El dueño del edificio del gimnasio de doña Graciela le pide que lo desocupe antes de que se cumpla el contrato. Sin embargo, Graciela se niega a hacerlo. Además de eso, el dueño del edificio le regala a Graciela una botella con agua bendita porque según él hay un fantasma que habita el lugar. A Germán no le convence mucho el tema y descubre que ‘el viejo zorro’ está detrás de los acontecimientos “paranormales” que ocurren dentro del lugar. ¿Logrará desenmascararlo?