Estamos en Londres, corre el año 1953. De hecho, es el día de la coronación de la Reina Isabel II, pero esamos en el metro, en la estación de Baker Street. Es tarde. Está a punto de pasar el último tren y ya no hay casi nadie por allí, pero al fondo del andén aparecen dos hombres que parecen discutir sobre algo...
Si alguna vez has estado en Londres, seguramente conocerás el metro. Imagina, si es posible, el ´típico anén largo y lóbrego de una estación de metro londinense. La luz tenue, los carteles rasgados, las paredes del túnel desconchadas... Esperamos cerca de un extremo del andén, en el que apenas hay viajeros, cuando un vagabundo con signos evidentes de embriaguez nos ve y empieza a caminar hacia nosotros...
+ "Se pone en mi lugar, ¿verdad? - Sí + Un día te cargas a un fulano, pasan los años y te cargas a algunos más, ¿vale? Pero no te pillan, ¿y qué haces? Piénsalo, ¿qué puedes hacer? ¿Me sigues o no? - Si el crimen es flagrante... + Sí, flagrante. ¿Qué haces? - O sea, que te ronda la cabeza desde hace tiempo. Así que, decides confesar y decir toda la verdad. + Sí, exacto, y eso es lo que he hecho
Antes de regresar a la historia de Kieran Patrick Kelly quiero que imaginen una escena. Al suroeste de Londres, a pocos minutos a pie desde la estación de Tooting Broadway y algo separada de una calle cuyas farolas sucias y amarillentas no consiguen iluminar, se encuentra la iglesia de St. Nicholas: alta e imponente. El antiguo cementerio que al rodea, ha sido un lugar de descanso para los muertos desde mucho antes de que la ciudad lo engullera. Esta noche, una noche de agosto de 1982, deambula por la oscuridad una figura sospechosa.
Cuando Kieran Kelly descendió a una vida de asesinatos y violencia, mostró varios aspectos de su personaje. Pero, ¿qué eran y qué nos dicen sobre él? Lo descubrimos en este episodio de La zona de nadie que comienza con el relato de un periodico irlandés en el que cuentan una persecución de nuestro protagonista tras un robo, y su posterior detención.
En el capítulo anterior, tras haberle seguido el rastro a Kieran Kelly desde 1953 hasta su encarcelamiento definitivo en 1984, nos quedamos con una historia sobre huesos encontrados en un jardín, en 1993. Lo que en apariencia era un esqueleto descompuesto. El jardín pertenecía a una casa en la cual Kieran Patrick Kelly había vivido, concretamente a la casa en la que nació...