Comienza por jugar probando las aplicaciones que cambian los rasgos de la cara. En algunos casos se queda ahí, pero en otros lleva a desarrollar lo conocido como dismorfia de filtro o de selfie. Un trastorno que hace que algunas personas confundan sus verdaderos rasgos con los que ven en el móvil, a través de filtros virales como Bold Glamour, de TikTok, que en un mes tuvo 16 millones de descargas. Hablamos con varias chicas que lo han sufrido.