En diciembre de 2017, Mohamed, un ciudadano de origen marroquí que reside en el País Vasco, es secuestrado en la puerta de su casa. Su hermano no duda en llamar a la Ertzaintza, pero no es la primera vez que lo hace. Esta es la segunda vez que secuestran a Mohamed en cinco años. En contra de lo que pudiera parecer, la víctima ni es millonario ni está envuelto en actividades delictivas. Es un trabajador que roza los cincuenta y que actualmente cobra el subsidio por desempleo. ¿Quién podría tener interés en secuestrar dos veces al mismo hombre y por qué?