1134 d.C., la Península Ibérica se encuentra en plena Reconquista. Tras haber derrotado 26 veces a los almorávides, Alfonso I, el rey de Aragón, es ya conocido como “el Batallador”. Hoy se enfrenta a su última batalla. En su lecho de muerte, cederá todas las posesiones de su reino a la Orden de los Templarios.