Los patrulleros del MIP Carlos y Lucía van tras la pista de un francotirador que se dedica a tirotear perros de razas peligrosas mientras sus dueños los sacan a pasear. En un momento dado, el delincuente decide comenzar a disparar también a los dueños. Las pistas conducen a un edificio donde el individuo es sitiado y donde Lucía intenta convencerlo para que suelte su arma y se entregue.