La pequeña Ana no puede resistirse a las peligrosas órdenes del espectro de Elisa. Diego, ante lo ocurrido, decide que la niña vaya a pasar unos días a la casa de su abuela Begoña. Ella, espantada por lo que ha hecho su nieta, recurre a una solución extrema. Mientras tanto, Amanda sigue desaparecida pero ¿quién es su misterioso secuestrador? Y una cosa está clara: ya no puede ser Javi el que la retiene. Aunque ella pide ayuda, sus llamadas no dejan rastro. La madre exige resultados a la policía, mientras los padres de los dos amigos fallecidos intentan convencerla de que Íñigo y Silvia son los culpables de todo lo que está pasando. Por otro lado, Diego sorprende a su mujer con Salvador y no puede soportar los celos. Entretanto, su amante Rebeca, intenta ganarse a la pequeña Ana con un sistema infalible. La azafata esconde una personalidad muy violenta y la familia Pardo-Simón, tan desquiciada por la amenaza sobrenatural, es un objetivo perfecto para ella.