La trama en la que participa Lolita arranca con un partido de fútbol en el que juega David, el hijo de once años de Paloma Magán. Cuando el niño está a punto de marcar un gol, se desploma. A partir de ese momento Paloma se convierte en una mujer angustiada ante uno de los momentos más duros a los que puede hacer frente una madre, ya que la vida de David corre un grave peligro.
Los médicos se muestran desbordados ante la peculiaridad del mal de David ya que un virus ha afectado a un problema congénito del niño y es vital realizarle un transplante de corazón. Para empeorar la situación, el hijo de Paloma tiene problemas de compatibilidad y si no llega un nuevo órgano adecuado, los médicos prevén que pueda mantenerse con vida como máximo un mes y medio.
Ante esta situación, Paloma decide no quedarse parada y más cuando se entera de que en Estados Unidos existe un corazón mecánico que permite al enfermo vivir sin peligro mientras espera un transplante definitivo. En España esta operación es inviable por el coste tan alto que supone, pero el chico no puede viajar. El único camino que le queda a la luchadora Paloma es reunir la astronómica cifra de un millón de euros para poder habilitar un quirófano en el Hospital Central en el que montar el dispositivo importado de América.
Para lograr el dinero, Paloma promueve movilizaciones, no duda en salir en medios de comunicación y realizar colectas benéficas, mostrando una actitud combativa por la que no tardan en apodarla Madre Coraje.