Antonio es detenido en el aeropuerto de Bogotá cuando se dispone a coger un avión de vuelta a España con kilo y medio de cocaína en el estómago. Angelita, abogada mexicana a la que asignan su defensa, tiene serias dudas sobre las verdaderas motivaciones de su defendido, cuya única hija, Soledad, desapareció hace más de una década sin dejar rastro en una playa de Valencia, cuando sólo tenía 5 años. La desaparición de la hija de Antonio puso a prueba su matrimonio con Inma, quien decidió actuar al margen de la policía e investigar a dos chicos que sospecha que podrían haber visto al secuestrador de la pequeña. Angelita trata desesperadamente de encontrar algún resquicio legal con el que lograr la extradición de Antonio a España, para evitar que sea trasladado a “la Brecha”, una de las peores prisiones del mundo.
Dentro de prisión, Antonio tendrá que poner en juego su vida para poder llegar hasta Cruz, un preso peligroso con un ojo de cristal que tiene información muy valiosa sobre su hija. Mientras, en España, Inma, madre de Soledad y esposa de Antonio, descubre una pista con el motivo que ha hecho que su marido haya viajado hasta aquel país.
Inma recibe una llamada telefónica desde Colombia. Se trata de Angelita, la abogada que está llevando el caso de Antonio. Le desvela que su esposo está internado en una prisión del país. Inma queda desconcertada, sin embargo, es el detonante que necesita para pasar a la acción. Y en prisión, las cosas no son fáciles para Antonio; uno de los presos intenta acabar con su vida.
Inma acaba de aterrizar en Bogotá, en el día del juicio de Antonio. La sentencia apunta que será larga y complicada. Ambos se reencuentran, él le desvela que el hombre que se llevó a su hija está allí dentro y que Soledad sigue viva. Deben de luchar. En paralelo, la joven Soledad descubrirá una verdad que no había sospechado nunca.
Inma ha sido secuestrada por La Grilla en un club de carretera. Su vida corre peligro y no sabe a quién recurrir. Soledad se adentra en el edificio gubernamental de Protección Social investigando sobre su pasado. Aquí una misteriosa funcionaria, Paloma, le oculta una importante información. Antonio recibe la visita de Angelita, que le advierte sobre Quitombo. Ambos se despiden con un beso final.
Inma se refugia en la casa de Sebastián, el policía que colaboró en la investigación de la desaparición de su hija. Entre ellos se ha despertado una atracción especial. Ambos descubren un punto débil en Quitombo: Angelita, la abogada de Antonio. En prisión, Antonio busca al guardia Molino: “ha llegado el momento de que lo saque de allí”.
Tras la revuelta de prisión del día anterior, los familiares de los presos se agolpan fuera para saber de ellos. Entre ellos Inma, desesperada, al no tener información sobre Antonio. Quiere saber si continúa vivo o no. Mientras, Soledad sigue con sus pesquisas para averiguar su verdadera identidad y consigue encontrar un documento que le va a cambiar todo.
Antonio corre peligro dentro de prisión. Angelita lo sabe y quiere advertirle: los hombres de Quitombo quieren acabar con su vida y con la de Cruz. Soledad utiliza la fiesta de cumpleaños de su padre para escapar. Inma la ayuda pero Milena hará todo lo posible para impedirlo. Se origina una accidentada situación de consecuencias inesperadas.
Inma y Soledad tienen que abandonar el cuerpo sin vida de Sebastián y se refugian en la casa de Antonio. Cuando Inma se dispone a contar toda la verdad a la joven, la aparición de La Grilla se lo impide. Son sus rehenes y quiere ofrecerlas como moneda de cambio para Cruz. Mientras, Antonio ha conseguido escapar y llegar al exterior de la prisión…
Antonio busca desesperado a Inma y Soledad, huidas con Ignacio tras el intercambio frustrado en el piso franco. El español busca la ayuda de Angelita, que intenta tender una trampa a Quitombo. El narco se ha apropiado de la abogada, como sustituta de su defenestrada mujer. Milena intenta sobrevivir sin marido, sin dinero y sin poder, buscando una forma de intentar recuperar a su hija huida. Por suerte, cuenta con la ayuda del Mudo, su más fiel guardaespaldas. Antonio encuentra una pista gracias a la imprevista llegada de Eva Aguirre, que ha viajado a Bogotá para ayudar a Antonio e Inma y tratar de cerrar los flecos de aquella investigación que nunca logró archivar. Mientras, Inma, Soledad e Ignacio llegan a una pequeña iglesia en un perdido pueblo del interior, donde deben esperar 24 horas para ser sacados de Colombia.