Un brutal asesino en serie aterrorizó Cleveland durante 4 años. Con sus propias manos asesino a 12 víctimas (¿o fueron 13?), muchas de las cuales no pudieron ser identificadas debido a su modus operandi. El asesino del torso, como lo bautizó la prensa, derrotó al mismísimo Elliot Ness, criminólogo e investigador que llevo a prisión a Al Capone. Esta derrota marcó a Ness para siempre y de tanto mirar al abismo, acabó dentro de él.