Lina, una paciente de unos 50 años, se queja de que ha sufrido abuso sexual mientras estaba sedada. Los médicos lo achacan a la anestesia, que suele provocar sensaciones extrañas. Santiago, muy preocupado, quiere que vigilen a Lina, que va a poner una denuncia.
Cristina le convence de que no lo haga, aunque tiene la intuición de que la señora puede estar en lo cierto. Patricia es otra paciente que sigue en coma. Cuando Laura le va a hacer unas pruebas, descubre que la enferma ha sido violada.
Marcos Gálvez, hombre con fama de mafioso, se desmaya cuando asiste a un juicio por sus turbios negocios y es trasladado al hospital bajo vigilancia policial. Aimé no quiere que reciba ningún favoritismo ni que se le trate con prejuicios. Cuando conversa con su abogado, Marcos finge que está a la espera de que llegue su hijo. En ese momento se provoca un incendio en el hospital. El hijo del mafioso se presenta y aprovechan el incendio para huir, lo que va a salpicar a todos.