Los Alcántara pasan el verano en Sagrillas, excepto Antonio, que tiene que quedarse en Madrid trabajando en la imprenta. En el pueblo, Mercedes y Herminia enfrentarán los rumores sobre su familia al tiempo que Toni asiste a una boda en el País Vasco, aunque la noticia de un atentado de ETA convertirá la celebración en un debate político. Mientras el crimen de los Galindos conmociona a media España, los Alcántara pasan el verano de 1975 en Sagrillas intentando disfrutar de su temporada habitual en el pueblo. Como otros años, Antonio se ha quedado en Madrid trabajando en la imprenta y, en esta ocasión, aprovecha para ir con Don Pablo a la presentación de una nueva empresa llamada FEDISA. Este acto supone una nueva oportunidad para Antonio, que le ayuda a abrir los ojos y ver lo que realmente pasa en España, además de enterarse de que él es, entre otras cosas, un demócrata cristiano. En Sagrillas, mientras tanto, la tranquilidad se rompe con la noticia de una muerte que dejará a todos destrozados. Los rumores empiezan a extenderse y, casi sin saber cómo, todo se complica hasta el punto de que Mercedes y Herminia tendrán que soportar cómo su familia y sus hijos vuelven a estar en el punto de mira reprobatorio de todo el pueblo. Toni viaja con Juana al País Vasco a la boda de Mario, uno de sus mejores amigos de la mili. Lo que se suponía que iba a ser una celebración emotiva y divertida, se convierte en un ten con ten político tras conocerse la noticia de un atentado de ETA. Inmediatamente, Toni vuelve a Sagrillas. Y Carlitos sigue pensando en Julia, su novia de verano. De nuevo en el pueblo, Carlos espera que todo vuelva a ser como antes, pero hay algo en ella distinto, que le aleja de él y lo tendrá que descubrir. El que también tiene que descubrir lo que ocurre es Miguel, que se armará de valor para acompañar el Matamulas al monte cargados con escopetas…