El día a día parece haberle pasado factura a la pobre Amelia que, alertada por los comentarios de algunos de sus vecinos, decidirá realizarse un cambio de imagen. Para algunos puede ser una decisión radical; para aquellos que no saben que en Louredo los comentarios pueden ser demoledores. Y cuando de cambio de imagen se trata, Puri es la indicada. Aunque en esta ocasión, el trabajo de Puri no será suficente para la gobernanta de la casa rectoral, que buscará algo más radical.
Poco familiarizada con la cosmética y las tendencias actuales, Amelia se excederá un poco en su nuevo maquillaje. Tanto, que las comparaciones no se harán esperar: Que si se pinta más que la puerta de un puticlub, que si parece una adolescente en celo... Su nueva imagen será la comidilla de todo el vecindario. Pero, ¿quién se atreverá a decírselo a la cara?
Mientras, Lidia y Sindo viven un momento muy especial. Alentados por Miñato, la pareja se ha decidido a apadrinar a un niño. Supuestamente, se llama Elvis y vive en Nicaragua. Pero la cosa se complicará rápidamente. La clásica “mentira piadosa” de Miñato irá creciendo más y más, arrastrando a varios vecinos a su paso. Y quien dice vecinos, dice conflictos, violencia poco cruenta y una buena carga de retranca.
