Alejandra es una arquitecta de éxito, ha conseguido sortear la crisis inmobiliaria y se ha especializado en la construcción de grandes edificios. Junto a su amiga Katia acaba de cerrar un contrato para levantar un rascacielos en Valencia. La celebración durará poco, la misma noche que brinda por el avance del negocio, recibe una llamada de la Guardia Civil en la que le informan que su marido, Óscar, ha aparecido muerto en el interior de su coche en La Albufera. Devastada por la noticia, tardará poco en descubrir que la muerte de su marido vendrá acompañada por otra sorpresa: su vida estaba llena de mentiras.
Alejandra ha descubierto que su marido tenía una vida paralela en La Albufera con otra mujer, Verónica. Ocho años de relación simultánea sin que jamás haya sospechado nada. Se obsesiona con la idea y necesita averiguar por qué Óscar mantuvo esa doble vida. Para responder todas las preguntas que le atormentan, Alejandra no dudará en acercarse a Verónica, eso sí, sin desvelarle que ella es la otra viuda.
Conrado ha convencido a Alejandra de que necesita terapia, compartir con un grupo de familiares de suicidas todas sus inquietudes, su dolor, su rabia. A cambio, el teniente mantendrá en secreto que se está haciendo pasar por otra mujer, Martina, para acercarse a Verónica y así tratar de comprender qué veía Óscar en esa mujer y qué le empujó a acabar con su vida. Alejandra descubre que Verónica no es la única sorpresa que le esperaba tras la muerte de Óscar y averigua que su marido tenía serios problemas laborales.
Alejandra está comenzando a cambiar, su aventura con un desconocido en los baños del afterwork es una señal. Su instinto sexual se ha disparado. Mientras intenta seducir a Vicent, no desiste en averiguar qué llevó a Óscar a suicidarse. Sospecha que quizás él no se quitó de en medio y revolviendo entre los papeles de su marido descubre documentación que podría cambiarlo todo, señalar incluso al asesinato.
Ha llegado el momento de enfrentar la verdad. Verónica acude a la ciudad para la lectura del testamento de Óscar, pero antes de ir, quiere hablar con su mujer, contarle que él tenía una hija, que vivieron una historia de amor de ocho años. Sin embargo, la mujer que se encuentra en nada se parece a aquella Alejandra cariñosa de la que le hablaba Óscar.
Alejandra comienza a desestabilizarse, no entiende por qué no consigue pasar página y dejar de ver a Verónica. Katia, Blanca y Ada acuden al rescate y la apoyan en su peor momento: está triste, desorientada y no quiere saber nada del rascacielos en el que llevaba trabajando tantos años. Es entonces cuando reaparece Fran, el mejor amigo de Óscar, para intentar devolverle paz.
Alejandra, gracias a las pesquisas de Blanca, descubre que Óscar frecuentaba un club de alterne. Pero las sorpresas no acaban ahí, Conrado cree haber encontrado indicios que apuntan que podrían estar ante un asesinato. Estos nuevos descubrimientos comienzan a acercarles más allá de la relación profesional que ambos deberían mantener.
En lo profesional todo parece volver a funcionar para Alejandra, junto a Katia, trabaja en el rediseño del nuevo edificio. Eso no significa que se haya desvinculado de Verónica. Al contrario, su relación se afianza cuando la amante de su mujer descubre por Conrado que Óscar no le contaba toda la verdad: blanqueaba dinero de un proxeneta de la zona.
La relación entre Alejandra y Verónica comienza a superar límites más allá de la amistad, nace un nuevo triángulo que hace zozobrar a Conrado y que mantiene en la confusión a Alejandra. Una situación que se agrava cuando descubre que su historia se ha convertido en el argumento de la nueva novela de Blanca. Una traición inesperada.
Los cambios del rascacielos propuestos por Alejandra incrementan considerablemente el coste global de su construcción, necesitan un nuevo socio que se una al proyecto para conseguir financiación. A Katia y Alejandra les toca defender las nuevas ideas frente a su equipo y unos inversionistas cataríes que no quieren negociar con mujeres.
Alejandra comienza a dejarse llevar por el ambiente salvaje de la Albufera, pasa de los brazos de Verónica a los de Conrado dejando de lado todas sus responsabilidades. Al tiempo que parece buscarse, corre tras las huellas que le lleven a resolver la muerte de Óscar, las respuestas podrían estar en el cuaderno azul.