Un avión cae sobre un campamento juvenil. Eva conoce a Carlos, uno de los pasajeros al que apodan inmortal por haber sobrevivido intacto a varios accidentes. Cuando Eva comenta con sus compañeros que cree que a Carlos se le ha acabado la suerte, descubren que también ha sobrevivido esta vez. Sigue sujeto al asiento del avión siniestrado, atado por el cinturón de seguridad. Sufre una contusión por la que deben operarle si no quieren que tenga una insuficiencia hepática de por vida, pero es una operación muy delicada en la que va a correr el máximo riesgo.
Vilches se muestra escéptico cuando le hablan de la inmortalidad del paciente y aconseja no intervenir, pero el accidentado está seguro de que, tras sobrevivir a una catástrofe aérea, es imposible perder la vida en una camilla de quirófano.