“Somos intrusos en un mundo extraño, nuestras vidas dependen de fuerzas macabras que se mofan de nuestros vanos esfuerzos”. La presión del hielo sobre el Endurance, atrapado en la Antártida, alcanzó su punto álgido el 27 de octubre de 1915. A las cuatro de la tarde, el timón se desprendió del barco. El agua empezó a entrar en la nave, junto con el hielo..