Para los colombianos un escarabajo no es un coleóptero, sino un sinónimo de ciclista escalador, probablemente nacido en Boyacá y criado con aguadepanela. Así los bautizó Carlos Arturo Rueda C., que los comparó por la capacidad de escalar las riscosas montañas de nuestro país. El capítulo descubre a esos jóvenes que sienten pasión por el ciclismo y ven en él una oportunidad para tener éxito y ser reconocidos internacionalmente. En compañía de profesionales, comentaristas, entrenadores, familiares y amigos, cuentan por qué son parte vital de la cultura colombiana, debido a las pasiones y sentimientos que despiertan en nosotros.