A finales del siglo XI, la fría Europa se convulsiona. El fanatismo religioso y las profecías que hablan del fin de los tiempos provocan un estallido de violencia sin precedentes. Miles de creyentes buscan la salvación alistándose a la Cruzada contra el enemigo musulmán. Recuperar los Santos Lugares de Jerusalén se convierte en una obsesión.
1134 d.C., la Península Ibérica se encuentra en plena Reconquista. Tras haber derrotado 26 veces a los almorávides, Alfonso I, el rey de Aragón, es ya conocido como “el Batallador”. Hoy se enfrenta a su última batalla. En su lecho de muerte, cederá todas las posesiones de su reino a la Orden de los Templarios.
Sólo uno de los nueve caballeros originales permanece con vida. Gualdim Pais llegará a conocerle durante el asedio a la ciudad de Gaza. Nadie parece poder explicar por qué, el Gran Maestre de la Orden del Temple, ordena a Gualdim regresar a Portugal y afianzar, sea como sea, las posiciones del Temple en este nuevo reino.