera conoce a un chico en "la cueva"; mientras baila con él, éste sufre un ataque e intenta estrangularla.
Ferrer se da cita con los captores de su hija, pero ignora que Ruso les sigue. Una vez que llegan al zulo donde se halla prisionera Chus, Ruso pide ayuda a sus compañeros y entre todos consiguen liberar a la joven y capturar a los secuestradores. Por otro lado, se celebra el juicio de "los gutis", los delincuentes implicados en la trama del primer episodio. Al salir de los juzgados se dan a la fuga y son perseguidos por Carlos y Mateo. Mientras, Lucía ha anunciado a sus compañeros que deja la comisaría y se traslada a Jaén, con su novio. Durante la fiesta de despedida, Carlos y Mateo les alertan de la fuga de "los gutis".
Ferrer acusa a Ruso de haber dado un soplo a una banda de narcos de la operación policial que se estaba preparando contra ellos. Por su parte, Lola será la nueva compañera de Carlos, Ferrer les encargará a ambos la elaboración de unas estadísticas que, poculpa de Carlos, no se entregarán a tiempo, creándose una situación de tensión entre los dos. El problema es que Carlos no ha superado la muerte de Lucía.
Patricia, ex-mujer de Carlos, es obligada por su chulo a acostarse con un juez que preside un juicio contra un narco y a grabarlo con una cámara de vídeo. Cuando Patricia hace su trabajo, reclama su dinero, pero su chulo se niega a dárselo. Patricia le dispara y huye.
Patricia, la ex mujer de Carlos, se siente amenazada por la grabación que hizo Jairo, su chulo, en su encuentro con el juez. Con la ayuda de dos sicarios, Jairo secuestra a Patricia. Carlos recibe una llamada de los secuestradores y, si quiere volver a ver a su ex mujer, tiene que llevarles la cinta de la grabación. Mateo y Lola seguirán a Carlos sin que éste se entere. Ferrer, por su parte, designará a la nueva subinspectora del MIP.
Lola y Marina se hacen pasar por dos bailarinas de "strip-tease" para investigar la violación de una de las chicas del local. Será la primera vez que trabajen juntas tras el nombramiento de Lola como subinspectora del MIP. Rafa e Inma siguen con su relación a pesar de que la idea de vivir juntos no haya sido muy buena. Carlos, por su parte, sigue muy mal por la muerte de Lucía y sus compañeros le aconsejan que se tome unos días de descanso.
Marina detiene a Salvador, un tipo que hace fotos indiscretas a las mujeres que se encuentra por la calle. Jaime y Vera tratarán con Fulgencio, un pobre hombre que se cree policía, y que afirma tener sospechas de una banda de chinos y magrebíes que roban pasaportes para falsificarlos después. Susana trata de ayudar a Carlos que está pasando por una mala racha.
Una nueva mujer aparece brutalmente asesinada. Ferrer, Ruso y Nerea coinciden en que la muerte de esta última víctima es muy parecida a las otras dos: estrangulada con el sujetador, la ropa destrozada y violada. Mateo y Carlos se ocupan de un caso de amenazas al director de una ETT. Durante la vigilancia a la empresa, ésta es prendida fuego por uno de los empleados. Mateo está a punto de perder la vida en el incendio y Carlos, borracho, sufrirá los reproches de Mateo que le acusa de no haberle ayudado.
Ferrer y Ruso investigan el caso de una chica negra que ha sido encontrada en estado de shock tras la celebración de una ceremonia vudú. Carlos y Lola trabajan en el supuesto secuestro de un joven tenista. Durante la investigación, Carlos ve al marido de Lola, Ernesto, liado con otra chica. El principal sospechoso de los tres asesinatos, Salvador, cambia de look y oberva constantemente a Nerea. Ésta vivirá obsesionada con este caso.
Ernesto, el marido de Lola, y su amante son víctimas de un atraco y ella resulta mortalmente herida. Ernesto huye y los testigos le señalan como culpable. Cuando Carlos y Lola llegan al lugar de los hechos, Carlos le cuenta a Lola quién era la chica. Nerea sigue siendo observada por Salvador, el presunto autor de los últimos asesinatos.
Después de los últimos acontecimientos, Lola decide pedir el divorcio, pero Ernesto tratará de hacerle ver los malos momentos por los que está pasando. Nerea rompe con Pedro después de una fuerte discusión y es atacada por Salvador; justo a tiempo, aparece Ruso y entre los dos reducen al sospechoso. Por su parte, Marina intentará disuadir a Mónica -la quiosquera del barrio- de sus planes de boda con Nilo, un cubano que, según Marina, sólo quiere sacarle el dinero a Mónica.
Carmina, la mujer de Ferrer, le pide a éste que solicite el traslado a otra comisaría fuera de Madrid, ya que su hija no ha superado el trauma del secuestro. Ferrer cree que no es buen momento para marcharse, por lo que Carmina enfadada, se marcha sóla y cae en manos del asesino psicópata.
El comisario Clavijo aconseja a Ferrer que abandone el caso del psicópata asesino, pero Ferrer se niega. Nerea, mientras tanto, va atando cabos y descubre que todas las mujeres asesinadas habían discutido antes con sus parejas. El padre de Jaime es ingresado en el hospital. Cuando se encuentra a solas con él, Jaime le reprochará a su padre todo lo que le hizo pasar de niño. Tras recibir una brutal paliza por parte de su marido, Sole es ingresada en el hospital. Jaime, cuando se entera, se abalanza sobre el marido ante el estupor de Nerea.
Sole sigue sufriendo los malos tratos de su marido y Jaime trata de ayudarla. Asier descubre a su padre bailando en la Cueva con Marina y, a raíz de este descubrimiento, desaparecerá. Calixta, la abogada, asume la defensa de un presunto asesino que, más tarde, la secuestrará.
Con la muerte de Soledad, la mujer maltratada por su marido, a los ojos de Nerea, Jaime parece el principal sospechoso de su muerte, ya que se encontraba junto al cuerpo cuando llegaron el resto de los policías al lugar del crimen. Por otro lado, la madre de Luna regresa y decide llevarse a su hija. Esta noticia le cae como un jarro de agua fría a Susana e intentará evitar a toda costa que se lleven a la niña.
Carlos trata de formalizar su relación con Lola, pero ella quiere volver con su marido y darle una nueva oportunidad. Ha solicitado el traslado a Alicante. Carlos, que no lo encaja muy bien, pide consuelo a Marina y terminan besándose. Por otro lado, el caso del asesino psicópata está dando los últimos coletazos. Nerea cree haber descubierto quién se dedica a estrangular a mujeres con su propio sujetador.
A Lumbardo le detienen Hector y Ruso, en el club de boxeo, y cuando Lumbardo acusa a Ruso de ser ludopata y trabajar para el, Hector le pone la la historia al reves, A un heroinomano que Hector mete a trabajar para el infiltrandole con un hombre que le pagaba con heroina, provoca a la madre a venir a la comisaria, y delante de todos le pega un tortazo a hector.
Ruso y Hector siguen peleados, y cuando Lambrado sale de la carcel bajo fianza, este va tras Ruso, dejandole casi muerto, excepto por la intervencion de Hector, que le pega un tiro en la pierna al mafioso.