Si alguna vez has estado en Londres, seguramente conocerás el metro. Imagina, si es posible, el ´típico anén largo y lóbrego de una estación de metro londinense. La luz tenue, los carteles rasgados, las paredes del túnel desconchadas... Esperamos cerca de un extremo del andén, en el que apenas hay viajeros, cuando un vagabundo con signos evidentes de embriaguez nos ve y empieza a caminar hacia nosotros...