Septiembre de 1978 los Alcántara vuelven a la rutina tras las vacaciones de verano. Antonio no para de tener problemas con la imprenta, y Curro constantemente le está llamando para que los solucione. Precisamente la avería de unas de las máquinas, en medio de un pedido importante, hará descubrir a Antonio que su encargado tiene planes con los que él no contaba. Por su parte, Mercedes va a participar, convencida por Antonio, en las Primeras Jornadas de la Condición Femenina. Su excelente intervención en el coloquio hará que Ernesto Ochotorena, compañero de Antonio en la UCD, le proponga entrar a formar parte del partido. Lo que parecía una propuesta sin más, acaba generando un conflicto en la pareja, y es que a Antonio no le acaba de gustar demasiado la idea de que su mujer salte a la palestra. Y si Toni no tenía suficiente con la separación de Juana y con el trabajo en el despacho laboralista, ya que tiene que hacerse cargo de un gran caso de despidos masivos, ahora tiene que ocuparse también de Oriol, el hijo de Inés porque su madre casi no para en casa. Toni intenta ocultar la situación a sus padres y utiliza a su abuela como cómplice para que le eche una mano. Inés, por su parte, vive ajena a la situación y cuando su hermano le expone el problema no pueden evitar acabar discutiendo. La estancia de Carlos en la mili no está siendo como él esperaba, sobre todo porque no puede ver a Karina todo lo que a él le gustaría. Una llamada a su novia acabará despertando las sospechas de que algo importante le pasa. Carlos hará todo lo posible para ver a Karina cuanto antes, aunque eso suponga meterse en un lío del que él solo no podrá salir. Miguel y Paquita siguen con sus problemas económicos y para colmo Miguel no para de fiar a los clientes del bar. Su mujer le deja bien claro que a partir de ese momento todo el mundo tiene que pagar en efectivo en el bistrot.