La vita silenziosa e meditativa del monastero di Cardena non sono la vita che Ruy sogna. Così per distrarsi dalle noiose attività dei monaci, lui si dedica a piccoli giochi e alla sorveglianza delle mura monastiche. I monaci, pur comprensivi con il loro ospite, decidono di punirlo per le sue piccole malefatte. Ruy accetta la punizione.
Pronto, el pequeño Ruy recibe su primera misión en el monasterio: Fray Cirial le dice que se encargará de tocar las campanas. Sin embargo, a nuestro protagonista la vida monacal no le atrae demasiado ya que es incapaz de permanecer meditando en silencio. Fray Jeremías, Fray Bamualdo y los demás frailes que le enseñan están desesperados con el niño, se han dado cuenta de que a Ruy lo único que le gusta es pelear contra enemigos imaginarios y fabricarse lanzas de madera.