Miguel se topa con un viejo amor en el hotel y luego conoce a un huésped con un apellido peculiar y un tatuaje incluso más extraño que enciende sus sueños de grandeza.
Tras el fracaso del plan, la banda se aboca a ayudar a Miguel. Con los policías pisándoles los talones, Miguel y Wilson reclutan a una nueva integrante y se dirigen al cenote.
Además de la idea de Lilí, los dispositivos de Lucas resultan útiles ante el desalentador destino que enfrenta Miguel..., pero no los salvan de una explosiva confrontación.
Los bandidos van tras su siguiente objetivo: las iglesias. Como se les acaba el tiempo, deciden separarse..., pero engañar a sus perseguidores no será fácil.