Los padres de Celeste Morrison se van de viaje a Transilvania. Celeste queda a cargo de la mansión y, para no sentirse sola, decide transformar la casa en un hostal para seres humanos.
El hostal recibe una convención de brujos contra todas las advertencias del padre de Celeste y de Tirso el mayordomo. Pues según ellos, todos los males de los monstruos ocurren por culpa de los brujos.
Debido a las numerosas críticas y quejas de los huéspedes humanos, Celeste confronta a los demás monstruos del hostal, quienes deciden botarse a huelga. Ante la falta de personal será ella quien se hará cargo de todo el trabajo. ¿Cómo resultarán las cosas?
Celeste está de cumpleaños y los demás monstruos de la casa se esmeran en celebrarla con regalos horripilantes y asquerosos.
Socorro sueña con encontrar el amor de su vida y consulta a la guía de monstruos, escogiendo uno (un duende o gnomo) que promete cumplir sus sueños.
A raíz de las quejas de algunos huéspedes y con la esperanza de que una mejor limpieza del hostal atraiga más humanos, Celeste organiza un día de limpieza. Sin embargo, sus planes se ven frustrados cuando un pollo mutante llega al hostal.
Los dos reos más temidos de la prisión escapan y se esconden por unos días en el hostal. Encantados con los nuevos huéspedes, Celeste y los demás miembros de la familia, organizan diversas actividades para entretenerlos.
Nadie puede dormir debido a los constantes gritos de susto de los huéspedes del Hostal, lo que empeora cuando Celeste acepta la llegada de un grupo de huéspedes de la “Liga de los hombres que gritan”.
En su afán por deshacerse de los Morrison, Boris idea un maléfico plan: darles a probar de su propia medicina, importando un terrible monstruo para que los espante.
En este episodio, aprovechando que el hostal no tiene huéspedes, todos se van de vacaciones, excepto Tirso y Celeste, quien empieza a dudar de si fue buena idea abrir un hostal para humanos ya que ha tenido muy pocos huéspedes.
Los miembros del hostal celebran la llegada de la primavera con un divertido chapuzón primaveral en la laguna del hostal. Boris contrata a una inspectora sanitaria para que revise las instalaciones y determine la clausura del local por sus condiciones insalubres.
En este especial de Navidad, el Viejo Pascuero arranca de el berrinche de Boris, quien no recibió regalo por haber sido un mal niño con los Morrison. Arrancando, llega al hostal y se encuentra con la sorpresa que ninguno, ni Celeste ni los demás, había escuchado en su vida hablar de la Navidad ni del Viejito Pascuero.
Celeste sufre por una terrible carie en una de sus muelas, pero se niega a ir al dentista aun cuando su dolor y la carie van de mal en peor. Un dentista con poderes especiales irá en su rescate ¿Podrá ayudarla a calmar su dolor?
El candidato a Alcalde en las elecciones municipales quiere demoler el hostal para que el barrio se vea perfecto y así ganar las elecciones. ¿Qué pasará con los monstruos? ¿Quedarán sin hogar?
El grupo de música favorito de Boris está de tour por la ciudad y Boris vende limonada para reunir el dinero para la entrada al concierto de “Los pelmazitos adorables”.
Abelardo, aburrido de que en la hostal lo insulten diciéndole “idiota”, decide abandonar la casa. Producto de un golpe en la cabeza, se vuelve alguien muy inteligente y obtiene muchos logros en la ciudad.
El hostal recibe la visita del Tío Basilio, un monstruo espinilla extremadamente purulento, quien amenaza a Celeste con contarles a sus padres que ha convertido la casa en un hostal para humanos si es que no lo dejan quedarse. ¿Cómo saldrán de esta?
Desesperancia, una niña-hada con una gran necesidad de hacerlo todo hermoso y tierno. Ella quiere llenar de amor y buenos sentimientos al hostal, pero provoca el rechazo de todos los pasajeros. ¿Cómo pondrán fin a este huracán de amor y ternura?
En una misión por rescatar a Abelardo del monstruo de las nieves, Celeste agarra un tremendo resfrío. El problema se agrava cuando cada vez que va a estornudar, no puede. Al parecer, se le ha escapado el estornudo y todos se lanzan a buscarlo.
Boris recibe de regalo un ultra moderno y gigante televisor. En un programa de TV se entera que los topos están organizando una violenta revolución contra los humanos. Nadie le cree cuando da la alerta, así que decide enfrentar solo la revolucion de los topos.
Celeste organiza una campaña para declarar el hostal libre de monstruos. Sin embargo, un bebé perdido llega gateando al hostal, lo que altera todos sus planes, pues deben aprender a cuidarlo. En eso Boris se lanza a rescatar al bebé. ¿Podrá logralo?
Es noche de brujas en el Hostal Morrison y coincide con la supervisión del Comité de monstruos y la renovación de las licencias monstruosas. ¿Podrán seguir asustando a los humanos que visitan su puerta para pedir dulces?
Aburrida de que los humanos huyan de los monstruos, Celeste le pide a un brujo que la convierta en humana y así ser “normal”. A cambio, el brujo le entrega su alma a Boris y lo convierte en monstruo. ¿Resultará todo como esperaban?
Boris experimenta con una pistola de rayos láser y provoca la caída de un Ovni tripulado por un extraterrestre que llega al hostal, provocando una serie de enredos, confusiones y sustos. ¿Podrán librarse de esta amenaza invasora?
Llega de visita Leonardo, un primo de Boris, de quien Celeste se enamora perdidamente. Tirso busca impedir que surja el romance con una pócima mágica que trae inesperados resultados.
Un desafortunado evento trae malos recuerdos a Tirso, quien debe enfrentar el terrible pasado con su fallecido y malvado hermano. Para solucionar los temas pendientes, envía a Celeste y sus amigos a viajar por el tiempo para encontrarlo.