La línea de prêt-à- porter de Ana ya es un éxito, muestra de ello es el premio que va a recibir en Italia. Ana se marcha junto a Rita, que bien se merece un viaje tras recuperarse de su enfermedad. El triunfo de Ana y su reconocimiento en Italia le duele a Marcos de manera especial, por eso decide aprovechar su ausencia para dar un golpe en la mesa. Organiza un desfile en Velvet donde mostrará la línea prêt-à- porter de Ana tanto a la prensa como a los mejores clientes de las galerías… y sus hijas. Marco quiere conquistar a las nuevas generaciones y, para ello, cuenta con la ayuda de Cristina, que consigue transformar las galerías en el culmen de la modernidad: el Londres de los años 60. El plan de Marco enfurece a Clara, Pedro, Jonás… y especialmente a Don Emilio, que no duda en enfrentarse al director de las galerías y acusarle de querer apropiarse del trabajo de su sobrina. Tanto don Emilio como los amigos de Ana no van a quedarse de brazos cruzados e idean un plan para que en el desfile todos sepan que la diseñadora de la colección es Ana. Mientras, Mateo consigue información sobre el paradero de Alberto. Un compañero de la revista ha conseguido averiguar que Alberto Márquez está ligado a un atelier de moda llamado Silk, situado en Nueva York. Mateo decide que viajará hasta allí, si su amigo está vivo, quiere verlo con sus propios ojos. Pero antes se despide de Clara… Patricia, por su parte, interpreta a las mil maravillas su papel de viuda doliente tras la muerte de Valentín. Se va a celebrar la lectura del testamento de su esposo y ella ya se ve como única heredera. Sin embargo, su suegra no está dispuesta a que Patricia se apropie de bienes familiares ya que sospecha que ha sido infiel a su difunto hijo.