Dani Ochoa y Luis Moreno presentan una mirada atípica dentro de la Alta cocina. Alejados de los focos desarrollan su idea gastronómica, basada en dos pilares fundamentales: La libertad y el respeto a la naturaleza. Contrarios a las grandes producciones y a las enormes superficies, ellos mismos levantaron con sus cuatro manos y muchos tutoriales de youtube lo que es ahora el Montia. Cuando consiguieron una Estrella Michelín abandonaron el anonimato, pero ellos se mantienen al margen del glamour y de los premios en su retiro en San Lorenzo del Escorial.
La hermana de Begoña sigue trabajando en la expendeduria de pan de su madre, ahora convertida en cafetería. Dice que de pequeña era “una mandona”, pero en realidad, lo que apuntaba esta cocinera era ambición, garra y mucha personalidad. A día de hoy, Begoña Rodrigo es mucho más que la ganadora de la primera edición de Top Chef. Con constancia, trabajo y sacrificio, sus restaurantes la Salita y El Nómada se han convertido en dos grandes referentes, en los que Begoña Rodrigo fusiona los ingredientes de la tierra valenciana con las influencias internacionales adquiridas en sus años nómadas
Cuenta su madre que de pequeño iba para futbolista, pero acabó convirtiéndose en uno de los mejores chefs del mundo. El Guggenheim, Mugaritz y el Bulli fueron sus “campos de entrenamiento” y ahora, Paco Morales, rescata la cultura andalusí, las raíces de su Córdoba natal, para reinterpretarla sobre un plato en el Noor, su propio restaurante con una Estrella Michelín. Perfeccionista, obsesivo, geométrico: así es la mente de este genio de la cocina.
Andoni Luis Aduriz habla bajo, pausado, tranquilo, usando las palabras con delicadeza, como el que manipula el ingrediente que convierte un plato en arte. Esto es precisamente lo que hace el, para muchos, mejor cocinero del mundo en Mugaritz, lugar (que no restaurante) al que los comensales no van a alimentarse, sino a formar parte de una experiencia. Allí todo es ordenado, metódico, disruptivo, y la palabra (o el ingrediente) que más se repite es creatividad, un valor que el chef vasco agradece a su paso por el legendario El Bulli.
A los 14 años ya sabía que quería ser cocinero. La inspiración de Josean Alija fue su abuela, cuyos platos reunían a toda la familia en la cocina. Y esa es la base de su profesión: una familia en la que los clientes que pasan por el Nerua, su restaurante ubicado en el Museo Guggenheim de Bilbao, vuelven una y otra vez. Su Estrella Michelín tiene, sin embargo, un poso amargo. La huella imborrable que le dejó un accidente, al que no sobrevivieron sus sentidos del gusto ni del olfato. Ahora, Josean Alija cuenta como tuvo que empezar de cero para recuperarlos: el "volver a nacer" de un gran chef.
Maca de Castro tiene un restaurante en el que la música la pone el sonido del trabajo en la cocina. Fue criada entre hoteles y empezó trabajando como camarera en una hamburguesería. Estuvo a punto de dejarlo todo, pero a los 19 años coincidió en San Sebastián con grandes chefs como Martín Berasategui o Andoni Aduriz. A pesar de no tener raíces mallorquinas, Maca empezó una tarea infatigable por recuperar la cocina tradicional de las islas. Todos esos años de esfuerzo se vieron recompensados con una inesperada Estrella Michelín, que demuestra que Mallorca es mucho más que ensaimadas y sobrasada.
El primer plato que hizo Pepe Solla fue un bacalao para sus padres. "Estaba intragable". El prestigioso chef de Casa Solla, restaurante pontevedrés con una Estrella Michelín, era un ‘bala perdida’, sin ningún talento especial. Fue en aquella época cuando descubrió la cocina y decidió hacerse cargo del restaurante familiar. Su cocina está íntimamente ligada a Galicia, tierra que también inspira sus otras pasiones: la música y el mar. Pepe ha conseguido, con los años, desarrollar un estilo propio y contemporáneo, siendo siempre fiel a la tradición y al producto.
Tras estar doce años al mando del ‘Club Allard', el alavés Diego Guerrero, decidió salir de su zona de confort para diseñar su propia experiencia culinaria: un restaurante que, bajo el nombre de DSTAgE ha conseguido en menos de tres años dos estrellas Michelin. Todo un reconocimiento de la crítica culinaria y goza de una clientela dispuesta a esperar meses para conseguir mesa en su restaurante. Guerrero se ha convertido a golpe de innovación en uno de los referentes de la joven gastronomía española. Conocido por su perfeccionismo técnico, sentido estético, con un objetivo irrenunciable: el sabor.