Este capítulo habla del olor y del sabor de nuestra tierra. Pero no de lo mal que huele desde hace tiempo, sino del olor que identifica y produce nostalgia de patria: del olor de la guayaba, como sabiamente Gabo tituló una de sus obras. A decir verdad, tampoco es exactamente de la guayaba, sino de una deliciosa golosina, un postre exquisito, y el más delicioso y efectivo energizante hecho a base de esta deliciosa y nutritiva fruta. Aquí se aborda la historia, tradiciones y recetas de nuestro principal energizante: el único e inigualable bocadillo veleño.