Pasado el entierro del hermano de Lombardo, El Gitano se dirige hasta el taller clandestino que tenía Leme para devolverle el trabajo y la dignidad a los trabajaban ahí. Sin dar muchas vueltas abolla las reglas que había impuesto Leme y les da un nuevo marco de contención. Entre el dolor y la angustia todos asisten al entierro del hermano de Lombardo. El sacerdote brinda unas palabras para recordarlo y hace responsable de esta pérdida al intendente Hugo Iñiguez por su ineptitud para enfrentar el tema de la droga en el barrio y por llevar a delante políticas concretas que lleven a los chicos hacia el trabajo y al estudio. Al muchacho lo habían sacado sus amigos del hospital y volvió a caer en la droga. Otra sobredosis lo llevó a desmayarse en el medio de la calle hasta que fue encontrado por Pochi, quien lo llevó hasta su casa. Ahí llegó Lombardo para ayudarlo pero fue demasiado tarde, el joven murió en sus brazos.