En LEX ya se ha corrido el rumor de que habrá algunos despidos y la preocupación de todos va en aumento. Raúl encarga a Silvia que escriba un informe de rendimiento de todos los abogados del bufete, y decide que David sea uno de los que pueden prescindir. A pesar de los intentos de Mario por defender a su protegido, la decisión no está en sus manos y es el propio Mario quien se lo debe decir. Adolfo, un amigo de Kat, pide ayuda a Mario. Quiere separarse de su pareja, otro hombre, y quedarse con la custodia exclusiva de su hijo. Adolfo acusa a su pareja de haberle sido infiel. Mario está seguro de que va a ganar ya que por norma general la custodia la gana siempre la “madre”, en este caso su cliente, quien asegura que se quedaba cuidando en casa del niño. Sin embargo, las dificultades empiezan cuando descubre que el juez que va a llevar su caso es Germán. Gonzalo se encuentra con Laura, una mujer con la que mantuvo relaciones y que le acusa públicamente de haberle arruinado la vida y destrozado el corazón. Cuando el escándalo termina salpicando al bufete, Raúl pide a Gonzalo que ponga una demanda para aclarar el asunto y limpiar la imagen de LEX. Cuando Gonzalo va a juicio, la demanda se vuelve en su contra y se encuentra con que hay otras muchas mujeres apoyando a Laura a las que también decepcionó. A David cada vez se la hace más difícil soportar los encuentros de Eli con Raúl en su propia casa. Él es el único que sabe que están juntos, pero no puede evitar confesárselo a Silvia ya que le preocupa la clase de persona que pueda ser Raúl y lo que pueda esconder. Eli no puede soportar más que David se meta en su vida y decide que la mejor solución es irse de casa. Silvia, por su parte, se ha dado cuenta de que David en realidad está enamorado de Eli y le abre los ojos.