Nace la búsqueda técnico-conceptual, tal vez el hecho más importante en El Bulli: en lugar de crear recetas, Ferran Adrià y su equipo se orientan hacia la búsqueda de nuevas técnicas, conceptos y elaboraciones que pueden dar lugar a infinidad de recetas. Surgen las espumas, los compactos, los crocants y muchos otros hallazgos que irán creando un nuevo lenguaje. Se asienta la simbiosis mundo dulce / mundo salado, y nacen la deconstrucción y el minimalismo.