Era la primera vez que Samantha Madgin salía con sus amigos desde el nacimiento de su bebé 68 días antes. Lo que empezó como un día de playa, amigos y risas terminó en sangre y muerte. La familia de Samantha tuvo que superar el dolor de su pérdida demasiado rápido pues no sería ni la primera ni la última muerte en la familia, en especial en la corta vida del pequeño Callum, que tendrían que superar.