Al ver que sus vacas están enfermas, Anselmo llama a Érika, la veterinaria local. Benjamín va al rancho familiar, y la DEA rastrea una llamada del cartel a Allende.
Después de recibir una llamada de la DEA, el Diablo llega a Allende. Entretanto, Benjamín descubre el papel crucial de Héctor en las comunicaciones del cartel.
La DEA le ofrece un trato arriesgado al Diablo. Héctor le pide a Benjamín que entregue un paquete y Carlos se entera de algo impactante sobre la operación.
Con la mirada en el rancho de los Linares, el cartel busca vengarse de quienes traicionaron a la banda y amedrentar a todo aquel que ose interponerse en su camino.