Graciela queda asustada tras recibir una llamada en la cual amenazan la vida de Jaime, debido a las críticas en sus programas y el trabajo que realiza con grupos armados. De otro lado, Garzón sigue adelante con su relación con Paola y le da las llaves de su apartamento como muestra de confianza. Además, un grupo de políticos planea una jugada para dañar la imagen del humorista.