La Guardia Civil aísla al principal sospechoso del asesinato de Enrique Monteagudo: Adrián Ferro, un joven con el que supuestamente habría quedado en el lugar donde apareció muerto para saldar una deuda por drogas. Los investigadores están convencidos de que Adrián no actuó solo pero, de momento, ni saben quién podría haberlo acompañado ni pueden probar que Adrián estuvo en el embalse en el momento del crimen.