Octubre de 1979. Antonio ha empezado a trabajar en un concesionario y lo primero que hace es recurrir a sus contactos para intentar venderles un coche nuevo y, de paso, saber qué ha pasado con sus vidas. Será el momento de reencontrarse con viejos conocidos. A pesar de que por fin Antonio tiene trabajo, no pueden quedarse en el barrio de Salamanca y han comenzado con la mudanza. Con Antonio en el concesionario, con Mercedes a tiempo completo en la inmobiliaria y con Inés en Cuenca, porque ha ido a recoger a Oriol, Herminia y Pepe tienen que encargarse del traslado de los muebles. Por su parte, Carlos se prepara para un examen en ICADE y Arancha intenta echarle una mano pero no entiende nada. El hijo pequeño de los Alcántara no acaba de acostumbrarse al sistema educativo de la Universidad y no puede evitar adquirir una actitud reivindicativa aunque, a la hora de la verdad, se da cuenta de que allí las cosas no funcionan de la misma manera y le dejan solo. Además, Paquita está un poco desanimada porque no para de trabajar y de cuidar a las niñas. Miguel intenta animarla, pero la joven parece haber entrado en un estado de insatisfacción permanente. Tanto, que ya ni sus croquetas son lo que eran.