Aldo Espinoza Pérez se convirtió en uno de los hombres más temidos de la zona central de nuestro país. Al delincuente no le bastaba con robar y golpear a sus víctimas, también tenía como "sello" violar a las mujeres que asaltaba. Durante su vida, estuvo preso innumerables veces, pero de todas las prisiones escapó convirtiéndose en una leyenda del sector. Pese a sus condiciones físicas, la traición de un miembro de su banda lo llevó a una sangrienta muerte a martillazos, de la que inexplicablemente despertó para pagar sus culpas...¿Una segunda oportunidad para el "Toro"?