La empresa de Mago y Conde está en la ruina, pero pueden conseguir a un jugador muy prometedor.
El servicio premium es demandado cuando una exnovia de Marcio anuncia que está embarazada.
Un jugador clave para las finanzas de Protectores S.A. se lesiona y pone todo en peligro.
Se casa un jugador estrella, por lo que Mago, Conde y Reynaldo se encargan de la caótica boda.
Brian cierra un contrato con México, y Mago le pide al Pincha que lo aliente para concretar el pase.
Pincha le tiende una trampa a Brian para sabotear su traspaso al fútbol mexicano.
Un emblemático arquero se retira en un último partido; su familia está presente y su amante también.
Un año después de la conformación de Protectores S. A., sus tres socios han logrado posicionar a la empresa como una de las más importantes en representación futbolística en Latinoamérica y en Europa. La vida les sonríe a Mago, Conde y Reynaldo, que están en Francia haciendo negocios. Sin embargo, una serie de llamadas consecutivas de varios de sus principales jugadores anunciando la ruptura del contrato con Protectores S. A. sorprenden a nuestros protagonistas, que se ven obligados a regresar a Buenos Aires para ver qué está sucediendo. Un alto y poderoso empresario siderúrgico, Ernesto Cartens, junto a su hijo, Axel, han decidido incursionar en el mundo del fútbol representando jugadores. Pero quieren a los mejores. Los Protectores buscan respuestas que no obtienen, entonces, deciden buscar justicia.
Luego de perder la primera batalla contra Cartens, los Protectores inician el plan venganza. Para ello, acuden a la ayuda de Mussolini, un investigador privado, que les provee dos informaciones sensibles para atacar al enemigo: el negociado con China de un cargamento de efedrina y la esposa de Cartens como posible blanco. De la primera misión se ocupan Mago y Reynaldo, apelando a la ayuda de adláteres conocidos como Maurito, Pinza, Mugre y una pequeña participación de Nora. De la segunda misión se ocupa, muy a su pesar, Conde, que hace un primer acercamiento en un gym con Pamela Cartens, quien se sabe es utilizada vilmente por su esposo como testaferro de empresas y cuentas non sanctas.
El "Rana" Soldati, jugador que convenció a varios compañeros pertenecientes a la cartera de los Protectores de pasarse a la nómina de Cartens, está siendo vendido al Sportivo Cuomo. Enterados de esto y con la sangre en el ojo, los Protectores implementan un nuevo atentado para continuar la guerra contra Ernesto Cartens: arruinar el pase. Y lo hacen tirando dos bombas: interviniendo para que el psicofísico dé mal y, por otro lado, alterando el contrato para que los italianos se nieguen a firmar. Para ello deberán infiltrarse en el sanatorio donde el Rana se hará los estudios y deberán entrar en el medio de la noche a las oficinas de Cartens Corp. para modificar el contrato en la computadora de Axel Cartens, y la única manera de llegar allí es por el ducto de ventilación.
Ernesto Cartens ha sufrido unos golpes de parte de los Protectores que no lo han dejado bien parado frente a la opinión pública. Para contrarrestar esto, ha decidido que su fundación les brinde un enorme apoyo a los jugadores retirados de la Argentina y fomente la formación de aquellos que, sin recursos, tienen las ganas y el talento para jugar al balón. Es así que decide lanzar un programa de ayuda, convocando a un asado faraónico en su estancia “La Pasionaria”. Los Protectores saben de esta movida clientelista y deciden intentar boicoteársela. Al mismo tiempo, ha llegado Curro Ponce de León, un afamado empresario conocido en el mundo del fútbol mundial por ser el gestor de varios negocios, y contacta a Reynaldo para ofrecerle participar de un pool de inversión.
Ernesto Cartens descubre el romance entre su mujer y Conde, y se los hace saber vía mensaje de texto. Al día siguiente, Pamela es “transferida” a Miami con una demanda de divorcio arreglada a conveniencia de su ex. La debacle es inminente para los Protectores, pero les queda una ficha fuerte aún, Curro, quien se va mañana y quiere despedirse de sus amigos y de Buenos Aires, pero no quiere hacerlo en un lugar público, sino en una casa como la de Conde. Esa noche, todo fluye de maravillas, pero Conde siente que están hablando de más, que están expresando a viva voz secretos que desconocidos como las chicas y el mismísimo Curro no deberían saber. Luego, los Protectores van cerrando la noche cuando irrumpe un comando policial...
Los Protectores están en serios problemas, ya que tienen una causa por narcotráfico. Por medio de contactos de Conde, logran la libertad condicional hasta que se lleve a cabo el juicio penal. Todos quieren salvarse, pero uno lo hace aparentemente por izquierda: Reynaldo va a ver a Cartens y ofrece venderse, entregar lo que sea a cambio de su libertad y de volver a Colombia para rehacer su vida. Cartens, a su vez, le dice que ya no tienen nada que ofrecer, que ya les quitó todo, pero Reynaldo le hace ver que no, que aún tienen una joya escondida: una jugadora joven que está prometida a un club japonés.
Los Protectores están acorralados por las balas de Cartens, sus vidas corren peligro, pero logran salvarse gracias a Conde, que los monta en un helicóptero y los saca del lugar. Gracias a la ayuda de un amigo, el "Pato" Aslanian, los Protectores se refugian en una casa quinta que este tiene en la zona de Escobar. Allí, piensan una estrategia para poner a resguardo sus vidas. De pronto, llega una llamada inesperada. Se trata de Pamela, quien, enterada de lo sucedido, le dice a Conde que sabe la manera de eliminar a su exmarido definitivamente y que está volando hacia Buenos Aires esa misma noche.