Empezó en el mar de niño y lo aprendió todo en los barcos, probando y equivocándose. Se convirtió en un experto en el manejo de la brújula; aprendió a navegar sin mirar las estrellas y fue uno de los mejores navegantes de la historia. Colón pudo haber sido un simple marino mercante toda su vida, pero cuando tenía veinticinco años cambió su suerte: unos piratas atacaron su barco y naufragó frente a las costas portuguesas. Allí inició la aventura que le llevaría a descubrir el Nuevo Mundo.
En la edad de oro de la aeronáutica, atrevidos pilotos llenaban los cielos con el sonido de sus motores. Entre ellos se alzaba la figura de Amelia Earhart, una exploradora rebelde que batió incontables récords de vuelo y se hizo un hueco en el corazón de millones de personas. En 1937 despegó en su avión “Lockheed Electra” decidida a ser la primera mujer en dar la vuelta al mundo. Nunca se volvió a tener noticias suyas y su desaparición sigue siendo hoy en día uno de los grandes misterios de la aeronáutica.
Ponce de León perteneció a una casta de hombres duros y ásperos, aquellos que desde los territorios desconocidos del Nuevo Mundo forjaron un imperio para España. En su ambición por la riqueza, la fama y el poder navegó con Cristóbal Colón y se adentró en selvas y parajes desconocidos, haciendo frente a cualquier contratiempo con más coraje que recursos. Algunos sobrevivieron y unos pocos tuvieron éxito. Ponce de León fue uno de los privilegiados.
Nueve de enero de 1776. Es una noche helada y una espesa niebla cubre las fortalezas de piedra del Ministerio Británico de la Marina en Londres. Aquella será una noche decisiva en la vida del capitán James Cook, de 47 años. Tras una velada en la que no faltan el vino y las adulaciones, Sir Huyh Palliser y el Conde de Sandwich solicitan al célebre capitán “consejo” sobre una próxima expedición marítima: la búsqueda del leyendario “Paso del Noroeste”, entre Europa y Asia.
Asia, en los albores del siglo XII. Una fuerte tormenta se ha desatado en el corazón del continente, hasta convertirse en tempestad. Azota China y devasta Afganistán y Persia. Sobre esos vientos glaciales cabalgan hordas imparables de guerreros mongoles que conquistan un imperio sin parangón en toda la historia de la Humanidad. A su mando, un hombre a medio camino entre la locura y la genialidad, guerrero sediento de sangre y político brillante, arquitecto de naciones y destructor de civilizaciones: Genghis Khan, ¿hasta dónde llegará?
Tras un año sin que el mundo recibiera noticias del célebre explorador David Livingstone, el periódico estadounidense New York Herald encargó al periodista Henry Morton Stanley viajar a África y encontrar al explorador escocés. En marzo de 1871 Stanley salió de Bagamoyo, en la actual Tanzania, con destino al lugar donde Livingstone había sido visto por última vez, 1.250 kilómetros hacia el interior. Varios meses después, y cuando todo parecía indicar que Livingstone había desaparecido sin dejar rastro, Stanley encontró a sus acompañantes, quienes le condujeron hasta la choza del explorador. Al verle, y sin perder nunca la compostura ni los buenos modales, Stanley se le acercó y dijo: "El Sr. Lingston, supongo".
A principios de noviembre de 1911, el capitán Robert Falcon Scott y otros cuatro compañeros se aventuraron en un helado desierto todavía sin explorar, decididos a convertirse en los primeros hombres en alcanzar el Polo Sur. Desgraciadamente, nunca más volvieron a ser vistos con vida.
“Somos intrusos en un mundo extraño, nuestras vidas dependen de fuerzas macabras que se mofan de nuestros vanos esfuerzos”. La presión del hielo sobre el Endurance, atrapado en la Antártida, alcanzó su punto álgido el 27 de octubre de 1915. A las cuatro de la tarde, el timón se desprendió del barco. El agua empezó a entrar en la nave, junto con el hielo..
Leonardo Da Vinci cambió el mundo del arte totalmente y para siempre. Su fascinación por la ciencia y, en concreto, por el cuerpo humano, le permitió pintar obras de gran realismo que parecían tener vida propia. Pero Leonardo, paradigma del hombre renacentista, no se limitó a la pintura ni a la escultura, sino que cultivó todos los campos del saber. Fue ingeniero, arquitecto y, sobre todo, inventor, llegando a crear bocetos de artilugios tales como el submarino o incluso el helicóptero.
Isaac Newton, cuya vida fue tan intensa como la huella que dejaron sus investigaciones, descubrió que “la gravedad nos permite dar cuenta de los movimientos de los cuerpos celestes y de nuestros mares”. Su mayor obra, los “Principa”, representa para la ciencia lo que la Monna Lisa para el arte: es la obra maestra, el máximo exponente de la expresión científica.
“Los inventos y los descubrimientos no tienen fin. Durarán toda la eternidad”. T. A. Edison. Edison, cuya intensa vida transcurrió a caballo entre el siglo XIX y el XX, fue el inventor más destacado y brillante de su generación. Ideó ingenios y aparatos que nadie antes había imaginado. Consiguió grabar la voz humana, dando lugar al fonógrafo; ideó y fabricó la bombilla eléctrica; desarrolló los ingenios que hicieron posible el cinematógrafo... Edison lideró una revolución en la mecánica y en la electricidad de consecuencias similares a la revolución de las tecnologías de la información a finales del siglo XX.
George Eastman, nacido cerca de Nueva York en 1854, no inventó la cámara fotográfica. De hecho, tampoco inventó el carrete, ni el color, ni las películas fotográficas. Inventó algo todavía más revolucionario: la cámara Kodak, la cual permitió que la fotografía, hasta entonces reservada a los profesionales, se convirtiera en una técnica al alcance de todo el mundo. Su primer lema no podía ser más elocuente: “¡Kodak! Usted aprieta el botón y nosotros hacemos el resto”.
Poco nos habría quedado de Marco Polo y de sus viajes si no se hubiese visto inmerso en la guerra que estalló entre Venecia y Génova. En 1298, a los 44 años, Marco Polo fue apresado y encerrado en una mazmorra con Rustichello, un escritor de relatos de acción, que no daba crédito a las aventuras que Marco Polo le relataba, pues superaban con creces sus propias fantasías novelescas. Le contaba Marco que había llegado hasta el Lejano Oriente, donde había permanecido durante veinte años asistiendo personalmente al poderoso monarca Qubilay Khan.
Arquímedes fue el más importante físico y matemático de la Antigüedad y sus descubrimientos marcaron la historia de la ciencia. Probablemente, el más conocido de ellos fue que todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje hacia arriba igual al peso del fluido desalojado. Descubrió con dicho principio que el rey Hierón de Siracusa había sido objeto de una estafa al encargar una corona de oro. Según la tradición estaba tomándose un baño cuando descubrió que la corona no era de oro en su totalidad y salió corriendo desnudo de su casa gritando “¡Eureka!”, que en griego significa “¡Lo encontré!”.