Midsi Sánchez iba camino a casa en donde le esperaba la fiesta por su 8º cumpleaños, pero nunca llegó. Dos días después, un camionero llama a la policía diciendo que una niña se ha metido en su camión pidiendo ayuda. Por desgracia, como se descubriría más tarde, Midsi no era la primera víctima de su secuestrador, pero sí sería la última.