Axel se cruza en el camino de Carolina, una chica a la que persiguen unos matones. Para salvarla, Axel decide ocultarla en la casa de Diego. Los Únicos descubren que Carolina es la única testigo del asesinato de un diputado y que además, tiene una grabación de los hechos. El vídeo está escondido debajo del altar de una iglesia y los agentes deberán encontrarlo antes que lo hagan los cómplices del asesino.