Marco Arenas era el único hijo de un matrimonio de buen pasar económico, en las afueras de Lima. Fue criado sin privaciones, pero no lograba estabilizarse emocionalmente y discutía permanentemente con sus padres. Hasta que un día resolvió matar a su madre. Fingió abrazarla para reconciliarse pero el gesto se transformó en llave de karate mortal.