En un momento íntimo y emotivo, Rosario visita el cementerio para contarle a su padre sobre su relación con Francisco Lara. Conmovida, le habla desde el alma, compartiendo sus sentimientos y la esperanza de que él apruebe desde el cielo este nuevo capítulo en su vida. La madre de Rosario insiste en que El Coloso ha estado siempre presente y pendiente de ella, sugiriendo que merece una oportunidad. Pero Rosario, con total convicción, le responde que es una mujer adulta y capaz de tomar sus propias decisiones.