“Some one killed my parents”, la voz de Erik Menéndez suena realmente atribulada en la llamada que hizo al 911. Los policías de Los Ángeles llegaron a la mansión familiar y encontraron tal nivel de violencia en la escena del crimen, que demoraron mucho tiempo en entender que los asesinos habían sido los mismos hijos. Luego vinieron los juicios súper mediáticos y los detalles del abuso que los adolescentes habían sufrido durante años.