La prensa tuvo que pedir perdón. ¡Porque menudo culebrón inventó! Empezó informando de un secuestro y acabó inventando a una mujer peor que Jack el destripador. Pero lo más rocambolesco es que un siglo después, las mentiras se han multiplicado por diez. ¡Y hasta la llaman «vampira»! ¿Por qué? Ay, amigo, los dineros…