Contento por la llegada de un nuevo siglo, Leonel quedó fascinado con la participación de sus hijos en el coro de la iglesia. De inmediato se presentó ante la maestra Alba para felicitarla por su trabajo y para desearle dicha en su futuro matrimonio. En medio de los festejos por la llegada del año nuevo y por el siglo que comenzaba, Leonel buscaba desesperadamente a su esposa. Tras recorrer varias calles del pueblo, su corazón se hizo añicos al ver a Julia en los brazos de Aldo, quien fuera por años su hombre de confianza. Feliz por saberse amada por Gregorio, Alba no pudo ocultar su incomodidad ante la presión ejercida por su hermano y abuela para que su prometido los ayude a salir de la crisis económica que viven y recuperar su prestigio. Justo cuando Alba uniría su vida a la de Gregorio con la bendición de Dios, una misteriosa mujer apareció en la iglesia para interrumpir la ceremonia. Ella reveló que era la verdadera esposa del prometido y acusó a Alba de querérselo quitar.
Alarmado por la caída de Alba en el río, Leonel se apresuró a rescatarla con la esperanza de verla con vida. Tras salvarla, el hacendado la dejó en la iglesia sin decirle que él fue su gran héroe. Antes del falso funeral de Julia, Leonel tuvo un ríspido encuentro con su hermana Atocha, quien le mostró el mismo rostro de crueldad de su padre. Sin embargo, él le advirtió que no seguirá los pasos de ninguno de los dos. Refugiada en un convento tras la pena de amor que vivió y tras su pleito con su abuela y hermano, Alba se mostró impaciente por saber quién la rescató de ahogarse en el río. Ante las deudas que tiene con Leonel, doña Covadonga le pidió una prórroga para saldarlas. Durante su plática, ella no se calló sus dudas sobre el repentino fallecimiento de Julia.
Cansada de sentirse menospreciada, Atocha no contuvo su furia por el nuevo rechazo de Leonel, quien le aseguró que aún no está lista para dirigir una hacienda. Con un enorme rencor juró que su hermano se las pagará. Frente a las extrañas predicciones de Amapola, Leonel quiso saber la razón de su humor. Después de que ella le advirtiera que se acerca una tragedia, él sucumbió ante el deseo y terminaron por darse un apasionado beso. Con el paso de los años un dolor aún anida en el corazón de Alba. La maestra le contó a su mejor amiga que en el pasado ella provocó el accidente donde sus padres perdieron la vida. Fascinada con la presencia de Sebastián en el pueblo, Covadonga lo invitó a conocer un negocio donde podía invertir. Al cruzar una puerta, el doctor descubrió a Camilo con su pareja, pero lo ayudó a ocultar todo.
Sin la menor compasión y con sus deseos de venganza ardiendo, Atocha planeó que sus sobrinos quedaran atrapados en el almacén de la hacienda mientras se incendiaba. Descubierto el fuego, Leonel urgió a sus trabajadores a rescatar a los pequeños. Desesperado al saber que sus hijos se encontraban atrapados en un incendio, Leonel no perdió el tiempo y armado de valor entró en el almacén para rescatarlos. Para su mala suerte, un ardiente madero cayó sobre él. Hospitalizados de emergencia tras ser presas de la venganza de Atocha y quedar atrapados en un incendio, Gus y la pequeña Pau luchaban por sus vidas. Tristemente, Leonel presenció cómo su pequeña se apartaba de este mundo. Enterada de la tragedia que Leonel y su familia vivieron, Alba supo que su abuela podría ser una sospechosa tras la amenaza que le hizo al hacendado. También se enteró de que él tiene el poder de arruinarlos por sus inmensas deudas.
En medio del funeral de Pau, Leonel señaló a los Palacios del incendio desatado en su casa. Ante la presencia de Alba, Covadonga y Camilo en el sepelio, el hacendado los enfrentó. En medio de una acalorada discusión justo en el funeral de Pau, Leonel exigió justicia para su familia. Frente a las amenazas que recibió de Covadonga, exigió que todos los Palacios fueran encarcelados. Tras ser detenida junto a su abuela y Camilo por haber provocado un incendio en la hacienda de Leonel, la inocencia de Alba se demostró. Al ser liberada le prometió a su hermano que no lo abandonaría. Seguro de que la familia de Alba provocó la desgracia que marcó a su familia, Leonel quiere llevar su venganza al límite. Para sorpresa de todos, el hacendado le propuso casarse para demostrar que ni ella ni su hermano y abuela son culpables.
Después de pedirle a su familia considerar cambiarse de casa ante las amenazas de Leonel, Sebastián se enteró de que su cuñado aún investiga el fallecimiento de una de sus pacientes. El doctor se mostró muy nervioso ante las investigaciones en curso. En un encuentro de pasión con su amante, Atocha fue cuestionada sobre la razón del rencor que le guarda a su hermano. Sin embargo, la villana se negó a confesar por qué detesta a Leonel. Sin tener aún una respuesta de Alba, Leonel reunió a los trabajadores de la hacienda para darles una inesperada noticia. Frente a Amapola y Atocha anunció que muy pronto se casará con la maestra, sin revelar que todo es un plan de venganza. Contenta con el anuncio de boda entre Alba y Leonel, Covadonga le aclaró a su nieta que no estará sola, pues ella le ayudará a inclinar la balanza en la venganza del hacendado.
Con tal de impedir que Leonel se case con Alba, Atocha puso en marcha otro plan para dejar a la maestra como la culpable de la tragedia que marcó para siempre a su hermano. Tras varias amenazas, la villana logró que uno de los trabajadores señalara a Alba de todo lo sucedido. Decidido su próximo futuro, Leonel le hizo una dura advertencia a Alba. Seguro de que ella y su familia causaron el incendio que le arrebató a su hija, el hacendado le prometió a la maestra que su matrimonio estará lleno de dolor y sufrimiento. Presa de la trampa que Atocha puso en marcha, Leonel descubrió quién estuvo detrás del incendio en su hacienda. Furioso se enfrentó al pueblo al creerse traicionado. Con la complicidad de un médico, Covadonga fingió someterse a una delicada operación simplemente para mantener preocupados a sus nietos.
Para sorpresa de Leonel y de Atocha, Jovita apareció en medio de la noche en su hacienda. Tras salir del psiquiátrico donde estaba internada, Leonel no contuvo su rencor y le reclamó todo el sufrimiento que le causó a su madre al ser amante de su papá. Enterado de los planes de venganza de Leonel contra Alba y toda su familia, el padre Benigno intentó que renunciara a todo. Para su mala suerte, el hacendado hizo oídos sordos y le aclaró que ni él ni nadie detendrá su rencor. Desesperada por la situación de su familia, Alba rogaba al cielo por ayuda para tomar la decisión correcta. En ese momento la imagen de Sebastián cruzó su mente sin saber por qué. Segura de que sus encantos atraparían nuevamente a Leonel, Amapola se atrevió a meterse en su recámara y esperarlo acostada. Sin embargo, esta vez el hacendado rechazó su seducción y la sacó por la fuerza.
Humillada por Leonel al rechazarla frente a su familia y compañeros, Amapola regresó a su hogar con su obsesión intacta. Al saber que el hacendado pretende casarse con Alba, juró que ese matrimonio no sucederá. Sin poder callar más el secreto de su hermano y con el propósito de sacarlo de la cárcel, Alba le confesó a Benigno que su ahijada y Camilo mantienen un romance a escondidas de todos. Desde que llegó a la hacienda, Tonatiuh se ha convertido para Malú un gran compañero y amigo, pero ese sentimiento dio un paso más en el corazón de la joven. Sin embargo, el hijo de Amapola fue tajante al rechazarla. En medio de un incidente con una taza de chocolate, Alba pudo ver en el pecho del cura Benigno un lunar idéntico al que su padre tenía. Llena de confusión y dudas, la joven quiso saber sobre el romance que en el pasado sostuvo con su abuela Covadonga.
Mostrándose valiente ante la presencia de Leonel, Covadonga lo enfrentó al enterarse de que no estaría presente en el anuncio de su compromiso con Alba. Después de los insultos que recibió, el hacendado fue capaz de desenfundar su arma. Furiosa por los obstáculos que Leonel está poniendo en su amino para impedir su trabajo, Sebastián llamó inesperadamente a Covadonga. El doctor le aclaró que unirá fuerzas con ella para destruir al hacendado. Aunque mantienen una rivalidad llena de odio, Atocha comenzó a ver como una aliada natural a Amapola. La villana le aseguró que con su ayuda la vida de Leonel y Alba será un tormento. Después de anunciar su boda con Alba, Leonel regresó a casa para sumirse en su tristeza. El hacendado le dio las buenas noches a su hijo, y no pudo evitar recordar a su hija al ver su cama vacía.
Tras su llegada al pueblo obligado por Leonel, Sebastián se vio sorprendido por Amapola, quien le ofreció sus servicios. Tras un intercambio de palabras, ambos no pudieron ocultar su placer. El día que Leonel, tanto esperaba para comenzar su venganza contra Alba, finalmente llegó. Él y la maestra llegaron ante el altar para sellar su matrimonio, pero inesperadamente Jovita apareció para provocar un escándalo. A pesar del intento de Atocha y Amapola de impedir la boda con el escándalo que Jovita protagonizó, Leonel y Alba unieron sus vidas en matrimonio. Lo que sería una celebración llena de felicidad para una pareja normal fue tristeza para Alba. Orillada a casarse por la fuerza con Leonel, Alba pensaba dormir en una habitación distinta a la de Leonel. Sin embargo, él le aclaró que pasarán la noche juntos, aunque ella insistió en que nunca lo amará.
Lo que podría ser un gran día de fiesta se convirtió en uno de los momentos más tristes para Alba tras su boda con Leonel. Además, Amapola se encargó de incomodarla más al decirle que ha sido la amante del hacendado. Orillada a casarse con Leonel, Alba le pidió que durmieran en habitaciones separadas. Pero el hacendado quería que se cumplieran sus órdenes y por poco la obliga a pasar una noche junto a él. Obligado por Leonel a mudarse al pueblo, Sebastián visitó inesperadamente a Covadonga. Después de un intercambio de desconfianza, ambos acabaron por cerrar un trato contra sus enemigos. De regreso en su casa, Sebastián descubrió la presencia de Atocha, quien comenzó a cuestionarlo sobre sus actividades. La villana le aclaró que sospecha que él está detrás de la desaparición de una de las habitantes del pueblo.
Enterada de la inexistente noche de bodas de Leonel con Alba, Atocha se burló de su hermano. Además, le aconsejó cómo comportarse con su esposa, pero el hacendado le puso un alto a sus palabras. Luego de una noche de copas, Camilo terminó borracho y escondido detrás de la barra de su antiguo bar. En compañía de la familia de Sebastián, Leonel lo vio y tras los reproches del hermano de Alba le dio dolorosos golpes. Ahora que tuvo que mudarse por la fuerza al pueblo, Sebastián y Covadonga se encontraron en la iglesia. Ahí la abuela de Alba le pidió poner en marcha un buen plan para destruir a su enemigo en común. En medio de un gran festejo por la llegada de Alba a la hacienda, Sebastián la animó a bailar una pieza. A lo lejos, Leonel observaba todo con sorpresa, y al no contener su coraje explotó lleno de reclamos.
Enfadado al descubrir la celebración que Alba disfrutaba en su hacienda, Leonel comenzó a reclamarle a todos por retar su autoridad. Después de unas fuertes palabras, el padre Benigno le aclaró que ahora es igual de despiadado que su padre. Enterado de que Jovita no estaba en el manicomio, Leonel corrió detrás de ella para impedir que le hiciera daño a Gus. El hacendado no tuvo piedad y la enfrentó con furia por atreverse a desafiarlo. Temerosa de que Leonel pueda acabar con su vida, Alba escapó de la hacienda. Al encontrarse con Sebastián le pidió que la ayudara a marcharse lejos, pero ahora se encuentra entre las garras de un terrible hombre. Al saber que Alba se marchó de la hacienda sin decirle a nadie, Leonel le aseguró a Prudencia que pronto volverá. Notando la preocupación, su nana le aclaró que sospecha que siente algo especial por la maestra.
Fatigada por todo lo que ha sufrido, Alba encontró un poco de calma en la habitación de Sebastián, quien entró en silencio dispuesto a hacerle daño. Sin embargo, la maestra por poco se despierta. Cuando estaban de compras en el mercado del pueblo, Malú tuvo un encuentro inesperado con Blas. Al saber que él es el exnovio de su nueva amiga, Tonatiuh se mostró muy incómodo. Con la ayuda de Tonatiuh, Blas y Malú, Atocha logró sacar del río el misterioso ataúd que Íñigo encontró. Al llevarlo con Amapola le reveló que lo que contiene podría poner a sus pies a Sebasián. Con el deseo de dar con el paradero de Alba, Leonel recorría el pueblo en compañía de Íñigo. Pero tras ser presas de una emboscada, Leonel volvió a verse con Aldo, quien aparentó estar indefenso para luego ser ayudado por varios hombres para capturar a su antiguo jefe.
Intranquila por las represalias que su familia pudiera sufrir por haber escapado de Leonel, Alba llamó a su abuela. Doña Covadonga no paró en reclamos y le exigió que regresara al pueblo para cumplir con su palabra. Tras usar a Aldo como carnada, Atocha apareció para disfrutar la captura de Leonel. Al ver a su hermano atado y sin poder ver, la villana no se apiadó de él y pronto comenzaría a lastimarlo. Puesto en marcha el plan para salvar a Leonel de los hombres que lo capturaron, Íñigo quería despistar a todos los trabajadores para obstaculizar el rescate. Sin embargo, la astucia de Tonatiuh arruinó sus planes. Al tanto de que Leonel fue capturado por un grupo de hombres, los trabajadores de la hacienda se unieron para buscarlo. Él aprovechó la confusión entre los pistoleros de Aldo para tratar de escapar.
Mientras Leonel luchaba por liberarse de sus captores, Alba comenzó a confiar en Sebastián. La maestra le contó la pena que arrastra en el alma y el doctor se acercó para consolarla. Cayendo por completo en la trampa de Sebastián, Alba comenzó a confiar en él. Después de que la consolara por el dolor que guarda en el corazón, la maestra y el doctor se besaron por vez primera. Fingiendo preocupación por el bienestar de su hermano, Atocha se dijo feliz al saber que está con vida. Sin embargo, ya a solas se lamentó de la buena suerte de Leonel y juró que algún día lo acabará. Esforzándose por fingir bondad, Sebastián logró ganarse la confianza de Alba. Ya a solas el doctor se recriminó por estarse enamorando de la maestra e interrumpir sus verdaderos planes.
De regreso en casa tras el duro momento que pasó en manos de Aldo, Leonel le compartió a Atocha que tiene un enemigo oculto que es muy fuerte. Tras descartar personajes, el nombre de su hermana salió a relucir y ella no pudo ocultar su nerviosismo. De regreso en la hacienda tras ser presa de las garras de Aldo, Leonel recibió los cuidados de Amapola. Sin embargo, él nuevamente le aclaró que es un hombre casado. A salvo de los terribles planes que Sebastián tenía para ella, Alba dejó su casa para cumplir la palabra que empeñó con Leonel. Mientras el hacendado comenzaba una búsqueda, ella apareció para dejarlo sorprendido. Con un as bajo la manga, Atocha se presentó ante Sebastián para chantajearlo. La villana le aclaró que si no es su aliado y regresa al pueblo, se encargará de revelar sus fechorías.
Así como se lo enseñó su mamá, Tonatiuh le mostró a Malú un truco de magia para regalarle un presente inolvidable. Con la ayuda de sus habilidades le dio un collar para que lo traiga siempre con ella. De regreso en el pueblo, Alba visitó a su abuela para darse cuenta de que Leonel la dejó en la ruina. Sintiéndose culpable, la maestra le pidió perdón y Covadonga como pocas veces la consoló. Decidido a llevar su venganza hasta el extremo, Leonel reunió a todos los trabajadores de la hacienda para advertirles que Alba no podrá salir a ningún lado y que debe estar siempre vigilada. Nuevamente juntos, después del tiempo que pasaron frente al mar y en el que se besaron, Alba y Sebastián volvieron a hablar. Sin embargo, Leonel se dio cuenta de su reunión y le puso un alto definitivo al médico.
Justo en el cumpleaños de su hija, Leonel le ordenó a Alba cocinar un pastel. Ante su buen sabor, el hacendado imaginó tener a la familia perfecta y feliz junto a la maestra. Sin embargo, todo cambió en un parpadeo. Aunque Sebastián la había encontrado en brazos de Íñigo, Atocha no se dejó intimidar y usó sus secretos para tenerlo bajo su control. Al verse sin salida, el médico aceptó ser parte de sus planes. Sorpresivamente, Aldo entró en la hacienda de Covadonga con una herida que poco a poco le arrancaba la vida. La abuela de Alba intentó ayudarlo, pero al saber que tenía una buena cantidad de dinero prefirió ignorar sus súplicas. Nuevamente, Amapola quiso sacar de sus casillas a Alba y la enfrentó a solas. Esta vez la hechicera quiso agredirla físicamente, pero la maestra respondió con una fuerte y dolorosa cachetada.
En el corto tiempo que han tenido la oportunidad de convivir, Tona y Malú han construido una amistad tan fuerte que poco a poco se ha convertido en amor. No obstante, Íñigo y Amapola les advirtieron que su relación en imposible. Furioso por la estancia de Blas en un convento, Joaquín le reclamó a su hijo por desaparecer. Sin embargo, Camilo intervino para defender a su amigo y ganarse por completo al policía como rival. Reunido con sus trabajadores para conmemorar el cumpleaños de su hija, Leonel se llevó una amarga sorpresa al descubrir que el pastel estaba lleno de grillos. De inmediato la culpa cayó en Alba sin imaginar que Amapola está detrás. Como sospechoso de haber arruinado el pastel que conmemoraría el cumpleaños de la hija de Leonel, Tona estaba sumamente preocupado. Al ver su estado, Malú se acercó para calmarlo con un abrazo, pero todo fue inútil.
Gracias a la ayuda de Sebastián, Covadonga pudo ocultar el cadáver de Aldo. Más tarde acudió a recuperar las cosas que perdió y prometió que incrementará toda su fortuna. Previo al inicio de una importante celebración en la hacienda, Leonel le mostró a Alba los recuerdos que por años le han pertenecido a su familia. Ahí aprovechó el momento para ofrecerle una disculpa por su fiero comportamiento. Ahora que no pudo escapar de sus chantajes, Sebastián comenzó a seducir a Atocha. Al verse solos, ambos se dieron un apasionado beso que fue interrumpido por Amapola. Rodeados de los invitados a la exhibición en la hacienda de Leonel, él le pidió a Alba fingir que son un matrimonio real. Mientras Sebastián los veía con celos, el hacendado y la maestra se dieron un primer beso que fue celebrado.
Mientras se realizaba la exhibición en la hacienda de Leonel, Atocha y Sebastián se retiraron a la caballeriza para desatar su pasión. A lo lejos Íñigo los vio y se puso furioso por ver a su amante en los brazos del médico. Celoso por la presencia de Blas en la vida de Malú, Tonatiuh tomó una decisión definitiva. El joven le aclaró a la hermana de Íñigo que su amistad tampoco tiene futuro. Sin imaginar la tragedia que se acercaba, Alba aceptó encabezar la demostración de los caballos de la hacienda de Leonel. Después de unos instantes, el caballo que montaba la tiró y desató la preocupación de Leonel y todos los presentes. En medio del accidente que Alba tuvo en la hacienda, Leonel recibió los cuestionamientos de Joaquín por la aparición del cuerpo de Aldo en sus tierras.
Después de una noche de pesadilla en la hacienda de Leonel, Malú y Blas se reencontraron a solas. La hermana de Íñigo quiso saber si su exnovio sigue amándola y recibió un beso como respuesta. Luego de la aparición del cadáver de Aldo en la hacienda de Leonel, Joaquín comenzó a interrogar a todos los trabajadores. Al notar el nerviosismo de Tona, el policía trató de que dijera toda la verdad. Preocupado por las lesiones de Alba tras su aparatosa caída del caballo, Leonel se encargó de cuidarla y curarla. Por un momento se olvidó de todo el resentimiento que le guarda. Gracias a los cuidados de Leonel, Alba se calmó tras la fuerte caída de caballo que sufrió. Sin embargo, su paz se desmoronó al intentar caminar y descubrir que no puede mover las piernas.
En medio de una discusión llena de celos por Alba, Sebastián le aseguró a Leonel que no está interesada en ella. El médico realmente lo sorprendió al decirle que está enamorado de Atocha. Recuperándose de la caída que sufrió de un caballo, Alba recibió la atención de Sebastián, quien no deja de animarla a destruir a Leonel. Ahora le propuso que le exija el divorcio al hacendado. Sorprendido por la relación que Sebastián y Atocha tienen, Leonel les pidió formalizar su relación. El hacendado quiere saber si el romance es real o solo por conveniencia. Al conocer los planes de los hermanos, el médico reaccionó sorprendido. Incómodo por la relación que Malú tiene con Blas, Tona prefirió alejarse de ella. Más tarde, el joven acudió con su madre para pedirle ayuda para cambiar, pero Amapola le ofreció destruir a su rival al unirse a su lado de oscuridad.
Internada en el hospital tras su severa caída de caballo, Alba recibió la atención de Sebastián, quien le pidió seguir su lucha contra Leonel. Además, le confesó que él se asará con Atocha para destruirlo. Nuevamente, Joaquín enfrentó a Leonel al sospechar que esconde una mano criminal. El policía le propuso un trato para que demuestre su inocencia, pero le advirtió que no quitará los ojos de él. En confianza con Prudencia, Leonel pudo desahogarse y confesarle que poco a poco ha dejado el desprecio a un lado por Alba. En su lugar, el hacendado confesó estarse enamorando de la maestra. Furioso con Covadonga por sentirse utilizado, Sebastián no paró sus reclamos. A cambio de seguir con su alianza, le pidió que no permita que su nieta se deje convencer por Leonel, pues está interesado en ella.
Completamente atrapado por Atocha sin imaginar la maldad que esconde, Blas recibió un beso como recompensa por su ayuda. Fuera de la habitación donde estaban, Sebastián los descubrió. De regreso en casa tras su estancia en el hospital por su accidente, Alba recibió los cuidados de Leonel. Inesperadamente, el hacendado se dijo con el deseo de darle otro beso a la maestra y lo hizo sin pensarlo dos veces. De vuelta en la hacienda, Alba fue presa de las ofensas de Atocha, quien se burló por su suerte en el amor. Además, le aclaró que tarde o temprano Leonel se mostrará despiadado con ella. Con el deseo de recuperarse tras su accidente, Alba regresó a la hacienda decidida a realizar sus labores como maestra. Después de que Leonel la besara inesperadamente, ambos se prometieron no hacerlo más.
Con la visita en la hacienda de su mejor amiga, Alba tuvo la oportunidad de desahogar todo lo que pasa en su corazón. La maestra no pudo ocultar sus sentimientos por Sebastián y la atracción que siente por él. Enterada por labios de Amapola que ella y Leonel pasaron una noche juntos, Alba no ocultó su molestia. Desesperada, la maestra le exigió a su esposo que saliera y al tenerlo cara a cara no dudó en abofetearlo. En medio de los reclamos de Leonel a Amapola por decirle a Alba que estuvieron juntos, Tona apareció para incomodar al hacendado. El joven aseguró que lo vio junto a su mamá dándose un beso. Justo cuando la familia de Sebastián inauguraba su nuevo negocio, Leonel apareció para sorprender a todos. El hacendado les anunció que el médico y Atocha se casarán próximamente.
Frente a las presiones de Leonel, Sebastián se vio obligado a fingir amor por Atocha. El médico no tuvo opción y le pidió matrimonio a la villana frente a todos. Asustada por los secretos de Leonel y así como se lo aconsejó Sebastián, Alba habló cara a cara con su marido para pedirle que le pongan punto final a su matrimonio. Frente a la petición de la maestra, el hacendado no pudo ocultar su sorpresa. Frente a la inesperada petición de Alba de separarse, Leonel fue contundente. El hacendado le aseguró a la maestra que su matrimonio no tendrá fin. Diciéndose olvidada por sus nietos y asegurando que es una víctima, Covadonga le aseguró a Alba que sus días se están apagando. Sintiéndose culpable, la maestra le ofreció a su abuela mudarse a la casa de su esposo.
Mientras Alba daba una de sus clases, Atocha y Sebastián interrumpieron la sesión para hacer oficial sus planes de boda. El médico le entregó el anillo de compromiso, para desatar la molestia de la maestra. Mientras paseaba por la hacienda, Tona descubrió uno de los embrujos de Amapola en la cama de Alba. El joven pidió la ayuda de Malú y juntos le hicieron frente a la magia negra de la villana. Luego de conocer la información que uno de los doctores le dio sobre Jovita, Atocha se llenó de más rencor contra ella. La villana tomó un mechón de sus cabellos con el deseo de saber que no es su mamá. Seguro de que Alba estaba celosa por su futuro matrimonio con Atocha, Sebastián le aseguró que todo lo hace para que vivan su amor. Tras sus palabras se besaron sin imaginar que Doroteo los vería.
Como aliadas para destruir a Leonel, tanto Atocha como Covadonga pusieron sus cartas sobre la mesa y prometieron no dañarse. Sin embargo, la villana le advirtió que Camilo se está convirtiendo en un problema para sus planes. Nuevamente, Joaquín se presentó ante Leonel para enfrentarlo por la extraña desaparición de su esposa. Esta vez el policía le mostró una grabación reciente de Julia confesando que ha sido amenazada por su aún esposo. Afectado por el terrible comportamiento de su mamá, Tona buscó desesperadamente a Alba para confesarle que fue víctima de un hechizo que le hizo su mamá para afectar su salud. Después de que Joaquín ordenara abrir la tumba de Julia y de ver su cuerpo recientemente enterrado, Leonel acabó en la mira de la justicia. El policía no tuvo reparo y a pesar del poder del hacendado ordenó su detención.
Aterrado al ver a su papá arrestado por la policía, Gustavo corrió hacia él para impedir que se lo llevaran. Leonel le pidió ser fuerte y comportarse como el jefe de la familia, y le prometió que pronto volverá. Encarcelado por los señalamientos de haber acabado con los días de su esposa, Leonel recibió la visita tras las rejas de Alba. El hacendado le pidió no alejarse del pequeño Gus y comportarse con él como una verdadera mamá. Reunida con Sebastián ante el arresto de Leonel, Atocha recordó los días en que su padre no se cansaba de humillarla y cómo logró vengarse de él sin que se diera cuenta. Animada por su hermano a aprovechar el encarcelamiento de Leonel para irse definitivamente de la hacienda, Alba no escuchó sus consejos. La maestra le aclaró que no puede dejar al pequeño Gus solo en medio de tanta tragedia.
Después de vivir con un mundo de dudas sobre su pasado, Benigno finalmente pudo revisar los resultados de ADN que se realizó con Alba y Camilo. Ante Covadonga supo que realmente llevan la misma sangre. Mientras Alba se encontraba cerca de la alberca de la hacienda, Amapola apareció para aprovecharse de su estado. La villana tomó la silla de ruedas de la maestra para arrastrarla y tirarla al agua. Indefensa, Alba poco a poco perdía la respiración. Ahora que se encuentra en la cárcel acusado de ser un criminal, Leonel recibió la visita inesperada de Jovita, quien lo animó a no perder la fe. Además, le hizo un regalo para que lo acompañe en la soledad. Enterada de la fechoría que Amapola fue capaz de hacer para acabar con Alba, Covadonga no se quedó de brazos cruzados y enfrentó a la bruja.
En un nuevo cara a cara con Leonel, Covadonga se mostró feliz por verlo tras las rejas. La abuela de Alba le aseguró que disfrutará de principio a fin su caída. Después de un tiempo de recuperación y de los cuidados de Sebastián, Alba finalmente se vio frente al desafío de caminar nuevamente. A pesar de que el médico estaba a su lado, la maestra imaginó estar bajo la tierna atención de su marido. Enterada de que Amapola aventó a Alba a una alberca, Atocha comenzó a hacer valer su palabra de mando en la hacienda. La villana ordenó que la bruja fuera atada para recibir un cruel escarmiento frente a todos. Furioso por el castigo que su mamá recibió, Tona se armó de valor y le habló como nadie a Atocha. La villana no soportó la insubordinación y sometió al joven a un doloroso castigo con ayuda de Íñigo.
De visita en la cárcel, Alba le contó a Leonel las maldades de Atocha contra Amapola y Tona. El hacendado se dijo decepcionado, pero también contento de que la maestra se encontrara con vida. Además, le confesó que años atrás él la salvó de ahogarse. Triste por la situación que su hija vivió en secreto y que nunca pudo descubrir, Leticia se desahogó con el padre Benigno. Después de compartir su dolor, terminó por revelar que Jovita es la verdadera mamá de dos hermanos poderosos en la región. Por culpa de Covadonga, Gus se enteró del gran secreto de Leonel. Decepcionado y repleto de llanto, se presentó ante su papá para reclamarle por ocultarle que no es su verdadero papá. Furioso al saber que Alba no pudo proteger a Gus de la maldad que lo rodea, Leonel no tuvo piedad. El hacendado no contradijo las órdenes de su hermana y también le pidió que se marche de sus tierras.
Como nueva huésped en casa de la familia de Sebastián, Covadonga no se guardó sus opiniones. La abuela de Alba le advirtió que tarde o temprano Atocha se cansará de él después de usarlo para sus planes. Trasladado a la capital del país para ser juzgado por sus aparentes crímenes, Leonel fue víctima de un complot. La patrulla en la que viajaba se desvió del camino con el único propósito de ser alejado de los ojos vigilantes de Joaquín. Cuando Leonel estaba a solo un paso de ver sus días llegar a su fin a manos de un policía, Sebastián intervino para salvarlo. El médico le reveló que fue presa de una trampa destinada a terminar con su vida. Recuperándose del fuerte castigo al que Atocha la sometió, Amapola recibió los cuidados de Tona. La bruja le reveló a su hijo que él tiene un talento oculto que necesita despertar para que sea poderoso.
Convertido en un prófugo de la justicia, Leonel se negaba a confiar en Sebastián, pero el médico le explicó las razones para hacerlo. Al verse solo, el hacendado no tuvo otra opción. Determinado a recapturar a Leonel tras su escape, Joaquín llegó a la hacienda de los Carranza para interrogar a los trabajadores. Sabiéndose en peligro, Tona logró distraer a todos para escapar con Malú. Oculto en una cabaña tras huir de la policía, Leonel tuvo la oportunidad de hablar con Prudencia, quien le dio una terrible noticia. La nana le informó al hacendado que Gustavo se marchó sin dejar rastros. Cara a cara con Atocha después de sufrir un tormento ordenado por ella. Amapola no se disculpó por haberla traicionado con Sebastián. Así, la hacendada la amenazó con hacerle daño a su familia si no obedece sus nuevas órdenes.
Así como se lo habían indicado anteriormente, Tona finalmente acudió con Leticia para someterse a un análisis. Sorprendida, la mamá de Sebastián atendió con gusto al joven. Preocupadas por el paradero de Gustavo, Alba y Prudencia lo descubrieron corriendo desesperadamente para salvarse de ser mordido por unos perros salvajes. Ante el peligro, Leonel apareció para salvar al pequeño y a Alba. Para seguir con sus planes acordados con Atocha y Covadonga, Sebastián puso en marcha un movimiento contra su cuñado. Sin que lo esperara, Joaquín fue inyectado con una poderosa sustancia con el objetivo de señalarlo como un criminal. Después de contarle a Alba la traición que vivió a manos de Julia y Aldo, Leonel se enteró de que ella también ha fingido estar detrás de la tragedia de sus hijos. Ante las verdades reveladas, el hacendado le ofreció su hombro a la maestra.
Inquieta por saber lo que decían los resultados de ADN que ordenó realizar, Atocha se llevó una terrible sorpresa. Al leerlos confirmó que lleva la misma sangre de Jovita. Furioso por haber encontrado a Alba recostada en el pecho de Leonel, Sebastián habló con ella seriamente. La maestra le pidió olvidarse de su relación secreta, pues está enamorada del hacendado. Aunque estaba feliz por bailar como no lo había hecho en su vida, Tona vivió un triste momento. Al ver cómo Malú y Blas estaban divirtiéndose no pudo evitar derramar una lágrima. Confesados sus grandes secretos, Leonel se quitó la careta de hombre fuerte y despiadado para hablarle con ternura a Alba. El hacendado le pidió saber si vencidos sus problemas algún día podrán amarse.
Covadonga nuevamente puso a arder al mundo con sus comentarios, y esta vez Leticia fue víctima de sus ofensas. Tras sentirse humillada, la psicóloga le dio una bofetada y le exigió que se marchara. Pese a que todo apuntaba en su contra, Leonel recibió una noticia que liberó su alma. La policía le informó que ante las evidencias que señalan a Joaquín como el verdadero criminal, él estaba libre de culpa. Lejos de las dudas y del resentimiento contra Alba, Leonel finalmente abrió su corazón. El hacendado le confesó a Prudencia que terminó por enamorarse de la maestra. Arrepentido del daño que le causó a Alba, Leonel la buscó sin imaginar que la encontraría rezando por él. Ante el noble gesto, el hacendado le ofreció sus disculpas para sellar el nuevo inicio de su vida con un amoroso beso.
Furiosa por el regreso de Leonel a la hacienda, Atocha revisó el vestido de novia que finalmente usará en su boda con Sebastián. Aunque el médico no quería verlo, la villana se lo probó sin importarle tener mala suerte. Ahora que se liberó de las acusaciones en su contra por los supuestos crímenes que cometió, Leonel regresó a su hacienda de la mano de Alba. Al presentarse juntos, el hacendado informó que lucharían nuevamente por su amor. Como parte de su venganza contra Covadonga, Sebastián llegó ante ella y Benigno pidiendo una explicación sobre su romance del pasado. Tanto el padre como la villana se quedaron sin palabras ante los cuestionamientos. Furioso por la relación de verdad que ha surgido entre Leonel y Alba, Sebastián le reclamó a Covadonga por no respetar su plan e impedirlo. El médico además le advirtió que sería capaz de hacerle daño a la maestra.
Afectada su familia en el negocio que recientemente inauguraron, Sebastián llegó para encontrarlo destrozado. Ante la presencia de Atocha, el médico supo muy bien que ella estaba detrás de todo. Gracias a Leticia, Tona pudo saber realmente el diagnóstico que tiene sobre su comportamiento y los detalles que explican su personalidad. Incómoda por ocultar que se besó con Sebastián, Alba le pidió a Doroteo hablar, pues sabe muy bien que él los vio. La maestra le juró al jardinero que pese al duro pasado con Leonel solo lo ama a él. Con el deseo de vengarse por el daño que le hizo a su familia, Sebastián comenzó a interrogar a Jovita para saber lo que oculta y que la ata a Atocha. En medio de su plática, la villana apareció para decirse sorprendida.
Después de defender a Malú de la maldad de uno de los trabajadores de la hacienda, Tona recibió su agradecimiento. Al mismo tiempo, ella aprovechó para revelarle su noviazgo con Blas, provocándole un gran dolor. Ahora que las mentiras y secretos han quedado atrás, Leonel y Alba están entregados por completo a su amor. El hacendado decidió dar un paso importante en su relación y le pidió ser formalmente su pareja. En medio de una cena previa a la boda de Atocha y Sebastián, Leonel le dio a Alba el lugar que le corresponde como su pareja. Ante la situación, la villana no ocultó su molestia. Herida profundamente por los supuestos crímenes de Joaquín, Fátima lo visitó para reclamarle pese a que se encuentra en coma. Al conocer todo lo que su hija siente, el policía movió uno de sus dedos.
A solo instantes de su boda con Sebastián, Atocha recibió la visita de Prudencia, quien le ofreció su compañía en un día tan especial. En medio de la discusión donde su madre salió a relucir, Atocha comenzó a llorar. Unidos por la ambición y la maldad, Atocha y Sebastián siguieron con sus planes y sellaron su falso amor con una esperada boda. En compañía de amigos y familiares, los villanos simularon ser felices. Herido en lo profundo del corazón por sus humillaciones y por su boda con Sebastián, Íñigo le hizo a Atocha una fuerte advertencia. El capataz le aclaró que su ahora esposo destrozará su vida y alma. En medio de su noche de bodas, Atocha terminó por confesarle a Sebastián uno de sus grandes secretos. La villana le reveló que no puede dar vida, y que nunca podrá ser mamá.
Ahora que comenzaron formalmente una relación amorosa, Leonel y Alba se besaron apasionadamente. Su cariño los llevó a estar por vivir una primera noche juntos, pero la maestra le pidió tener paciencia. Tras encontrar nuevamente a Karla al lado de Alba, Covadonga se puso furiosa, pues la acusa de ser una mala influencia. Además, la señaló de ser la responsable de la crisis por la que Camilo atraviesa. Ilusionado con ver a Malú para darle unos girasoles, Blas se quedó helado al encontrarse con Atocha, quien se acercó a él para ponerlo nervioso. Frente a su seducción, el joven admitió estar loco por ella. Después de una intensa discusión con Covadonga, Karla regresaba a casa completamente furiosa. Sebastián aprovechó su distracción para tomarla entre sus garras y hacerla otra de sus presas.